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Ledesma
El caso testigo de la desaprensión hacia los trabajadores es el del Ingenio Ledesma de la familia Blaquier, en Jujuy, gobernada por Gerardo Morales.
La azucarera aplicó la lógica implacable del capital que requiere del trabajador para que el sistema continúe funcionando.
Pese al reclamo del sindicato de azucareros, la empresa argumentó que "todos los puestos de trabajo son esenciales para el adecuado funcionamiento" de la compañía.
El 27 de julio pasado, el sindicato denunció penalmente a directivos de Ledesma y al médico laboral de la empresa por violación del Código Penal (artículo 202 y 203) por responsabilidad en la propagación de una enfermedad.
El "adecuado funcionamiento" que proclama Ledesma ya tiene anotados 11 trabajadores fallecidos y más de 300 infectados por coronavirus. La representación sindical hizo un paro de 24 horas reclamando por las condiciones sanitarias que entrega la empresa, y difundió un comunicado denunciando que "ha quedado evidenciado que se priorizan la producción y sus ganancias a la salud y la vida de nuestra gente".
La familia Blaquier integra la Asociación Empresaria Argentina (AEA), entidad que reúne a los presidentes de los principales grupos económicos del país y que se ha convertido en líder de la resistencia corporativa a la cuarentena.
Ante el reclamo sindical, Ledesma comunicó que "dispensó" a más de 1000 operarios de 7000 en total de concurrir a las fábricas y labores de campo. Propuso licenciar a aquellos mayores de 62 años "que así lo solicitaran, con un pago no remunerativo del 40 por ciento del salario".
Esos abusos los presentó como beneficios, cuando ese personal está exceptuado de concurrir al lugar de trabajo por ser grupo de riesgo, y si hacen uso de ese derecho la empresa les pagaría menos de la mitad de su salario.
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