Tres veces por semana comparto el programa Habrá consecuencias, en El Destape Radio, con compañerxs entre sus 30 y sus 50 años (sin detalles, para redondear), que coinciden en su gusto por géneros musicales que me dejan impávido. Mi absoluta insensibilidad hacia los rocks que a ellxs les apasionan es un serio defecto contra el que ya no estoy a tiempo de luchar. A menudo les pregunto qué es lo que suena y, de a poco y muy poquito, me voy desasnando. Ya distingo a Charly García de Paul McCartney. Y no mucho más. Lo digo con vergüenza.
Por contraste se acentúa mi placer por aquellas cosas que formaron mi gusto y que me hacen sentir vivo, que no son pocas. En las últimas semanas no puedo despegarme del tango, cantado o instrumental. Hoy es el turno del bandoneón solo, o casi: también hay dúos extraordinarios de bandoneón, o bandoneón con canto. Para empezar, un álbum completo de bandoneón solo por ese intérprete superlativo que fue Leopoldo Federico, además una persona encantadora, de una delicadeza y una modestia que sólo los mejores pueden tener.
Después, fragmentos breves de los dos grandes del tango, Aníbal Troilo y Astor Piazzolla, y un par de dúos entre ambos.
Troilo
Piazzolla
Troilo y Piazzolla
Mucho antes que ellos grabaron dúos con sus fueyes Pedro Laurenz y Pedro Maffia, los dos primeros bandoneones de la orquesta de Julio De Caro en 1925, en la que debutó Troilo en 1932, cuando era tan pibe como Piazzolla cuando se sentó en la línea de bandoneones de la orquesta de Pichuco al comenzar la década siguiente.
Laurenz y Maffia
El solo que sigue es del cordobés Ciriaco Ortíz, ya avanzada la década de 1960 en la película Fueye querido, de Mauricio Berú.
Para terminar, tres solos del Chula Gabriel Clausi, que vivió y tocó hasta los 99 años.
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