Las divisiones en propuestas políticas y económicas en el marco de la campaña presidencial parecen haber decantado más en los sectores empresarios que en las cuestiones netamente partidarias. Luego de que el sábado la Sociedad Rural le marcara la cancha sin tapujos a Mauricio Macri en el acto inaugural de la feria agropecuaria en Palermo, empezaron a verse en diferentes polos de hombres de negocios operaciones cruzadas que pugnan por mantener el statu quo o virar radicalmente a posiciones más conservadoras. Los dichos del titular de SRA, Luis Miguel Etchevehere, fueron tomados con beneplácito por el núcleo más duro del campo, pero empezaron a ser repudiados por otras organizaciones que componen la Mesa de Enlace. Y hasta llovieron críticas de sectores corporativos más vinculados a la industria. Esos pequeños quiebres en diferentes frentes empresarios coinciden, objetivamente, con la polarización en la carrera presidencial. Un escenario en el que –según los sectores corporativos– Daniel Scioli y Mauricio Macri muestran dos opciones bien distintas, no sólo a la hora de ejercer el poder, sino también en su perfil de políticas económicas, apertura o manejo de los mercados, y concepción del rol del Estado.
Otro de los rings donde los caminos empezaron a separarse claramente es el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA). Es que empresarios nacionales de casi una decena de provincias, todos socios de la entidad, denunciaron un acuerdo sin trasparencia ni consenso para posicionar de manera inconsulta a Adrián Kaufmann Brea, de la empresa Arcor, como el nuevo presidente de la central fabril. En el pelotón de distritos figuran la provincia de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Tucumán, La Rioja, Formosa y Misiones. Y se espera que en las próximas horas adhieran al reclamo otros polos productivos del interior. La posición, que se formalizará por medio de un comunicado conjunto, es la respuesta a una megaoperación que se gestó hace 15 días y que adelantó el lunes último Tiempo. La movida que buscaba instalar al tándem Arcor-Techint a espaldas de casi todos los socios de UIA, se concretó esta semana con importante apoyo mediático de Clarín, grupo que junto a las compañías de los Pagani y Paolo Rocca manejan los hilos de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). El miércoles, se realizó un Coloquio de los industriales en Córdoba. Los únicos dirigentes de la mesa chica de UIA que estuvieron presentes allí fueron Luis Betnaza (Techint); Cristiano Ratazzi (Fiat) y Adrián Kaufmann, directivo de Arcor que cerró el encuentro. El jueves, Clarín y La Nación, se encargaron de hacer el resto: ante su consulta, Betnaza confirmó a Kaufmann como el presidente que remplazará a Héctor Méndez. Y su par de Arcor empezó a cruzarse la banda al hablar de que se viene "una época de cambio y un cambio de época".
No es casual que Córdoba haya sido el escenario elegido para el lanzamiento: es una de las UIA con perfil más liberal. Históricamente influenciada por la Fundación Mediterránea, la central cordobesa siguió al pie de la letra los preceptos del think tank libremercadista que, paradójicamente, fundaron Domingo Cavallo y Fulvio Pagani, el padre de la familia que maneja Arcor. Hace dos años, en la conferencia industrial de UIA en Córdoba, se invitó especialmente al economista Roberto Cachanosky, de ideología ultraconservadora. Hasta hace poco más de un año, la UIA Córdoba era presidida por Ercole Felippa, empresario lácteo que había sido impulsado como candidato a gobernador provincial por la fuerza que conduce Macri. Luego, se terminó bajando y lo remplazó Oscar Aguad. En ese evento de la UIA en Córdoba también estuvo Jaime Campos, el referente de AEA. Un hombre sin empresa que también integra el Foro de Convergencia Empresaria y responde a Héctor Magnetto. Campos coincide en el Foro con Etchevehere, de SRA.
Con los dedos de una sola mano alcanza para contar a los que habilitaron el blanqueamiento del tándem Kaufmann-Betnaza en la provincia mediterránea. El acuerdo, que garantiza el manejo de la UIA por cualquiera de los cuadros directivos menos por el propio Kaufmann, les devuelve además protagonismo en la estructura a los que apostaron en esa línea. Uno de los que más operó aquí fue el titular de la cámara alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, que es abogado de casi todas las firmas del sector, incluida Arcor. De hecho, su nombramiento al frente de Copal fue un convenio cerrado entre Luis Pagani y Carlos Pedro Blaquier, de Ledesma. Para Funes será, en este esquema, la vicepresidencia primera de la entidad, y eleva políticamente a un cuadro que garantiza los pedidos de políticas de precios libres, sin Precios Cuidados y manejo de excedentes por parte de las empresas (ver aparte). También hubo contactos con empresarios santafesinos a los cuales se les garantizó la vicepresidencia pyme.
