domingo, 1 de mayo de 2011

Cartas de la Memoria, segunda parte.

Las consecuencias de tal conducta han recaído sobre los Estados Unidos a quien se cargan (tal vez) injustamente las culpas de la ignominia de sus órganos publicitarios. Esas agencias y cadenas publicitarias reciben el castigo que corresponden a todos los falsarios: que cuando dicen la veradad nadie la cree.





Sin embargo el mal está causado porque han logrado crear un clima ficticio sobre una realidad que es totalmente diferente, induciendo al pueblo y al gobierno norteamericanos en un error que a menudo resulta funesto,desde que el hombre procede tan bien como bien informado está. Cuando el engaño es colectivo el perjuicio es solo para el engañado y muchos de los errores de la política internacional norteamericana tiene su explicación en ese falso panorama informativo.



El caso de la República Argentina es altamente ilustrativo al respecto: en 1946, con la ascención al poder del Movimiento Justicialista, se inicia en el país una verdadera revolución social que lleva a su frente las tres banderas que constituyen laaspiración del pueblo argentino: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. De nuestras inmensas realizaciones materiales están en el país los testimonios mas elocuentes, pero lo que constituye nuestro mayor orgullo es la obra social realizada que llevó a un país medieval a ser uno delos países mas avanzados y poseer uno de los standards de vida relativamente mas elevados. Gobernamos con la constitución y la ley y el pueblo afirma aún hoy que el gobierno justicialista aseguró diez años de felicidad y el setenta por ciento de la población era justicialista.




Hoy, después de seis años de violencia, de arbitrariedad y concupiscencia gubernamental, podemos asegurar que ese porcentaje ha aumentado. Sin embargo, una despiadada campaña publicitaria desplegada por las agencias publicitarias norteamericanas de noticias, apoyada por el mismo gobierno de los Estados Unidos, se encargó de difundir por el mundo las mayores infamias y calumnias contra nuestro régimen constitucional como preparación para una acción revolucionaria que, con suficiente evidencia, sabemos fue costeada, apoyada, y dirigida por Gran Bretaña.



Durante los diez años de nuestro Gobierno sentimos el ataque permanente y la persecución mas enconada tanto del State Department como del Foreign Oficce, que fueron desde el bloqueo implícito hasta el sabotaje mas abierto y descarado. Ahora, nos preguntamos, si ante semejante evidencia, el pueblo argentino y su único gobierno realmente representativo deben seguir amando a sus detractores y destructores.



Carta del General Perón al presidente de los EEUU, John Fitzgerald Kennedy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario