Dignidad todavía queda, y, como desde hace más de 40 años, está en el ejemplo de las abuelas maravillosas que tiene esta república atormentada.
Cuentan cronistas que estuvieron presentes, que la reunión de las Abuelas con los ministros de justicia y seguridad fue de una severidad memorable.
“Lamentablemente ni usted, ni usted, ni usted reconocen absolutamente nada. No tenemos 15 años, llevamos años exigiendo, pidiendo, sin bajar los brazos. Es lamentable que después de 40 años tengamos que gritar otra vez aparición con vida. Santiago Maldonado es un detenido-desaparecido forzado. Entonces sinceramente yo creo que ya no hay mucho para hablar”, sentenció la ejemplar Taty Almeida, seguida de Lita Boitano, quien latigó: “Yo no me atrevo a decirlo en nombre de todo el grupo, pero ustedes saben dónde está y qué hicieron con Santiago. Yo me voy con esa convicción: que no lo pueden decir y no lo pueden mostrar”.
Dicen que la ministra Patricia Bullrich saltó en su silla: “¿Ustedes creen que nosotros vamos a hacer eso?”. “Sí, querida”, respondió la Abuela Lita.
Entonces Bullrich, su colega de justicia Germán Garavano y el colaboracionista funcionario Avruj se dieron por ofendidos como damas inglesas y acabaron la reunión. Luego de la cual, apenas horas después y en la mismísima Tele Noche, Bullrich cometió el furcio más monumental de admisión de responsabilidades que se halla pronunciado jamás: “Se quieren plantear bandos. El bando de los que quieren encontrar a Maldonado y el bando de los que no queremos encontrar a Maldonado”. Sic, resic y recontrasic. Está grabado. El insconsciente existe y habla. Sí, querida.
Claro que, como hacen siempre, los medios oficialistas silenciaron esto y en cambio publicaron otro de los 2.000 titulares que tienen a mano con Lázaro Báez. Y también titularon que el juez Ercolini citó a CFK a indagatorias. Y la ya indescriptible Sra. Stolbizer clamó impedir que la expresidenta asuma su casi asegurada banca en el Senado.
El hecho es que tenemos otro desaparecido en la Argentina y la ministra de seguridad, responsable de ordenar la represión a tropas de la Gendarmería Nacional -instaladas vergonzosamente en terrenos del latifundista Benetton, como se denunció ayer domingo, y desde donde se reprime a los pueblos originarios- como siempre hace, niega y miente.
Lo que delata que el camino de violencia que están pavimentando estos tipos es peligrosísimo, pero lo que más asombra es que la gran mayoría de las dirigencias opositoras argentinas no lo denuncian, no lo dicen con todas las letras. Es la vida de un compatriota, Santiago Maldonado, la que hoy simboliza esta nueva barbarie que ya conmueve al mundo entero. Pero es la paz de la república la que está en peligro con estos tipos que –y esta columna lo ha dicho muchas veces– se han adueñado de la Patria con un talento y una audacia como no tuvo ninguno de sus dictadores modelos. Por eso es de temer que, cuanto más débiles se sientan, más prepotentes y violentos serán.
La noticia más alarmante de ayer domingo fue, por eso, la de que el gobierno evalúa que las Fuerzas Armadas vuelvan a actuar en “la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”. Igual que los anteriores presidentes de Colombia o de México cuando incendiaron sus países, ahora Macri pretende un “nuevo rol” para los militares con “Sí, querida” y su colega de Defensa, Oscar Aguad.
No se trata de sentir enojo ni depresión, pero sí de estar alertas y en todos los casos pensar alternativas democráticas, superadoras, pacíficas y honradas. Todo eso que no tienen, tampoco tienen, las dirigencias sindicales claudicantes que jamás le harán paros generales a este gobierno, ni los legisladores que de tanto agacharse acaban rastreros como cucarachas. Hay demasiado sujeto sin vergüenza en la política argentina y no sólo en este gobierno desvergonzado.
La misión de todos ellos ahora es una sola: impedir que los dos tercios de la ciudadanía se organice, se una y los barra a votazos.
Y para cerrar, dos párrafos estimulantes de provincia: El éxito del Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que organizamos en la capital chaqueña por 22º año consecutivo, fue una maravilla multitudinaria de esperanza para miles de docentes, bibliotecarios y estudiantes que tuvieron la extraordinaria oportunidad de absorber el conocimiento que regaron decenas de intelectuales, escritores y académicos de relieve nacional e internacional.
Y la otra, la inauguración del Parque Nacional El Impenetrable, esta semana, logro que algunos chaqueños amasamos durante casi diez años y que ahora abrirá tranqueras para que la Argentina toda conozca esa maravilla natural que son los últimos restos de bosque y fauna nativos, en una provincia ecológicamente devastada por la voracidad sojera.
Y la nave va. Con viento en contra, pero avante siempre hacia un seguro naufragio. El de estos tipos. Sí, querida.
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