Revista y Editorial Sudestada
UN LABURANTE, UN HÉROE DE LOS NUESTROS
Se llama Miguel Ángel Giménez, le dicen “Ciruja”. No tiene laburo, o se la banca haciendo changas: trabaja cortando pasto, pintando casas, lo que se consiga en estos tiempos difíciles. Es hincha de San Martín de Tucumán. Iba a comprar juguetes para el cumple de su hijo. Sobre el puente a la altura de Lules, con el Río Colorado desbordado, escuchó os gritos de ayuda y vio la imagen de una familia atrapada por la crecida: cuatro pibes en problemas, llevados por la fuerte corriente: no dudó, se bajó y se puso de acuerdo con un par de conductores que pasaban por ahí. Armaron una soga de rescate atando varias lingas de los autos. El "Ciruja" se jugó entero y bajó al río. Con más aguante que cualquier funcionario público en su vida, rescató en un rato a los cuatro pibes, con la ayuda de los demás que bancaban arriba, haciendo fuerzas y tiraban para subir los rescatados.
No lo recibió ningún gobernante ni se habló de “heroísmo” en la Casa Rosada. Pero el Ciruja se la jugó por los pibes sin más estímulo que las ganas de ayudar. Un laburante, un changarín, uno de esos que sufren la crisis y cuentan las monedas para llegar a fin de mes, para viajar en bondi o tren. Uno de los que se la aguanta y se la juega. Uno de esos que toca el timbre para cortar el pasto o se ofrece para pintar tu casa. Uno de esos héroes reales, que no usa capa ni sabe volar. Este es de verdad: se juega la vida por los demás.
#RevistaSudestada
#16añosEnLaCalle
Seguinos en Instagram:https://www.instagram.com/sudestadarevista/
y en Twitter: @RevSudestada
Se llama Miguel Ángel Giménez, le dicen “Ciruja”. No tiene laburo, o se la banca haciendo changas: trabaja cortando pasto, pintando casas, lo que se consiga en estos tiempos difíciles. Es hincha de San Martín de Tucumán. Iba a comprar juguetes para el cumple de su hijo. Sobre el puente a la altura de Lules, con el Río Colorado desbordado, escuchó os gritos de ayuda y vio la imagen de una familia atrapada por la crecida: cuatro pibes en problemas, llevados por la fuerte corriente: no dudó, se bajó y se puso de acuerdo con un par de conductores que pasaban por ahí. Armaron una soga de rescate atando varias lingas de los autos. El "Ciruja" se jugó entero y bajó al río. Con más aguante que cualquier funcionario público en su vida, rescató en un rato a los cuatro pibes, con la ayuda de los demás que bancaban arriba, haciendo fuerzas y tiraban para subir los rescatados.
No lo recibió ningún gobernante ni se habló de “heroísmo” en la Casa Rosada. Pero el Ciruja se la jugó por los pibes sin más estímulo que las ganas de ayudar. Un laburante, un changarín, uno de esos que sufren la crisis y cuentan las monedas para llegar a fin de mes, para viajar en bondi o tren. Uno de los que se la aguanta y se la juega. Uno de esos que toca el timbre para cortar el pasto o se ofrece para pintar tu casa. Uno de esos héroes reales, que no usa capa ni sabe volar. Este es de verdad: se juega la vida por los demás.
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