Para evitar el escarnio público por semejante movida y esperar el resultado de las PASO del 9 de agosto, los mismos dirigentes que posicionaron a Arcor suspendieron la típica reunión de Comité Ejecutivo que se realiza todos los martes en la sede de la UIA en Avenida de Mayo. "La UIA no es ni la unión, ni industrial ni argentina, estamos en medio de un quilombo muy político. Así no nos podemos ni sentar a tomar un café", detalló uno de los popes de la entidad.
La oposición de sectores más "nacionales" es, más que una cuestión político-ideológica, un tema pragmático. Sobre todo los sectores pymes y de industrias pesadas pretenden una conducción de la entidad más federal y atenta a los que menos espalda tienen a la hora de hacer negocios. "Venimos planteando que no hay federalismo, no estamos dispuestos a que las grandes empresas nos excluyan. La decisión de elegir a Kaufmann en una mesa chica de cuatro o cinco dirigentes fue a espalda de los asociados", contó a Tiempo Andrés Irigoyen, presidente de la UIA del Chaco. Y agregó que "si no nos quieren escuchar, que nos echen de la entidad, pero la UIA no es para cuatro o cinco personas". El problema que tienen esas agrupaciones es que, si bien agregando al pelotón a la provincia de Buenos Aires alcanzan más del 80% de representación territorial, tienen menos votos que las grandes empresas dentro de la central fabril. Por eso apelan a esos métodos para denunciar la operación de poner a un candidato de manera inconsulta. Irigoyen estuvo presente la semana pasada en el lanzamiento de la fórmula Scioli-Zannini en esa provincia. Cerca de él, el ex jefe de Gabinete Nacional, Jorge Capitanich, lo agarró de ambos brazos al químico Guillermo Moretti, vice de UIA, y le pidió que aceptara ser presidente de la entidad. Se negó. Era uno de los nombres que circulaban como alternativa, al igual que Luis Uretta Sáenz Peña, de Peugeot, y José Ignacio de Mendiguren. Al "Vasco", bien considerado por propios y extraños, no le perdonan su apuesta al massismo, en una UIA está fracturada entre los que apoyan a Scioli y los que le apuestan al tándem Macri-Sanz, allí se ubican Techint, Arcor, Clarín y AEA. Tiene un freno importante: no pasa por el filtro de los metalúrgicos de ADIMRA, una de las cámaras que individualmente tienen mayor peso dentro de UIA.
"Una UIA sólo de las grandes es AEA. Tienen que representar a todos. Hay que respetar a todos los socios. Es claro que hay un peso sectorial sobre la territorialidad. La UIA perdió el debate y la pluralidad. Y si siguen así van a convertirla en AEA. Hubo imposición y prepotencia", detalló a este diario Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA) y uno de los armadores de Scioli en temas empresarios. Por medio de un comunicado, la entidad bonaerense, en conjunto con la Asociación de Industriales de Buenos Aires (ADIBA), explicaron que su organización alberga más del 50% de las empresas industriales del país y tienen como socios de UIA voz y voto. "Manifestamos nuestro más firme rechazo a la pretensión de nombrar un presidente de la institución sin que se hayan respetado los más mínimos principios de consulta y transparencia que un proceso de tal naturaleza requiere", detallaron. Y agregaron que rechazan "las expresiones de un alto funcionario de una gran empresa nacional que, sin que se hayan dado los mínimos recaudos estatutarios que aseguren la plena participación de todos los socios en el proceso eleccionario, se ha asignado la capacidad de nominar al que sería el nuevo presidente de la UIA, en un acto que evidencia, lamentablemente, un fuerte componente autoritario. Hacemos un llamamiento a quienes corresponda para que se respeten las instituciones y las bases mismas que han dado origen a la actual UIA." La referencia fue para Betnaza, que le levantó el puño a Kaufmann en el evento en Córdoba. Uno de los hombres de Techint en la UIA tiene el pleno puesto en esta jugada: es que el propio Rocca ya abrió el abanico a Daniel Novegil, CEO de Ternium, para repartir posiciones en un escenario polarizado.
