Quedará para otra entrega profundizar en ejes y medidas concretas, pero me interesa resaltar dos cuestiones más del Plan. Por un lado, la participación ciudadana en el marco del Consejo Asesor desde el cual se presentaron recomendaciones a las medidas propuestas. Y por el otro la cuantificación de los costos. La suma de las medidas con costo de implementación asociado (algunos ejes tienen pocas medidas calculadas) totaliza $112.646,71 millones de dólares. Para que nos cuente sobre el Plan y la postura regional que se lleva a la COP27, hablamos con Cecilia Nicolini, la secretaria de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente de Nación. ¿Cuáles fueron los principales desafíos para llegar a la presentación del plan y cuáles son los próximos pasos?Cecilia Nicolini: El principal desafío es ponerse de acuerdo con todos los sectores que a veces representan intereses diversos y poder trabajar una hoja de ruta para cumplir la meta que nos hemos puesto como país, que es no superar la emisión neta de 349 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) en el año 2030. Así, bajar lo más posible a medidas concretas para que los compromisos se vean reflejados en acciones de cada uno de los sectores, que además tienen que coordinar entre ellos. Todo este trabajo de coordinación, que siempre es como una especie de manta corta, para poder llegar a un acuerdo, es fundamental. En el último año hubo una concientización muy fuerte de todos los actores de gobierno de que la política climática no es algo ni decorativo ni es un discurso solamente de los países desarrollados, sino que más que nunca nos está impactando con las pérdidas económicas que tenemos cada año, el impacto sobre la salud, la pandemia, en los territorios, la pérdida de infraestructura, de vivienda, etc. Esto permitió es que se den conversaciones más genuinas basadas en un acuerdo previo respecto de la necesidad de hacer las cosas de manera diferente, porque ya no podemos consumir y producir como lo hacíamos antes. Entonces, al pensar un modelo de desarrollo de país hay que incorporar la perspectiva ambiental. Y en base a este acuerdo, sentarnos a ver cómo hacemos para que ese rompecabezas encaje por todos lados. Fueron muchas discusiones. Pero al final, como toda negociación, uno tiene que ceder algo para poder ganar en el conjunto. Creo que se logró eso. ¿Cuáles son los próximos pasos para la implementación?CN: Por un lado, algo en lo que hicimos muchísimo hincapié y que ya se puede ver en el plan, es poner números. Pero todavía hay mucho trabajo por hacer ahí, en el análisis de los costos y la traducción de esas más de 250 medidas en proyectos concretos y escalables que puedan responder y cumplir con las metas de reducción de emisiones y de adaptación de los territorios. Y después vamos a trabajar muchísimo en una estrategia de búsqueda de financiamiento a través de diferentes mecanismos. Por un lado, fuentes externas: préstamos, cooperación técnica, donaciones, etc. Por el otro, con la mesa de finanzas sostenibles abordamos mecanismos más innovadores como el canje de deuda por acción climática, pago por servicios ecosistémicos y la posibilidad de impulsar un mercado de bonos verdes y azules. Luego -bajo paraguas de este plan-, estamos acompañando el diseño de los 24 planes de respuesta de las jurisdicciones que por ley tienen hasta el 2023 para presentarlos. Esto es, por un lado, el diseño de la gobernanza de la política climática al interior de cada provincia y de CABA: algunas ya tienen una ley, otras están trabajando en una ley, un programa o un plan… Nosotros los estamos acompañando con cuestiones técnicas y de conocimiento poniendo a disposición consultores especializados en mitigación, adaptación, en temas de financiamiento para cada una de las provincias. Estamos hablando con el Consejo Federal de Inversiones, para seguir acompañando a todas las provincias para que tengan también sus planes, que obviamente tienen que estar en consonancia con las políticas nacionales y con el Plan 2030. Si bien es un plan nacional, entendemos que lo más importante después es la implementación en los territorios. Entonces, desde el inicio lo hicimos también con las provincias. Al principio mencionabas lo de traducir las medidas en planes concretos y en costos, ¿cuál es la utilidad de saber cuánto sale implementar este plan?CN: Por un lado tiene que ver con cuál es la afectación del presupuesto