Tras el fracaso del primer intento se habilita una segunda oportunidad. La diferencia con el anterior es que este segundo proceso constituyente estuvo -y está- dominado por la derecha. Compuesto por 50 miembros, el nuevo Consejo Constitucional tiene una amplia mayoría conservadora: 23 consejeros responden al ultraconservador Partido Republicano y 11 a coaliciones de derecha tradicional. La izquierda obtuvo 16 escaños y se sumó un representante indígena. El Consejo Constitucional ya terminó de revisar el texto y ahora queda la revisión de otro órgano más antes de llegar al 17 de diciembre nuevamente a las urnas para que la población apruebe o rechace el nuevo texto. Para que entendamos de qué va, la consejera Karen Araya Rojas, del Partido Comunista, sintetizó el nuevo texto como una Constitución antimujeres, que constitucionaliza las AFP y sus pensiones de miseria y salva a las actuales prestadoras de salud, también ampliamente criticadas. También aclaró que no se garantiza la gratuidad de la educación ni el acceso al agua ni el cuidado del medio ambiente.
De los ejes principales, la consejera explicó: - Se rechazó incluir la palabra “garantizar” en el acceso a la salud y se optó por una más general como “proteger”.
- Se cristalizó la existencia del actual sistema de salud público-privado muy criticado y se constitucionalizó la existencia de las AFP (con sus pensiones de miseria).
- Se rechazó consagrar el estado social y democrático en primer orden.
- Se definió “niño” a todo ser humano menor de 18 años y se agregó la protección de quien está por nacer. Estos artículos representan un claro riesgo para la ley que permite el aborto por tres causales conquistada por el movimiento de mujeres de Chile.
- Se mantuvo la posibilidad de arresto domiciliario por razones de salud incluso para delitos graves.
- Se rechazó la gratuidad de la educación superior.
- Se rechazaron las alternativas de “igual trabajo, igual valor” que buscaban garantizar igualdad salarial, incluso entre hombres y mujeres.
- Se eliminó el concepto de justicia ambiental, equidad territorial y solidaridad territorial.
En definitiva, en sus palabras: “Se desperdició la oportunidad de cambiar el rumbo de este proceso y dirigirlo hacia donde la ciudadanía nos pide avanzar, hacia la construcción de una casa de todos y no de su propio condominio. Se desperdició la oportunidad de dejar las ideologías, de lado alejarse del fanatismo religioso, abandonar el deseo de revancha… esto no es algo que la izquierda pide, es algo que Chile nos pide”, enfatizó Araya Rojas desde sus redes sociales.
La última palabra estará en las urnas y la tendrá nuevamente el pueblo chileno pero esta vez para definir si avanza o no con esta nueva versión más conservadora de la Constitución. ¿Qué pensás? |
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