Así las cosas, en UIA, la definición del nuevo presidente parece estar atada al devenir político. Pero el tema no es tan sencillo: si Kaufmann obtuviera los avales necesarios dentro de la Lista de Industriales, deberá pasar el filtro de la Celeste y Blanca. En ese bando hay muchos disconformes con la operación de posicionamiento, y nos descartan un veto. Tampoco, por el momento, hubo una formalización del candidato en la entidad, y hay muchos que esperan el momento para tomar posición.
Otro de los rings donde los caminos empezaron a separarse claramente es el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA). Es que empresarios nacionales de casi una decena de provincias, todos socios de la entidad, denunciaron un acuerdo sin trasparencia ni consenso para posicionar de manera inconsulta a Adrián Kaufmann Brea, de la empresa Arcor, como el nuevo presidente de la central fabril. En el pelotón de distritos figuran la provincia de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Tucumán, La Rioja, Formosa y Misiones. Y se espera que en las próximas horas adhieran al reclamo otros polos productivos del interior. La posición, que se formalizará por medio de un comunicado conjunto, es la respuesta a una megaoperación que se gestó hace 15 días y que adelantó el lunes último Tiempo. La movida que buscaba instalar al tándem Arcor-Techint a espaldas de casi todos los socios de UIA, se concretó esta semana con importante apoyo mediático de Clarín, grupo que junto a las compañías de los Pagani y Paolo Rocca manejan los hilos de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). El miércoles, se realizó un Coloquio de los industriales en Córdoba. Los únicos dirigentes de la mesa chica de UIA que estuvieron presentes allí fueron Luis Betnaza (Techint); Cristiano Ratazzi (Fiat) y Adrián Kaufmann, directivo de Arcor que cerró el encuentro. El jueves, Clarín y La Nación, se encargaron de hacer el resto: ante su consulta, Betnaza confirmó a Kaufmann como el presidente que remplazará a Héctor Méndez. Y su par de Arcor empezó a cruzarse la banda al hablar de que se viene "una época de cambio y un cambio de época".
No es casual que Córdoba haya sido el escenario elegido para el lanzamiento: es una de las UIA con perfil más liberal. Históricamente influenciada por la Fundación Mediterránea, la central cordobesa siguió al pie de la letra los preceptos del think tank libremercadista que, paradójicamente, fundaron Domingo Cavallo y Fulvio Pagani, el padre de la familia que maneja Arcor. Hace dos años, en la conferencia industrial de UIA en Córdoba, se invitó especialmente al economista Roberto Cachanosky, de ideología ultraconservadora. Hasta hace poco más de un año, la UIA Córdoba era presidida por Ercole Felippa, empresario lácteo que había sido impulsado como candidato a gobernador provincial por la fuerza que conduce Macri. Luego, se terminó bajando y lo remplazó Oscar Aguad. En ese evento de la UIA en Córdoba también estuvo Jaime Campos, el referente de AEA. Un hombre sin empresa que también integra el Foro de Convergencia Empresaria y responde a Héctor Magnetto. Campos coincide en el Foro con Etchevehere, de SRA.
Con los dedos de una sola mano alcanza para contar a los que habilitaron el blanqueamiento del tándem Kaufmann-Betnaza en la provincia mediterránea. El acuerdo, que garantiza el manejo de la UIA por cualquiera de los cuadros directivos menos por el propio Kaufmann, les devuelve además protagonismo en la estructura a los que apostaron en esa línea. Uno de los que más operó aquí fue el titular de la cámara alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, que es abogado de casi todas las firmas del sector, incluida Arcor. De hecho, su nombramiento al frente de Copal fue un convenio cerrado entre Luis Pagani y Carlos Pedro Blaquier, de Ledesma. Para Funes será, en este esquema, la vicepresidencia primera de la entidad, y eleva políticamente a un cuadro que garantiza los pedidos de políticas de precios libres, sin Precios Cuidados y manejo de excedentes por parte de las empresas (ver aparte). También hubo contactos con empresarios santafesinos a los cuales se les garantizó la vicepresidencia pyme.
