JUAN PERON, 4 DE JUNIO DEL AÑO 1946.
"Por esto, el triunfo del pueblo argentino es un triunfo alborozado y callejero, con sabor de fiesta y talante de romería, y con el espíritu comunicativo de la juventud y la alegría contagiosa de la verdad, porque rebaso el marco estrecho de los comités políticos habituales, para manifestarse cara al sol o bajo la lluvia, pero siempre al aire libre, con el cielo como único limite a sus anhelos de redención y libertad. ¡Fiestas de redención de los trabajadores, de liberación de los seres útiles de la Patria! ¡Fiestas de redención de la Patria misma al tener cabal noción de su libertad y concepto claro de la soberanía!
Por esto, el triunfo del pueblo argentino ha dejado deslumbrados a los que vivían de la semipenumbra del interés creado, al margen del caudal de sentimientos en que se deleitaba al alma popular. Se había creado una atmósfera artificial a fuerza de repetir que somos un país rico y callar que eran extraordinariamente pobres las masas trabajadoras; se había creado un falso concepto de la vida al favorecer el desarrollo de las malas artes políticas y fomentar las actividades al margen de la ley; se vivía una simple apariencia de legalidad estrujada aun por la hidra de los privilegios.
Se comprende que al derrumbarse el tablado de la antigua farsa, toda la comparsería quedara deslumbrada ante la insólita exposición de la verdad desnuda. Este ha sido el estilo que ha conmovido a las masas trabajadoras, que ha prendido en las restantes clases sociales y que acabara por imponerse definitivamente, como sucede con todos los sentimientos que anidan en la entraña del pueblo.
Recuperado el sentimiento, volvemos a lo nuestro, a lo que es esencialmente nuestro, a lo que se ha formado a través de múltiples generaciones por obra del amor a al tierra y a fuerza de luchar con cuerpo y alma para consolidar y defender palmo a palmo cada conquista. Volvemos a lo nuestro, al ser intimo de esta alma nuestra, que, a fuerza de querer dotarla de una "personalidad destacada", haciéndola asimilar culturas ajenas, se despersonalizaba, perdía sus características peculiares y quedaba sin los rasgos que definen la reciedumbre de su potente individualidad.
Al recuperar nuestra alma, han vuelto las manifestaciones ingenuas y espontáneas de nuestras muchedumbres, de estas masas que en momentos oscuros para la Patria vieron claro el porvenir y que, andando por caminos difíciles, intuyeron cual seria la ruta que las conduciría a la realización de sus destinos. Merced a la fe y a la confianza del pueblo argentino, ha sido posible recuperar el brillo de las instituciones una vez desposeídas del moho que en ellas habían acumulado el egoísmo, la violencia y la mala fe."
Prof GB
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