lunes, 8 de junio de 2020

Una fábrica tiene que tirar toda su producción tras la visita de Trump

LA NACION
WASHINGTON (AP).- Que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no cree mucho en la gravedad del coronavirus no es nuevo. Desde las primeras noticias sobre el brote en Occidente, el republicano se mostró escéptico respecto de la crisis e incluso la minimizó como una simple gripe. Sin embargo, el país es el más afectado del mundo: tiene casi dos millones de enfermos y más de 110.000 fallecidos. Tampoco es nuevo que ignore las medidas de prevención. Si bien en algún que otro acto se mostró cuidadoso, Trump está en contra de los aislamientos decretados por distintos gobernadores porque los considera excesivos y destructivos.
Lo que sí es nuevo es lo que pasó el viernes pasado, cuando visitó una fábrica de insumos médicos en Maine y violó todas las recomendaciones.
Pese a que los trabajadores de la fábrica de tests para detectar el coronavirus Puritan Medical Products vestían batas, botas de plástico, gorros, mascarillas y anteojos protectores, el mandatario recorrió el lugar así, sin más, como siempre, en traje, camisa y corbata, y tocó todos los que quiso. Sin guantes. Por eso desde la empresa decidieron tirar a la basura la producción realizada ese día. Para no correr riesgos.
De acuerdo con lo publicado por el diario USA Today, Puritan Medical no especificó la cantidad de productos que descartará, pero sí indicó que serán sólo los fabricados durante la visita de Donald Trump, una producción "limitada". El inconveniente es que este desperdicio se da en días en que varios funcionarios del estado se quejan por la escasez de insumos.
"El funcionamiento de las máquinas de la fábrica es muy limitado hoy y lo producido durante el tiempo en que el presidente recorrió las instalaciones será descartado", dijo Virginia Templet, gerente de la compañía, que recibió millones de dólares del gobierno para aumentar su producción.
De hecho, la empresa es una de las dos únicas compañías que fabrican los hisopos que se utilizan para las pruebas de Covid-19. En este contexto de falta, casi un tercio de los hogares para ancianos de Maine informaron el mes pasado que no tenían hisopos nasales para recolectar muestras. Incluso el 61% de los que respondieron a una encuesta de la Asociación de Directores Médicos afirmaron que tenían siete o menos a su disposición.
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La visita de Trump a Puritan no es la primera que se da a miembros de la industria sanitaria ni la primera en la que surge la polémica por la falta de precaución del republicano, en medio de su campaña por la reelección y con la mirada puesta en demostrar que su gestión hizo todo lo correcto para frenar el avance del brote. Al defenderse de por qué no lleva tapabocas, el presidente siempre dice lo mismo: las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan llevarlas pero no obligan a hacerlo.
A menos de cinco meses para que los votantes decidan el futuro del país en las urnas, Trump afronta una realidad política muy diferente a la que había imaginado. Si las elecciones se celebrasen hoy, según varias encuestas que se dieron a conocer en las últimas horas, probablemente perdería ante su rival demócrata, Joe Biden.
El presidente, los asesores del Ala Oeste y su equipo de campaña están cada vez más preocupados por sus opciones de reelección, tras ver cómo su popularidad se veía afectada primero por su reacción frente a la pandemia del coronavirus y después durante una oleada de protestas en todo el país contra la injusticia racial por el crimen de George Floyd, un afroamericano asesinado por un policía blanco el 25 de mayo en Minnesota.

Las imágenes de este artículo pertenecen a la visita de Trump a la fábrica de Puritan Medical Products. Fuente: AFP

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