Las torturas denunciadas por soldados a manos de sus jefes militares en las Islas Malvinas no son crímenes de lesa humanidad y por lo tanto prescriben. Así rige desde el 13 de noviembre de 2009, por decisión de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal. El Centro de Ex Combatientes con sede en La Plata (CECIM) pidió una revocatoria en los autos CSJ 101/2012 “Taranto, Jorge Eduardo s/ causa 14.969”, que la Corte Suprema de Justicia desestimó en mayo de 2015. Los jueces Ricardo Lorenzetti, Carlos Maqueda y Elena Highton evaluaron que, como aquella primera sentencia no había sido recurrida, quedaba firme como cosa juzgada. No obstante ese caso particular, la Corte aclaró que no se expedía sobre el tema de fondo. Esa cuestión es de especial interés para 130 oficiales o suboficiales denunciados por tormentos a quienes, además, obligaban a arriesgar la vida “para defender la Patria”.
En otras causas de lesa humanidad, por estos días, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, de la Sala II de Casación, beneficiaron a Jorge “Tigre” Acosta –ícono del terrorismo de Estado en la ESMA– con un cómputo de pena que lo acerca a la libertad, y acaban de tener otra contemplación con un ex jefe de Inteligencia de Ejército, Mario Ocampo.
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