nacional a lo que son las políticas climáticas y cómo priorizar tu presupuesto. Poder hacer un diagnóstico certero para saber dónde estamos parados y qué necesitamos, es uno de los primeros pasos para realmente abordar la cuestión climática de manera seria y contundente. Para eso además estamos trabajando en el etiquetado presupuestario, es decir, qué porcentaje del presupuesto se orienta a políticas climáticas o políticas ambientales. Y después también, de cara a las negociaciones internacionales, lo que estamos trabajando ahora en la COP en Egipto es poder dar la discusión sobre los servicios ecosistémicos que los países en desarrollo brindamos. El mundo necesita de nuestra energía, nuestros alimentos, nuestros sumideros de carbono, y es importante ponerlos en valor y dar una discusión con números en la mano. ¿Hay una posición regional consensuada que llevan a la COP?CN: Por un lado, están los grupos negociadores más tradicionales: estamos en el grupo ABU (Argentina, Brasil, Uruguay), en el 77+China y tenemos diálogo con otros grupos negociadores. Pero lo que hicimos de manera inédita por primera vez desde América Latina y el Caribe, fue que desde la CELAC (donde tenemos la Presidencia pro témpore) convocamos a una reunión de los responsables climáticos donde discutimos cuáles serán los puntos que estamos de acuerdo de cara a tener un posicionamiento común de negociación para la COP y otras instancias. Eso no se había hecho nunca. Ahora nos vamos a reunir nuevamente todos los países de la CELAC en el Pabellón de Panamá durante la COP y esa posición es la que de alguna manera también vamos a compartir entre todos los países de la región en las negociaciones que cada uno pueda tener o por separado o en grupos de negociación frente a posturas en común. Además, la presentamos en la reunión de cancilleres ahora en octubre en Buenos Aires, pero también la presentaremos en la cumbre de Jefes de Gobierno de la CELAC el año próximo. ¿Cuáles son los temas prioritarios en esa agenda?CN: Por un lado, elevar la prioridad en términos de adaptación, para acceder a fondos de financiamiento y que la relevancia política sea similar a la de mitigación. Luego, los montos de las necesidades financieras donde ya se está hablando de “trillions” y no “billions”. Poner en valor también mecanismos innovadores que alivien las condiciones de los países deudores financieros. Y que desde los organismos internacionales de crédito se pueda empujar el canje de deuda por acción climática. También que se ponga en marcha la Red de Santiago, que es la red para operacionalizar el tema de pérdidas y daños, que esto sea una agenda en sí misma, que no se mezcle con adaptación, para que tenga sus mecanismos e instrumentos financieros propios. ¿Cómo se reflejan estas prioridades, por ejemplo de adaptación, en el plan?CN: En términos de objetivos, pusimos adaptación primero, cuando antes siempre se hablaba más de la reducción de emisiones. También se puede ver un trabajo intenso que se ha hecho con los territorios, las provincias y las ciudades que da cuenta de la prioridad de la adaptación. Luego, algunos trabajos concretos que se empezaron hacer, como la cooperación con el Ministerio de Obras Públicas. Ellos lanzaron el gabinete ambiental. Ahí estuvimos con (el ministro Gabriel) Katopodis presentando el trabajo que hacemos con el equipo, por ejemplo, al poner en marcha una taxonomía para que las obras públicas integren diferentes perspectivas del tema del cambio climático, con foco en adaptación. Por último, en términos de la cantidad de medidas son más de adaptación que de mitigación (de un total de 250, 121 son de adaptación y 47 mitigación). Recomendaciones- Hace unos días se publicó un trabajo realizado por Delfina Godfrid y Juani Arroyo sobre las grandes preguntas que nos plantea la transición energética. Es relativamente breve y está muy bueno, léanlo aquí.
- También salió Clima, el libro de El Gato y la Caja que aborda diversas temáticas ligadas al cambio climático. Se puede conseguir en librerías, leer en este link y si no tenés tiempo, ver la presentación por acá que hace un buen resumen de las ideas principales.
Por último, la semana que viene se vienen cositas (siempre quise decir esto) que van a poder ver la luz gracias al aporte de los lectores de la comunidad Cenital. ¡Sumate! Te mando un abrazo grande y nos leemos la próxima. Eli |
No hay comentarios:
Publicar un comentario