El presidente venezolano habló ante una multitud de jóvenes que participaron de una jornada de formación de la Gran Misión Chamba Juvenil, un plan social que se concentra en reinsertar a los jóvenes en el mundo del trabajo.
"El pueblo bolivariano está movilizado todos los días", indicó Maduro.
Desde Caracas
“Creen que el problema es Maduro y no se dan cuenta que son millones y millones los que queremos patria”, afirmó el presidente Nicolás Maduro ante una multitud de jóvenes que participaron de una jornada de formación de la Gran Misión Chamba Juvenil, un plan social que se concentra en reinsertar a los jóvenes en el mundo del trabajo. El mandatario chavista se mostró tranquilo, descontracturado y satisfecho por el desempeño de su canciller Jorge Arreaza en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. “Hemos triunfado y demostramos que acá gobierna el pueblo”, dijo y advirtió que con el correr de los días se va demostrando cómo el gobierno de Donald Trump organizó el golpe que tiene como principal protagonista a Juan Guaidó. Ayer, el autoproclamado presidente reapareció en un pequeño acto realizado en uno de los municipio que le es afín desde donde insistió en la necesidad de convocar a nuevas elecciones, un reclamo sin sustento legal y casi del mismo tenor de su autoimpuesto cargo presidencial.
“El pueblo bolivariano está movilizado todos los días en todas las capitales del país”, indicó Maduro aunque su intención fue demostrar que cada día que transcurre se va conociendo cómo fue el armado, interno pero sobre todo externo, del golpe de Estado. Para ello, el mandatario bolivariano se basó en cables de la agencia de noticias AP que dan cuenta de cuál fue el rol de Guaidó en el armado del golpe y que para ello fue necesario que en diciembre pasado se traslade hasta los Estados Unidos en forma clandestina vía Colombia. Un plan que, según la agencia norteamericana, incluía a los gobiernos que integran el Grupo de Lima.
En estos días, la estrategia del gobierno venezolano no sólo es disputar al golpismo en los escenarios internacionales, como ocurrió ayer en la ONU (ver nota aparte), sino hacia el interior del país con la participación diaria de Maduro en actos de gobierno pero también a través de las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales.
El rumor. Esta es una de las principales armas que usa la oposición golpista para mantener la incertidumbre luego de que el hasta hace unos días el desconocido Juan Guaidó se transformara en la nueva llave de la desestabilización del gobierno de Nicolás Maduro. Los rumores abundan y según esos relatos pareciera que la capital venezolana está sumida en un caos. Sin embargo, un recorrido somero por sus calles permite ver cómo la vida cotidiana se desenvuelve con tranquilidad y hasta normalidad. Cuando se pregunta por la falta de incidentes siempre hay alguno que dice que se esos suceden en una zona alejada de la ciudad. Ahora bien, la naturalidad de las imágenes que se pueden ver por el centro caraqueño no es sinónimo de indiferencia sino también una forma de resistencia al golpe que, como dijo el canciller Jorge Arreaza, tiene a los Estados Unidos por primera vez en primera fila y no detrás de los personajes políticos o fuerzas armadas locales que suelen llevar adelante esas asonadas.
La disputa mediática. Defender la soberanía y la lealtad al gobierno revolucionario es el eje de una de las campañas que se desarrolla a través de los medios de comunicación por donde pasa uno los campos de la batalla que vive Venezuela. Los diferentes segmentos publicitarios muestran a jóvenes que se colocan la banda presidencial, similar a la que usó Hugo Chávez y ahora la porta Maduro, para dar cuenta de su respaldo al proceso político que lleva ya 20 años. Son estudiantes, profesionales o trabajadores que en medio de su tarea cotidiana muestran que es una de las formas de mantener la lealtad al modelo chavista. El mensaje es directo: “Estamos en el país para luchar por nuestro país, somos leales y queremos a nuestra Venezuela”, dice una médica ante la cámara.
Chamba Juvenil. Se trata de una de las misiones o un plan social con el que se busca recuperar e incluir a los jóvenes que se quedaron sin trabajo. El programa incluye una serie de cursos de formación para que se reinserten en el mercado laboral. Ayer por la tarde se realizó una jornada que contó con la presencia del presidente Maduro. “Y no, y no nos da la gana de ser una colonia, una colonia norteamericana. Y sí, y sí nos da la gana de ser una potencia latinoamericana”, le gritó la masiva concurrencia. La viceministra de Juventud, Vanessa Montero, lo recibió con “un saludo feminista, revolucionario y profundamente chavista”.
Las mudanzas diplomáticas. Lo mostraron los canales de televisión venezolanos pero también lo anunció el presidente Maduro sobre el retiro del personal diplomático de la embajada de los Estados Unidos en Caracas. Según trascendió, la representación norteamericana solicitó la custodia de las fuerzas de seguridad bolivariana para garantizar el retiro que, dicho sea de paso, se hizo sin ningún tipo de incidentes y bajo la total indiferencia de los que transitaban en las cercanías de la embajada. Según un comunicado de Cancillería venezolana se está trabajando en un acuerdo con la administración de Donald Trump para permitir la permanencia de un grupo remanente de ambas embajadas para atender cuestiones consulares pero que de no haber se elegirá que otra representación diplomática se hará cargo de los intereses de cada país.
La Pastora. El pasado 23 de enero, cuando Guaidó se autoproclamó presidente, se produjeron una serie de hechos violentos como el que ocurrió en el histórico barrio 23 de Enero donde fue destruido el Centro Cultural Robert Serra. La casa incendiada está ubicada al noroeste del centro histórico de la ciudad en lo que se conoce como el Municipio Libertador. Ayer, los integrantes del centro cultural comenzaron con los trabajos de reconstrucción y recuperación, entre otras cosas, la biblioteca que consumió el fuego. Zulay Aguirre, una de las participantes del centro aseguró que no retrocederán en el respaldo a la revolución y “vamos a pintar de colores, de alegría y de paz”.
Los rojos. El vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, fue el principal orador de un acto que se realizó en el estado de Cojedes. Desde allí, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, pidió no caer en provocaciones de la oposición pero indicó que “debemos estar listo para defender la revolución bolivariana”. El hombre fuerte del chavismo advirtió que “si algún ciudadano venezolano anda por allí pidiendo intervención militar en nuestro país y en caso de un conflicto les digo que debe ser tratado como enemigo de la patria. El que lo quiera entender que lo entienda”, dijo en referencia a los dichos de varios dirigentes de la oposición, entre ellos el propio Guaidó, sobre la posibilidad cada vez más fuerte de que la salida del conflicto sea militar.
Reaparición. Como dicen las viejas crónicas policiales, Guaidó había desaparecido de los lugares que solía frecuentar pero ayer por fin reapareció. El “encargado” de Venezuela, como se autodefinió, dijo ante un grupo reducido de seguidores que “no me prestaré para falsos diálogos” y reiteró su reclamo de elecciones presidenciales “que tengan condiciones y garantías reales”. La frase del diputado tiene que ver con el encuentro que mantuvo con Diosdado Cabello el pasado 22 de enero y que ahora trascendió pero que Guaidó buscó desmentir primero y desvalorizar luego cuando trascendieron imágenes de esa charla donde, según Cabello, el “encargado” le reconoció ser objeto de presiones por parte del gobierno de Trump para avanzar en la desestabilización de Venezuela.
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