El amor es del orden del poder y ejercerlo es ocuparse. Unión por la Patria tuvo que enfrentar tempestades, boicoteos (propios y ajenos) e internas y externas pestilentes. Mal que bien, las atravesó, pero -en varios sectores gobernantes- se dejó de escuchar a la gente. Flotaba en el ambiente una especie de desidia política. El pueblo -movido por la bronca y el hastío- devolvió la estocada. No les votó y, cual amante víctima del despecho y la autodestrucción, hubo millones de personas que votaron por su esclavitud como si fuera por su libertad. Eligieron negacionistas, individualistas, vendedores de patria, rechazantes de derechos, personas misóginas provocadoras ignorantes, anticiencia, homofóbicas, discriminadoras, buitres del tesoro nacional, enemigas de quienes trabajan, o se jubilaron, o inmigraron a nuestra patria, o deseosas de estudiar y/o investigar.
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