miércoles, 12 de agosto de 2015

Macri y Massa resisten las presiones para sellar un pacto opositor

El escenario político que dejaron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo pasado sembró una serie de enigmas, alternativas y tensiones para macristas, radicales y massistas. La aritmética del tardío escrutinio desató, desde las primeras horas del lunes, una serie de especulaciones y fórmulas en torno a los dueños del segundo y tercer puesto nacional: el Frente Cambiemos (integrado por el PRO, la Coalición Cívica y la UCR) y Unidos por una Nueva Argentina (UNA), la coalición sellada entre Sergio Massa y el tres veces gobernador cordobés José Manuel De la Sota. El reloj de las definiciones políticas, hasta ahora, tiene una primera fecha de vencimiento dentro de 70 días para la primera vuelta presidencial. Ese camino, en las primeras horas del resultado del domingo, aparece escarpado para el PRO de Mauricio Macri, y para el Frente Renovador de Sergio Massa: los dos candidatos presidenciales que se impusieron sobre sus aliados y que ahora deberán transitar una ambiciosa campaña electoral para alambrar la cosecha de los socios que, desde hace dos días, deberán mantenerse subordinados a Macri y a Massa, los dos enemigos preferidos del espacio opositor al oficialismo que ya suman un año de clamores, y ofertas, para que caminen juntos la ruta electoral que comenzó este domingo.
Esas aspiraciones, a pesar del público impulso que les ofrece un poderoso sector del establishment, comenzaron a derrumbarse de la mano del massismo que ayer amagó con cerrar la puerta, en forma definitiva, a la posibilidad de sellar un acuerdo con el PRO. El objetivo más codiciado que dejaron las PASO para el Frente Renovador, gira en torno a romper la polarización entre Daniel Scioli y Macri. Sin embargo Massa ofreció otro panorama ayer cuando se reunió con sus equipos técnicos de seguridad y educación. También participaron el candidato a gobernador Felipe Solá y la candidata a diputada Graciela Camaño.
El equipo analizó replantear la estrategia de campaña para un FR que trabaja, mientras termina de analizar los números, sobre la certeza de que el "único" candidato que puede vencer al Frente para la Victoria en una hipotética segunda vuelta es Massa. Una hipótesis de trabajo que, según admiten desde Tigre, intentarán apuntalar a lo largo de la campaña para cosechar el voto anti kirchnerista. "Si entramos nosotros al balotaje el 95% de los votos de Macri viene con nosotros. Si entra Macri, los votos nuestros se reparten 50 y 50", explicó sin dudar uno de los asesores del espacio que conduce el ex intendente de Tigre. Pero bajo esa misma lógica, y bien lejos de los micrófonos, señalan que un acuerdo explícito con el PRO podría beneficiar al oficialismo.
Convencidos de esa lectura los principales referentes del massismo no tuvieron inconvenientes en especificar sus límites y atacar al PRO. El primer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires por el FR, Facundo Moyano, fue el que abrió el fuego. "Mauricio Macri es el límite y creo que hay muchos dirigentes que piensan de la misma manera", advirtió el joven legislador y redobló la apuesta: "Las alianzas y acuerdos se sostienen en base a coincidencias, pero vos no podés coincidir con un espacio político que no tiene propuestas", chicaneó Moyano para cuestionar a Mauricio Macri  por el "giro en 180 grados su discurso". Esa estrategia de "desperfilamiento" que adoptó Macri, según uno de los hijos del líder cegetista Hugo Moyano, "demuestra que ese espacio político no tiene propuestas propias".
Solá hizo lo propio con el mismo guante y explicó: "Fuimos desairados por Macri, que no se animó. Nosotros nos animábamos, pero ahora ya fue", espetó el ex gobernador bonaerense en referencia a la existencia de una oferta de acuerdo que ahora, según confirmó, no sigue en pie. El candidato a gobernador que quedó tercero en las elecciones del último domingo acusó al jefe de Gobierno porteño de impulsar una "guerra étnica" ya que intentó "dividir entre peronistas y anti-peronistas". "Hay que entender una cosa, el 12 de junio cerraron las alianzas. Esto ya está jugado, estas especulaciones que aparecen son ingenuas e imposibles, se hubiese pensado en junio", concluyó el ex gobernador bonaerense. A pesar de las negativas, el FR disparó una oferta, inicialmente inaceptable para el PRO, pero reveladora de la importancia que encierra, para ambos ex socios desconfiados, la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral.
Aunque Solá negó la existencia de toda posibilidad, el cielo que separa a ambos contendientes fue cruzado ayer por una oferta inicialmente inaceptable para el PRO. "Si (la candidata a gobernadora bonaerense de Cambiemos María Eugenia) Vidal se baja, nosotros aportamos nuestros votos a la candidatura presidencial de Macri", fue la propuesta que deslizaron los mismos protagonistas que, en público, negaron toda posibilidad de acuerdo.
De cobos a jorge.
Del lado amarillo del mostrador, la mayoría de los voceros del PRO se escudaron en un riguroso silencio de radio, sin dejar de remarcar que Macri, recibió ayer al diputado y postulante a senador nacional por Mendoza Julio Cobos, que insistió con la necesidad de avanzar en "acuerdos de gobernabilidad" antes de las elecciones generales de octubre. Sólo habría planteado acercamientos con Macri, pero en rigor, Cobos podría funcionar como una válvula de acercamiento, o un tercero en discordia cuyos oficios podrían acercar posiciones.
Lejos de esos cálculos, y esquivo a las preguntas periodísticas, una alta fuente del gobierno porteño confió que los únicos receptores de ofertas son el intendente de Vicente López, Jorge Macri; el ministro de Gobierno porteño Emilio Monzó, Vidal y el omnisciente dedo derecho de Macri: el jugador del real estate porteño y bonaerense, Nicolás Caputo. "No hay chances de llegar a un acuerdo, porque la lucha de egos entre ambos es tan dura, que parece la pelea de Mauricio con (el empresario y ex candidato Francisco) De Narváez", el mismo que se retiró de la política cuando fracasó en su intento para jugar a los dos precandidatos que ahora detentan el segundo y tercer lugar. El ministro de Hacienda y candidato a intendente de Lanús Néstor Grindetti, consideró ayer que era "una pérdida de tiempo" sostener la hipótesis de un acuerdo.
Los arquitectos electorales del PRO que se animan a romper el silencio impuesto por su líder, cuentan que otro potencial que hace valer el masismo tiene que ver con De la Sota. "La verdad que los votos del gallego no los podemos morder porque creemos que se jugará con Scioli, tarde o temprano", chicanean desde el gobierno porteño en referencia a la presunta necesidad de la provincia Mediterránea para resolver el litigio judicial que mantiene con la Nación por la caja de jubilaciones cordobesa. Por encima de las primeras evaluaciones, y de los chispazos inaugurales que se propinaron ambos contendientes, los dardos envenenados vuelan por encima de una certeza que confiesan ambas fuerzas: "Todavía falta mucho, es posible que cada uno muera en la suya, por ahora no hay negociación, pero todo puede cambiar cuando llegue el momento de las definiciones", es el mensaje que contestan los voceros de cada escudería, sin perder de vista que, hasta ahora, la posibilidad de una segunda vuelta presidencial podría depender de ellos. «


