Hace diez años exactamente la Ciudad de Buenos Aires estaba en tinieblas.
Gases lacrimógenos, balas de plomo, fuego, humo negro, y multitudes como huracanes destruyendo todo símbolo de la política, de la economía.
El Congreso de la Nación, la Casa Rosada, los Bancos.
Las Fuerzas de inseguridad reprimían como en los viejos tiempos o como siempre.
Barbarie diría Sarmiento.
Orden y Progreso pediría Roca, no nos dejan progresar ni ordenar afirmaría Videla.Pero no.
En el gobierno estaba la Alianza, aquella entente antimenemista que lideraba por esos días el radicalismo con Fernando De la Rúa y el neoliberalismo con Domingo Felipe Cavallo.
Corralito para salarios y jubilaciones, decenas de monedas circulando por todo el país, hiperinflación, saqueos, desocupación record en la Historia argentina, subocupación record en la Historia argentina.
Decenas de muertes.
Hambre, piquetes, mas represión.
La Democracia de las plazas, el trueque en barrios otrora de clases medias pudientes como Parque Rivadavia o Centenario.
Hambre, piquetes y cacerolas la lucha es una sola.
Que se vayan todos, que no quede ni uno solso.
Desazón.
Falta un Discépolo que la describa.
Cinco presidentes en una semana.
Default.
Se animan a recordar la cifra de nuestra deuda externa en aquellos días?
Emigran por cientos de miles a la Europa poderosa, España por ejemplo.
Mañana, cuando asuma nuestra presidenta, tratemos de hacer memoria por unos minutos.
En la Plaza o frente al televisor, escuchando la radio o mirando la nada.
Hace diez años exactamente, dónde estábamos en cuerpo y alma.
GB
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