La errática política cambiaria de la entidad monetaria conducida por Federico Sturzenegger está provocando cimbronazos en el nivel de reservas y en la paridad cambiaria, que acumula un alza del 60 por ciento desde el inicio del gobierno de Macri.
› Por Federico Kucher
Las reservas del Central bajaron ayer 210 millones de dólares, al cerrar en 23.556 millones, una cifra que no tiene en cuenta el préstamo de corto plazo y alta tasa de interés de 5000 millones negociado con la banca extranjera. Con ese préstamo, las reservas suman 28.556 millones. La autoridad monetaria intervino con 150 millones de dólares en el mercado para intentar frenar el alza del tipo de cambio, que finalizó en 15,63 pesos, con un incremento de tres centavos respecto del jueves y de casi 1,50 pesos en el año. El titular de la institución, Federico Sturzenegger, mencionó que se vendieron divisas para evitar movimientos especulativos pero no para sostener el valor de la moneda. “La intervención es para corregir picos y evoluciones que no guardan relación con los fundamentos. No para sostener un tipo de cambio que está fuera de equilibrio”, aseguró. El funcionario, cuando asumió al frente de la entidad, había afirmado que el Central no participaría del mercado cambiario para dejar a los inversores definir el precio de la divisa.
La caída de reservas de ayer fue la segunda más importante desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri. Los registros del Central muestran que la pérdida más relevante se anotó el 16 de febrero con un descenso de 238 millones de dólares. Las dificultades para preservar las reservas de la entidad fueron constantes en lo que va del mes, puesto que en 15 de 18 días hábiles hubo caídas. Sin computar el pase de 5000 millones de dólares, que el propio BC contabiliza aparte en su comunicado diario, las divisas de la autoridad monetaria ya descendieron al nivel más bajo de los últimos diez años, cuando el 8 de mayo de 2006 se computaron 23.553 millones.
La menor oferta de dólares por liquidación de cosecha es uno de los elementos claves para explicar la caída de reservas en las últimas semanas. El complejo agropecuario vendió menos de 95 millones de dólares diarios en lo que va de febrero, cuando la cifra era mayor a los 140 millones en enero. Estos montos de la liquidación son bajos si se tiene en cuenta que el ministro Prat Gay había asegurado a mediados de diciembre que los empresarios del agro tenían un acuerdo con el equipo económico para vender más de 400 millones por día. Los referentes rurales adelantaron además que la venta no subirá hasta la llegada de la nueva cosecha. La disminución de las reservas se explica además por la mayor demanda de dólares para importaciones y el incremento de la compra de moneda extranjera para ahorro (resguardo del patrimonio) de empresas y la clase media, fenómeno que se potencia con el alza en las expectativas de devaluación.
La disminución de las divisas del Central generó presiones para sostener la cotización del tipo de cambio, que alcanzó esta semana los valores más elevados desde la apertura de los controles al dólar a mitad de diciembre. El dólar toco un pico de 15,65 pesos el martes pasado, cuando cotizaba a 14,14 a final de enero y a 13,41 al cierre de 2015, lo cual equivale a un alza de 17 por ciento en lo que va de 2016. El aumento del dólar ya había sido de 35 por ciento en las últimas dos semanas de diciembre pasado. El titular de la autoridad monetaria, a pesar de estos incrementos, aseguró que la preocupación de la entidad no se centra en la estabilidad del tipo de cambio sino en disminuir la tensión del proceso inflacionario. “Lo más importante para un Banco Central es focalizarse en la inflación. Hoy tenemos un problema en este frente que estamos tratando de superar”, apuntó desde Shanghai, donde participa junto con el ministro de Hacienda del encuentro de funcionarios económicos del G-20. Agregó que “el objetivo de la entidad es el nivel general de los precios y se considera el tipo de cambio como colchón para la economía. La paridad cambiaria sirve para amortiguar los shocks”.
El funcionario aseguró además que la política ortodoxa de contracción monetaria para frenar la suba de precios, con la cual el ritmo de emisión bajo del 40 al 22 por ciento, no genera impacto para el nivel de actividad económica. “Ajustar la masa monetaria no es una amenaza para el crecimiento del PIB. Siempre se llega a un equilibrio”, precisó. Estudios empíricos de economistas no convencionales afirman que, a contramano de las declaraciones de Sturzenegger, la contracción monetaria acompañada por la política de suba de la tasa de interés provoca efectos negativos para la producción y el empleo.
En lo que refiere a las operaciones con acciones, el MerVal registró ayer una baja de 0,1 por ciento. Las empresas que registraron las mayores pérdidas fueron el Grupo Financiero Galicia (-0,9 por ciento), el Banco Macro (-3,3 por ciento), Pampa Energía (-1,4), YPF (-1,4) y Sociedad Comercial del Plata (-0.9). A diferencia de este desempeño, las compañías que computaron las mayores subas fueron Aluar (2,4 por ciento), Edenor (0,4), Banco Francés (1,8), Tenaris (6,0), Transener (1,9) y Siderar (6,1).
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