Por Federico Kucher
La Bolsa porteña anotó ayer una caída de 2,8 por ciento. La falta de definiciones sobre quién ganará las elecciones de la próxima semana en Estados Unidos provocaron una baja en las acciones de las principales bolsas del mundo y tuvieron un efecto réplica a nivel local. El establishment norteamericano se muestra a favor de una victoria de la candidata demócrata Hillary Clinton, al acusar al candidato republicano Donald Trump de tener propuestas antisistema, en particular cuando avala estrategias proteccionistas en materia comercial para recuperar el “made in USA”.
Las empresas que mayor caída anotaron en el mercado local fueron las dedicadas al rubro de la energía, al destacarse la baja del 4,4 por ciento de Transener y del 4,7 de Petrobras. Entre bancos, sobresalieron las bajas del 1,9 por ciento del Grupo Financiero Galicia, del 4,2 del Banco Francés y de 0,4 del Macro.
La agencia Bloomberg, uno de los medios con más peso en la arquitectura financiera internacional, señaló ayer un dato de color respecto del movimiento de la bolsa de Wall Street. Mencionó que desde los setenta cada vez que en los tres meses previos a las elecciones el mercado bursátil tuvo rendimientos negativos, el candidato del oficialismo no consiguió continuar en el poder. El mercado, según Bloomberg, es “predictor” clave de resultados presidenciales y este año no apunta a favor de Hillary.
En el mundo las tensiones asociadas a una posible victoria del candidato republicano no parecen pasar desapercibidas. Entidades como el Deutsche, el banco más grande de Alemania, bajaron ayer a ritmos del 3 por ciento y volvieron a poner en duda la sustentabilidad del sistema financiero europeo.
La suba acelerada de la tasa de interés de la Reserva Federal, propuesta promocionada por el candidato republicano, sería una de las principales dificultades para economías del mundo emergente. Estos países no desarrollados tendrían mayores costos para emitir deuda externa y muy posiblemente bajarían los precios de las materias primas mientras los capitales retornarían hacia el primer mundo.
El Banco Central a cargo de Federico Sturzenegger, mientras la economía global da indicios de probables turbulencias, continúa encerrado en su disputa con el Ministerio de Finanzas por el nivel de la tasa de interés local. En la licitación de Lebacs de ayer volvió a mantener por sexta semana el rendimiento en 26,75 por ciento y ya acumula un stock de letras que supera al dinero en circulación. Prat Gay, alterado por la falta de predisposición de la autoridad monetaria para colaborar con la reactivación del mercado interno a través de la baja la tasa de interés, empezó a poner trabas en las decisiones del directorio del Central a través de su representante Pablo Curat. El argumento de la autoridad monetaria para mantener en casi 27 por ciento la tasa de interés es que busca moderar las expectativas de inflación para el próximo año.
Los hombres de negocios de la city porteña observan cada vez más preocupados el aumento del stock de Lebacs en lo que va de 2016, que alcanzó los 685 mil millones de pesos, el equivalente a 45 mil millones de dólares. Consideran que desarmar esta “bola de nieve” podría implicar un canje forzoso por bonos de mayor plazo.
La principal dificultad es que las letras dejen de renovarse y los pesos que el Central no absorbe se destinen a la compra de moneda extranjera. Una corrida podría generar un nuevo shock inflacionario, cuando el Gobierno tiene en mente aumentar el precio de la nafta, incrementó esta semana los transportes del área metropolitana y empezó a cobrar las boletas de gas con el nuevo cuadro tarifario.
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