domingo, 4 de febrero de 2018

Encuesta exclusiva: un setenta por ciento ve la economía mal o muy mal En picada

Es la economía, estúpido, decían en la campaña electoral de Bill Clinton. La imagen del presidente Mauricio Macri se sigue deteriorando y ya cayó nada menos que 12 puntos en los últimos tres meses. PáginaI12 adelantó en diciembre la brutal caída, pero durante enero las opiniones positivas se siguieron erosionando y bajaron otros tres puntos. Sólo cuatro de cada diez argentinos opinan bien o muy bien del Presidente. Aunque el escándalo de Jorge Triaca tiene su influencia, la clave está en la economía: siete de cada diez personas dicen que la economía está mal; casi la misma proporción afirma que la situación en su casa está mal o muy mal y enormes mayorías son muy críticas de lo que ha hecho el gobierno respecto de las tarifas, la inflación, la pobreza y los jubilados. Como era de esperar, también es generalizada la preocupación por el dólar y se considera que el aumento de la divisa norteamericana indefectiblemente se trasladará a los precios. 



Las conclusiones surgen de la tradicional encuesta, exclusiva para PáginaI12, realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1.000 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas fueron telefónicas. 

Baja

Durante noviembre y diciembre fue el CEOP y PáginaI12 los que adelantaron la fuerte caída en la imagen presidencial, agudizada en especial a raíz de la reforma previsional y la decisión de que el aumento a los jubilados no fuera del 14 por ciento en este mes de marzo, como indicaba el cálculo con la fórmula existente, sino algo por encima del cinco por ciento, con la imposición de la nueva fórmula. La caída en el porcentaje de opiniones buenas o muy buenas fue registrada después por casi todas las consultoras. Algunos de los encuestadores y los funcionarios de la Casa Rosada opinaron que se trató de una baja normal después del triunfo en las elecciones de octubre. Otros, en cambio, sostienen que hubo un quiebre con la reforma previsional y que a la administración Macri le resultará difícil recuperar niveles del 50 por ciento de opiniones positivas. 
La nueva encuesta del CEOP vuelve a registrar otra caída, desde los 43 puntos de imagen positiva a los 40. La pérdida ya es de 12 en tres meses. “El gobierno de Cambiemos enfrenta tiempos de efectividades conducentes –señala Bacman–. A la opinión pública ya no le alcanza con promesas: a esta altura de la gestión es más que evidente que el oficialismo debe mejorar la economía. Así de sencillo, pero al mismo tiempo contundente. Al menos a la luz de los resultados de esta última encuesta, el clima social se sigue enrareciendo día a día y el humor de la gente empeora a pasos agigantados. La caída de casi 12 puntos es un valor que debería provocar preocupación entre los altos funcionarios del gobierno”.

Economía

El diagnóstico del CEOP es que la base de las pérdidas de imagen del presidente y su equipo está en que la población tiene percepciones muy negativas respecto de la economía. La del país y la de su casa. Nada menos que el 70 por ciento afirma que la economía del país está mal o muy mal, pero ese dato suele amortiguarse bastante cuando se pregunta por la situación en su hogar. En este caso no se amortigua: 66 por ciento afirma que el cuadro en su casa es malo o muy malo. La base indudablemente es el brutal aumento en las tarifas –luz, gas, agua, celulares, prepagas, peajes–, a lo que sumó en el final de enero la perspectiva del incremento en el transporte a partir del 1 de febrero.
“Todo parte de una pregunta concreta –diagnostica Bacman–: ¿qué pasó con las promesas de campaña? Para comenzar este recorrido no queda otra opción que retornar a la economía. Desde que asumió Cambiemos, algo más de dos años atrás, la economía fue el factor que mayor insatisfacción despertó en la opinión pública. Y por estos días la percepción se ha agravado: se partió del concepto vacío de cambio de los tiempos de campaña y en la actualidad se transita por lo que se percibe como un ajuste. Por eso, las promesas de campaña incumplidas se convierten en la principal amenaza que el oficialismo debe atravesar. Como ya fuera señalado, la economía continúa posicionada como la principal preocupación, aunque en estos primeros días de febrero apalancada en una percepción de elevada inflación. En tal dirección, surge una de las promesas de campaña que no se han logrado ejecutar: Mauricio Macri había afirmado que la inflación no era un problema, que bajarla sería una cuestión más que sencilla. Pasaron los tiempos de la pesada herencia recibida y la inflación sigue en franco aumento. Y para los primeros meses de este año, tras la trepada del dólar y la presión de las paritarias que se vienen, la gente no percibe otro escenario posible que una alta inflación, incluso bastante por encima de las proyecciones oficiales. En tal sentido la memoria colectiva activa mecanismos de alerta ante el mal tan temido .Pero si a la percepción de inflación creciente se le agrega una sensación de que ‘el sueldo no les alcanza para llegar a fin de mes’ o bien ‘llegan con lo justo’, las promesas de cambio de 2015 parece que van a un inexorable choque contra un paredón. Esta situación impacta de manera notable: entre ambas opiniones se suman algo más de ocho de cada diez argentinos”.