Para evitar el escarnio público por semejante movida y esperar el resultado de las PASO del 9 de agosto, los mismos dirigentes que posicionaron a Arcor suspendieron la típica reunión de Comité Ejecutivo que se realiza todos los martes en la sede de la UIA en Avenida de Mayo. "La UIA no es ni la unión, ni industrial ni argentina, estamos en medio de un quilombo muy político. Así no nos podemos ni sentar a tomar un café", detalló uno de los popes de la entidad.
La oposición de sectores más "nacionales" es, más que una cuestión político-ideológica, un tema pragmático. Sobre todo los sectores pymes y de industrias pesadas pretenden una conducción de la entidad más federal y atenta a los que menos espalda tienen a la hora de hacer negocios. "Venimos planteando que no hay federalismo, no estamos dispuestos a que las grandes empresas nos excluyan. La decisión de elegir a Kaufmann en una mesa chica de cuatro o cinco dirigentes fue a espalda de los asociados", contó a Tiempo Andrés Irigoyen, presidente de la UIA del Chaco. Y agregó que "si no nos quieren escuchar, que nos echen de la entidad, pero la UIA no es para cuatro o cinco personas". El problema que tienen esas agrupaciones es que, si bien agregando al pelotón a la provincia de Buenos Aires alcanzan más del 80% de representación territorial, tienen menos votos que las grandes empresas dentro de la central fabril. Por eso apelan a esos métodos para denunciar la operación de poner a un candidato de manera inconsulta. Irigoyen estuvo presente la semana pasada en el lanzamiento de la fórmula Scioli-Zannini en esa provincia. Cerca de él, el ex jefe de Gabinete Nacional, Jorge Capitanich, lo agarró de ambos brazos al químico Guillermo Moretti, vice de UIA, y le pidió que aceptara ser presidente de la entidad. Se negó. Era uno de los nombres que circulaban como alternativa, al igual que Luis Uretta Sáenz Peña, de Peugeot, y José Ignacio de Mendiguren. Al "Vasco", bien considerado por propios y extraños, no le perdonan su apuesta al massismo, en una UIA está fracturada entre los que apoyan a Scioli y los que le apuestan al tándem Macri-Sanz, allí se ubican Techint, Arcor, Clarín y AEA. Tiene un freno importante: no pasa por el filtro de los metalúrgicos de ADIMRA, una de las cámaras que individualmente tienen mayor peso dentro de UIA.
"Una UIA sólo de las grandes es AEA. Tienen que representar a todos. Hay que respetar a todos los socios. Es claro que hay un peso sectorial sobre la territorialidad. La UIA perdió el debate y la pluralidad. Y si siguen así van a convertirla en AEA. Hubo imposición y prepotencia", detalló a este diario Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA) y uno de los armadores de Scioli en temas empresarios. Por medio de un comunicado, la entidad bonaerense, en conjunto con la Asociación de Industriales de Buenos Aires (ADIBA), explicaron que su organización alberga más del 50% de las empresas industriales del país y tienen como socios de UIA voz y voto. "Manifestamos nuestro más firme rechazo a la pretensión de nombrar un presidente de la institución sin que se hayan respetado los más mínimos principios de consulta y transparencia que un proceso de tal naturaleza requiere", detallaron. Y agregaron que rechazan "las expresiones de un alto funcionario de una gran empresa nacional que, sin que se hayan dado los mínimos recaudos estatutarios que aseguren la plena participación de todos los socios en el proceso eleccionario, se ha asignado la capacidad de nominar al que sería el nuevo presidente de la UIA, en un acto que evidencia, lamentablemente, un fuerte componente autoritario. Hacemos un llamamiento a quienes corresponda para que se respeten las instituciones y las bases mismas que han dado origen a la actual UIA." La referencia fue para Betnaza, que le levantó el puño a Kaufmann en el evento en Córdoba. Uno de los hombres de Techint en la UIA tiene el pleno puesto en esta jugada: es que el propio Rocca ya abrió el abanico a Daniel Novegil, CEO de Ternium, para repartir posiciones en un escenario polarizado.
Así las cosas, en UIA, la definición del nuevo presidente parece estar atada al devenir político. Pero el tema no es tan sencillo: si Kaufmann obtuviera los avales necesarios dentro de la Lista de Industriales, deberá pasar el filtro de la Celeste y Blanca. En ese bando hay muchos disconformes con la operación de posicionamiento, y nos descartan un veto. Tampoco, por el momento, hubo una formalización del candidato en la entidad, y hay muchos que esperan el momento para tomar posición.
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