miércoles, 13 de octubre de 2021

LIVERTÁ-ROSARIO-CASA DE LOS CIEGUITOS.

 

CASA TOMADA
Cuentan que el operativo no dio tiempo a la familia a reaccionar. Los represores habían rodeado la manzana en un desproporcionado procedimiento que contaba con comandos de 100 efectivos y nidos de ametralladoras. Esa noche, el general Galtieri encabezaría un operativo tan trágico como vergonzoso, cobijando sádicos actos de cobardía detrás del aval de un uniforme y de la impunidad que otorgaba el terrorismo estatal. Ese 17 de septiembre de 1977, en la calle Santiago 2815, Rosario, un grupo de tareas ingresó en la casa arrasando con todo a su paso y fue directo a buscar a Emilio y María Esther, una pareja de ciegos integrantes de Montoneros. A su vez, fieles a su metodología, secuestraron a su hijo Iván, de 3 años y se llevaron también al perro lazarillo. Horas más tarde, el futuro dictador se iría a dormir pensándose victorioso.
Ya en manos del represor Agustín Feced, se sometió a la pareja a una serie de abusos buscando que delatasen a un dirigente de la organización. Durante esos días, Emilio no soportará las torturas y María Esther será fusilada. Acto seguido, sus nombres pasaron a integrar la lista de personas desaparecidas. Dos días después, un auto se estacionaba frente al domicilio de la prima de María Esther y cuatro hombres golpeaban la puerta. “Te lo manda tu prima”, dijo uno de ellos mientras le dejaba a Iván y se iban sin dar explicación alguna. "Secuelas de la guerra sucia", diría Videla tiempo después. Sin embargo, la infamia estaba lejos de terminar.
Para sorpresa de la gente del barrio, un día, sin ningún tipo de discreción, varios camiones del Ejército se estacionaban en la casa de la calle Santiago. Uno a uno, los uniformados comenzaron a robar todas las pertenencias y cargarlas en los vehículos. Luego, ocuparían la casa que, a partir de ese momento, pasaba a ser de la Gendarmería. Así, en otro acto de despotismo y bajeza, los militares tomaban la propiedad como un botín de guerra. Y no sería solo por unos años, ya que, terminada la dictadura, y con el aval de Alfonsín y Menem, el atropello continuó en democracia. La “casita de los ciegos” sería ocupada ilegalmente por 17 años.
Como si el tiempo hubiese vuelto hacia atrás o desease jugarles una mala pasada, una tarde de agosto de 1994, la gente de la cuadra vio a los camiones verdes estacionarse nuevamente frente a la casa. Sin embargo, esta vez, el proceso fue inverso. Intentando no llamar la atención, ya que el fallo de la Justicia aún no había salido a la luz, comenzaron a cargar las cosas en sus vehículos. Al igual que ocurrió antes de que los genocidas dejaran el poder, los gendarmes tuvieron su rato para limpiar las huellas. En junio de 2010, fue encontrado el cuerpo de María Esther y, en lo que refiere a Emilio, aún hoy continúa desaparecido. Galtieri tendría varios años de protagonismo por delante y la historia de la vergüenza argentina, también.
Puede ser una imagen de al aire libre y texto que dice "Casa la de Memoria"
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