Verde

El cuadro de situación se complica ante los nuevos ruidos que produce el dólar. “La mayor parte de los entrevistados deja al descubierto su preocupación por la trepada de la divisa norteamericana –afirma el titular del CEOP– y al mismo tiempo expresa su convencimiento que el aumento del dólar llegará de manera inexorable a los precios y que el gobierno no está haciendo lo suficiente para detener este proceso inflacionario”. Este último punto es fundamental. El ciudadano común no percibe que el alza del dólar sea una especie de fenómeno natural, sino que siempre le echa la culpa a los gobiernos, en este caso al de Cambiemos. 


Intereses

“La cuestión social también está presente como parte de las promesas incumplidas –reitera Bacman–. Una de las frases que más impactó en la campaña de 2015 fue la de pobreza cero. Más allá de la discusión acerca del verdadero sentido de la frase, implicaba lisa y llanamente un mensaje de tranquilidad para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad: la gestión de Cambiemos se preocuparía especialmente de combatir la pobreza .En esta cuestión subyace otra insatisfacción, que enciende un nuevo semáforo rojo. Los argentinos (al menos así lo mencionan casi siete de cada diez entrevistados) están convencidos que el gobierno no ha sido eficiente en su combate a la pobreza y que, por el contrario, este mal se acrecentó a lo largo de estos dos últimos años. En encuestas anteriores se pudo detectar que esta gestión es percibida como un gobierno de ricos para los ricos. En este trabajo de campo, otra pregunta desnuda casi la misma situación inquietante: los sectores percibidos como lo más beneficiados por este modelo han sido el financiero y el campo (en ese orden)”. Esos sectores son percibidos como los privilegiados, es decir que se reafirma la idea del gobierno para unos pocos. 

Expectativas

El CEOP realiza un cruce entre las percepciones sobre la economía del país y la situación en el hogar para estimar cuatro categorías significativas.
  • Los que ven bien la economía del país y la economía en su casa tienen la denominación de Beneficiados. Les va bien a ellos y creen que le va bien al país. En esa categoría está el 19 por ciento de los encuestados. El dato significativo es que hace dos meses los Beneficiados eran el 30 por ciento, es decir que un tercio dejaron de sentirse beneficiados. 
  • Los Optimistas están en esa categoría porque ven mal su situación personal pero ven bien la situación del país, es decir que piensan que aunque no están en un buen momento, lo que ellos perciben como buena situación del país los empujará hacia arriba. Los Optimistas son ahora el siete por ciento y en diciembre eran el cinco por ciento. Es decir que seguramente se cayeron de Beneficiados a una categoría inferior, Optimistas. 
  • Los Pesimistas son los que ven bien su situación personal pero mal el país. O sea que creen que no les va mal en su hogar, pero que los problemas del país los terminarán afectando. Los Pesimistas también bajaron levemente, del 13 por ciento en diciembre al 12 por ciento ahora, es decir que casi no hubo cambios.
  • Finalmente están los Perjudicados, los que tienen una mala situación en su hogar y además perciben que la situación del país también es mala. O sea, los perjudicados por lo que está sucediendo en lo económico–social. Y ahí el porcentaje sube de forma más que notoria. Del 51,7 por ciento en diciembre a 60,6 en la encuesta de este mes. Es un dato significativo que seis de cada diez personas consideran que están mal y que el país está mal. 
Todo esto exhibe el deterioro. Los que se sentían un poco mejor, se van cayendo de la categoría de Beneficiados, a golpes de tarifas y aumentos de todo tipo. Y los que ya estaban Perjudicados se multiplican, son cada vez más. ¿Cambiemos puede revertir esta situación? La pregunta tiene respuestas muy diversas entre los encuestadores, aunque todos coinciden en que las expectativas optimistas ya no son las mismas. 




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