viernes, 26 de febrero de 2016

EL ASESOR DE CAMPAÑA DE ROUSSEFF DECLARO A LA POLICIA Las cuentas del publicista

Por Eric Nepomuceno
Desde Río de Janeiro
João Santana, el publicista responsable por las victoriosas campañas electorales del PT en 2006, con Lula da Silva, y con Dilma Rousseff en 2010 y 2014, prestó declaraciones a la Policía Federal en la mañana de ayer. El día anterior, su socia y esposa, Monica Moura, había hecho lo mismo. Los dos están detenidos desde el martes, luego de que el juez Sergio Moro, que investiga casos de corrupción en la estatal Petrobras, emitiese un orden de captura. Son acusados de haber recibido en cuentas secretas mantenidas en el exterior siete millones y 500 mil dólares, oriundos de coimas y propinas en la Petrobras, como parte del costo de la última campaña de Rousseff.
Santana habló a lo largo de dos horas. Lo que dijo está en las cuatro páginas del informe de la Policía Federal. Admitió ser el dueño de una empresa offshore llamada Shellbill, creada en 1998, que tiene una cuenta en el banco Heritage, en Suiza. Afirmó lo que todos esperaban que dijera: que quien controla finanzas y administración de sus empresas es Monica Moura. A él le toca crear y dirigir campañas, y apenas sabe quién paga y cuánto. Pero aseguró, enfáticamente, que ninguna de sus cuentas en el exterior jamás recibió un solo dólar por trabajos realizados en Brasil.
Bastante más contundentes fueron las declaraciones de su esposa. Ella admitió haber recibido dinero en la “caja dos”, que es como en Brasil se mencionan recursos ilegales, pero como pago de deudas de campañas realizadas en Angola y Venezuela. Dijo que sabía que parte de los recursos provenían de la constructora Odebrecht, que realiza importantes obras en esos países.
Monica Moura argumentó que las empresas que mantiene en sociedad con su marido realizan muchos trabajos fuera de Brasil, y por eso las cuentas en el exterior. Contó que “hace poco” fue alertada de que existían algunas irregularidades, y que estaba precisamente tratando de regularizarse junto al fisco brasileño.
La mujer del publicista, conocida por su carácter fuerte, admitió con todas las letras que sabía que parte del dinero descubierto en la cuenta secreta –tres millones de dólares– fue paga por la Odebrecht, y que en casi todas las campañas realizadas fuera de Brasil está implícita la existencia de “dinero no contabilizado”. Esos dólares se referían a deudas de la campaña venezolana del 2012.
Es plausible que la Odebrecht haya contribuido para campañas presidenciales en países donde tiene interés. Pero la participación del fabricante de plataformas de petróleo Keppel Fels sigue siendo, para ella, algo un tanto misterioso. “Posiblemente –dijo– esa empresa también tiene o tenía interés en Angola.” Moura mencionó específicamente a las campañas del presidente José Eduardo dos Santos, en Angola, y Hugo Chávez, en Venezuela, como las más morosas.
Todo eso puede parecer carente de importancia, o mera intriga, pero complica, y mucho, la situación de la gigante Odebrecht en la Justicia brasileña. Vale recordar que su principal ejecutivo y heredero, Marcelo Odebrecht, está preso desde hace ocho meses, y jamás admitió que las empresas del grupo hubiesen realizado transferencias irregulares en el exterior. Pues ahora surge un beneficiario de tales depósitos, y que es nada menos que el publicista estrella de Lula, de Dilma y del PT.
La esposa y socia de João Santana contó que luego de todos sus esfuerzos para cobrar lo que el partido del presidente Dos Santos le debía en Angola, fue orientada a procurar Zwi Scornicki, representante en Brasil del Keppel Fels, quien se encargaría –como efectivamente ocurrió– de saldar la deuda. Y en este punto la trama se hace más compleja: Scornicki está detenido, acusado de distribuir coimas a políticos y ejecutivos de la Petrobras, a cambio de jugosos contratos junto a la estatal.
Por más que Santana y esposa aseguren que lo recibido de manera irregular está relacionado a campañas realizadas en el exterior, la Policía Federal y los fiscales insisten: se trata de dinero sucio en la campaña electoral de Dilma Rousseff.
De momento, son meras suposiciones, pero para los grandes conglomerados de comunicación, la cosa está clara: Santana recibió dinero originado en el esquema de corrupción instalado en la Petrobras, y por eso la Justicia Electoral debe impugnar la elección de Dilma Rousseff y su vice, Michel Temer.
La oposición, mientras tanto, luce una alegría de niño en día de fiesta: contando con disidentes del PMDB, teóricamente el mayor aliado del PT en el gobierno, fue instalado un Comité del Impeachment, y se convocan marchas multitudinarias para el domingo 13 de marzo.
El objetivo: dejar claro que el “pueblo en las calles exige el fin del gobierno y la defenestración de Dilma”.
Además, el caso gana peso en el Tribunal Superior Electoral, donde se analizan cuatro procesos interpuestos por el derrotado PSDB.
Con un cuadro económico caótico y un ambiente político de parálisis, con el gobierno inerte e incapaz de avanzar en cualquiera de sus iniciativas, no importa que, detenido, el publicista estrella poco o nada tenga que declarar a la policía y al juez.
El daño a Dilma Rousseff y su confuso y débil gobierno ya está consumado.

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