Es en una causa polémica impulsada por Cambiemos en la que se investiga la venta de dólar futuro por parte del Banco Central. La devaluación de Macri posibilitó el negocio.
La ex presidenta Cristina Fernández fue citada a indagatoria por el juez federal Claudio Bonadio en la causa en la que se investiga la venta de contratos de dólar a futuro por parte del Banco Central entre septiembre y diciembre del año pasado. También fueron llamados a prestar declaración el ex ministro de Economía Axel Kicillof y el ex titular del Banco Central Alejandro Vanoli, entre otros funcionarios del gobierno anterior. Se trata de una denuncia presentada por los legisladores de Cambiemos Federico Pinedo (PRO) y Mario Negri (UCR), por el supuesto delito de “defraudación contra la administración pública”. Los legisladores oficialistas cuestionan que el BCRA haya ofrecido cobertura sobre el tipo de cambio a un valor promedio de 10,65 pesos para marzo de este año, mientras que en Wall Street contratos similares se transaban a 14/15 pesos, a pesar de que por cuestiones regulatorias no existe la posibilidad de arbitraje entre ambos mercados. El cuestionamiento lleva implícita la posterior devaluación aplicada por el gobierno de Mauricio Macri, como si esa decisión política hubiera sido un hecho inevitable a priori.
La denuncia cursó con inusitada velocidad por los tribunales. El fiscal en lo Criminal y Correccional Federal Eduardo Taiano dio curso a la investigación y un par de días se dispuso el allanamiento del BCRA, aun cuando por iniciativa propia el equipo legal del Banco había presentado la documentación correspondiente horas antes del operativo. Las sesiones indagatorias comenzarán el 28 de marzo. Vanoli fue citado para el 7 abril, Kicillof para el 12 y CFK para el miércoles 13 de ese mes.
El escrito de Bonadio detalla que “el BCRA ha tenido un quebranto por las posiciones vendidas de futuros de dólar en el Mercado Rofex en los meses de diciembre y enero del año en curso de 7575 millones de pesos y se deberá afrontar un pago por las posiciones abiertas de febrero a junio del año en curso estimado en 39.879 millones de pesos”. Agrega que a raíz de las operaciones a través del Mercado Abierto Electrónico el BCRA registró una pérdida de 1552 millones de pesos y otros 27.724 por los contratos activos de enero a junio de este año. Luego de la devaluación, el BCRA a cargo de Federico Sturzenegger modificó los contratos y aplicó un recorte retroactivo de los pagos a los tenedores.
Los contratos a futuro son transacciones entre dos partes que permiten a quien lo compra asegurar el precio de un activo. El comprador apuesta a una suba del valor de ese activo, en este caso del dólar, durante el lapso de tiempo acordado. La parte vendedora generalmente estima una baja y se compromete a ofrecer el contrato esperando ganar con la diferencia. En el país se utiliza el mecanismo de los contratos a futuro desde 2004. Según su Carta Orgánica, el Banco Central puede operar en el mercado de futuros aunque con un límite por el equivalente de 20.000 millones de dólares netos. Al 30 de octubre tenía posiciones abiertas por 15.323 millones.
“Es por incumplimiento de determinadas normas de la Carta Orgánica del Banco Central y tiene que ver con el compromiso de las reservas del Banco”, resumió Bonadio ayer por la tarde a una radio. La denuncia argumenta que la venta de contratos a 10,65 pesos por dólar representó un fraude inducido al Banco Central. Para ello comparan la cotización del dólar en el contrato a futuro con la vigente en ese momento en Nueva York. Esa diferencia permitiría obtener ganancias financieras seguras. Sin embargo, no existe el arbitraje entre el mercado local y offshore porque una serie de regulaciones del mercado de capitales inhiben esa posibilidad. Es decir, el contrato adquirido a 10,65 pesos por dólar en Buenos Aires no se podía vender inmediatamente en Nueva York a 15 pesos por dólar. A diferencia de lo que dice Bonadio, los contratos a futuro del dólar tampoco afectan a las reservas del BCRA porque la liquidación del contrato para cubrir la diferencia de cotización es siempre en pesos.
Bonadio agrega que “del total de la emisión monetaria desde el 16 de diciembre el 87 por ciento se destinó al pago de los quebrantos de las operaciones de dólar futuro”. En la causa hay una larga lista de empresas en la que figuran los bancos privados que operan en el país, automotrices, agencias de viajes y empresas de telecomunicaciones, entre otras, compradoras de contratos. Ante la acusación opositora de beneficiar a determinadas firmas, desde el BCRA advirtieron en su momento que la operatoria se realiza “a pantalla ciega”, es decir que no se conoce la identidad de la contraparte. En octubre de 2014 Vanoli también utilizó los contratos a futuro pero mantuvo a raya el precio del dólar y al no convalidar movimientos especulativos la entidad obtuvo ganancias por 5500 millones de pesos. Esa utilidad se obtuvo porque el mercado había apostado por una devaluación que no ocurrió, a diferencia de lo que sucedió con la asunción de Macri y la suba del dólar 50 por ciento.
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