Advertencia de Solá: "No somos árbitros, somos competidores"
El candidato a gobernador bonaerense por UNA, Felipe Solá, negó que su jefe político y postulante a la Rosada, Sergio Massa, haya encarado negociaciones con otro de los postulantes a la sucesión de Cristina Fernández, Mauricio Macri (PRO). "No hay ninguna posibilidad de acuerdo", dijo Solá, en línea con lo expresado, 24 horas antes, por otro massista y candidato a renovar su actual mandato en Diputados, Facundo Moyano.
Para Solá, "no es posible que Massa baje su candidatura y se una a Macri" para facilitar la llegada del PRO a la Rosada y sacar al Frente para la Victoria del poder.
El "renovador" negó que UNA vaya a ocupar un rol de "árbitro" de cara a las generales de octubre. "Somos competidores" de la contienda, se jactó Solá.
El flamante postulante dijo que su espacio es "completamente diferente" a Cambiemos, en el que confluyen, además  del PRO, la UCR y la CC.  Y en el que Solá se medirá en el redil bonaerense con la macrista María Eugenia Vidal y el kirchnerista Aníbal Fernández.
"Para un eventual balotaje falta mucho. En este momento no tenemos ánimo de acuerdo para balotaje. Estamos peleando el balotaje. No somos árbitros sino parte de la lucha. Somos competidores", desafió Solá. "Nosotros tenemos condiciones, proyectos y decimos lo que vamos a hacer; los demás, no dicen lo que van a hacer".
Para Solá, los 38 puntos que obtuvo Scioli es "su techo" electoral.


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