Después de una dura negociación política que se agotó a la medianoche de un portazo, la Legislatura bonaerense no pudo sancionar el paquete de leyes enviado por María Eugenia Vidal, que incluían Presupuesto 2016, Endeudamiento, Ley Fiscal y Emergencias administrativas, entre ellas las del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Desde temprano, la rigidez del planteo del Frente para la Victoria sobre el pedido de Endeudamiento, por 98.000 millones de pesos, que había realizado la gobernadora, puso en riesgo la aprobación de todos los proyectos, además de una Reforma Política para limitar los mandatos de los intendentes a dos períodos consecutivos.
Concesión del oficialismo al Frente Renovador. También la Emergencia en el SPB, en plena crisis por la fuga de General Alvear.
La postura del sector del kirchnerismo más concentrado, encabezado por el jefe del bloque FpV, José Ottavis (La Cámpora), impidió desde la mañana el tratamiento del cálculo de gastos y recursos para el año próximo, en el último día habilitado por las ordinarias de la Legislatura provincial.
Pasadas las 23 todavía resultaba una barrera insalvable. Vidal necesitaba dos tercios de los votos para el endeudamiento y el acuerdo Cambiemos-Frente Renovador,y bloques menores no le alcanzaba. Requería de un respaldo mínimo del FpV.
Hasta esa hora, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca (Cambiemos), procuró acercamientos sin éxito. El presidente del cuerpo legislativo, el massista Jorge Sarghini, colaboraba en las tratativas.
Ambos percibían que Vidal exponía parte de la gobernabilidad en la Provincia con estas leyes y que la caída de la sesión de Diputados –Cámara de origen- provoca un retroceso en las estrategias de consenso político que intentan desde la Gobernación.
Pero, según la explicación a Clarín en las cercanías de la gobernadora, no estaban dispuestos a ningún planteo “cercano a una extorsión”.
Habían pasado diez horas del primer llamado a sesión y Ottavis, con una veintena de legisladores, todavía proponían reducir el endeudamiento a la mitad.
Otro grupo de por lo menos diez integrantes del mismo bloque intentó a media tarde flexibilizar la negociación con el oficialismo. Pertenecen a representaciones “territoriales”, definidas por su ligazón política con intendentes peronistas del interior y alguno del Conurbano.
Por un momento, de ese tironeo surgió la posibilidad de una fractura partidaria similar a la del Senado, donde el FpV quedó por un lado y el PJ por el otro. En el turbión, los rumores siempre se terminan desparramando. Por eso, los pasillos de la Legislatura tenían más audiencia que las propias comisiones, entre ellas la de Presupuesto. Por ahí andaba el intendente de Saavedra, Hugo Corvatta, con su reclamo de “un porcentaje del endeudamiento para obras en el distrito”.
Entre cafés recalentados de oficina, algunos legisladores repararon en detalles subsidiarios del debate, pero que afectaría a sus bolsillos. La Legislatura también se quedaba sin presupuesto porque Diputados y el Senado debían tratar ese tema. “Sólo cobraremos la dieta”, corrió el alerta, despojada de altruismo.
Con el desbarranco de la última sesión del año, Vidal pierde iniciativa. Es un traspié ilevantable en lo inmediato. Con los proyectos se incorporaba la Emergencia en Infraestructura que preveía ampliar el gasto de $ 4.500 millones a 17.000 millones. El Presupuesto pautado era de $ 323.000 millones. El retoque tributario para el Inmobiliario Urbano observa, ahora sólo en las carpetas, una suba de hasta 30%. No hay previsión de pauta salarial para 2016. La Emergencia en el SPB estuvo a un paso de la aprobación, con salvedades admitidas por propios y extraños: el sistema que aloja a 34.000 reclusos estuvo en virtual acefalía de conducción por dos semanas. Demasiada ventaja para un lugar lleno de “complicidades” y en algunos niveles de la política “perforada por el narcotráfico”, como explica Vidal.
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