domingo, 19 de mayo de 2019

LUZ VERDE En 24 horas, el 63% de los comentarios en Facebook y Twitter fueron favorables a CFK


Desde la primera fila, un dirigente peronista observaba ese fenómeno con apenas un par de precedentes en la política argentina. Recordé un diálogo que tuvimos hace unos meses. “Tiene liderazgo pero le falta conducción”, me dijo. Le pedí que me especificara a qué se refería. Me contó que se había reunido con un intendente kirchnerista de su provincia, quien le sugirió que hablara con ella. Como dudaba, llevó su consulta al presidente de la Iglesia Católica argentina. Se sintió obligado a aclararle que estaba a favor de la legalización del aborto.
Si querés perder tiempo hablando de eso, tengo argumentos para destrozarte, pero no puedo creer que hayas venido para eso. ¿Cuándo vas a ir a ver a Cristina?— le preguntó el obispo.
La llamó y la vio pocos días después, por supuesto.
¿De qué te reís?— me preguntó después de contarme esta historia.
—Si eso no es conducción, ¿cómo lo llamás?
Él también sonrió. El peronismo quedó impregnado para siempre con la fraseología militar que cultivaba su creador, aunque al sustantivo castrense le añadiera el adjetivo político. Y también se reflejaron en él las formas organizativas de la Iglesia Católica, con su división en ramas por profesión, por edad, por género. Ambas instituciones confluyeron cada una a su manera para lograr algo tan natural y al mismo tiempo complejo de explicar: que los demás realicen casi sin proponérselo la voluntad de su liderazgo, porque está escrito que así debe ser.
Perón se refería a la conducción con un relato bíblico, era un atributo de quien había resultado “ungido con el óleo de Samuel”. La primera vez que hablé con Jorge Bergoglio, hace ahora veinte años, me dio copia de una homilía que había pronunciado el mes anterior “para que me conozca”. Ese texto espiritualista se refiere a «la unción con el aceite perfumado, que es símbolo de gozo y alegría». Tanto Perón cuanto Bergoglio pensaban en el carisma, que para los creyentes confiere Dios para que el ungido lo emplee en beneficio de la comunidad, y que los agnósticos entendemos como expresión de la voluntad popular, que elige a quien la conducirá.
Hace meses que esto viene repitiéndose de a uno o una. Dirigentes políticos, sindicalistas, personajes de la cultura, periodistas, servicios, hombres de negocios, emprenden el camino de Canosa, donde no los hacen esperar descalzos sobre la nieve, ni les reclaman una autocrítica. Simplemente les permiten retomar la conversación en el punto previo a la ruptura, como si nada hubiera sucedido.
Algunos están más cerca que otros, no todos quienes se sientan junto a ella se han ganado su confianza. El jueves 9 ese goteo se convirtió en un chorro más fuerte que la lluvia, insuficiente para arruinar la presentación de un libro que comenzó a escribir el año pasado con la intención de presentarlo exactamente ese día, porque se cumplían 44 años de su casamiento con Néstor Kirchner. Sumado a los centenares de miles de ejemplares del libro vendidos en pocos días y a los 36 puntos de rating de la transmisión del acto en un lugar tan emblemático como la Sala Borges de la Feria del Libro de Buenos Aires, enciende la luz verde con la mayor intensidad para el avance político de la ex Presidente hacia otro episodio impar de su vida, que el público anticipó cantando mientras ella movía una batuta imaginada.

Atrevimiento y demolición

Su segundo mandato presidencial concluyó el 9 de diciembre de 2015, con una manifestación que se extendió por las calles de Buenos Aires hasta la madrugada, porque antes fracasaron todos los intentos para escarmentar a ese gobierno que se había atrevido con todos los poderosos y sobre todo al pueblo que se benefició de ello.
No pasaron ni tres semanas antes de que Macrì comenzara desde el gobierno la tarea de demolición que sus bases nacionales e internacionales no pudieron consumar antes, de lo que informé cuando todavía me era permitido escribir en Página/12, tan pronto como el 3 de enero de 2016 (https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-289453-2016-01-03.html). Muchos de quienes emprendían las vacaciones sin presumir lo que vendría, no se enteraron entonces.
El Presidente Maurizio Macrì ya atribuía todos sus problemas (que aún no eran catástrofes) a la pesada herencia y a lo que sus corifeos tradujeron con el ofensivo “te hicieron creer…”. El libro de Cristina repasa los peldaños de esa escalada y refuta las falacias con las que fue agredida. Al acercarse el primer aniversario del nuevo gobierno y en consecuencia el año electoral, los Pichettos, Bossios y Urtubeyes ya se habían echado en brazos de Macrì y avanzaban hacia una alternativa electoral que participara de las prebendas y canonjías del poder, sin urgencias electorales, para constituirse en la minoría cooperativa, tal como el radicalismo había hecho con Menem. Con un par de diferencias fundamentales:
  1. El vertiginoso endeudamiento externo, en una proporción insuperada en la historia argentina y el mayor del mundo en tan corto lapso.
  2. El recurso al Fondo Monetario Internacional, que nunca había otorgado un préstamo de esa magnitud y cuyas condiciones abrogan la soberanía nacional sobre las cuentas públicas.
  3. La maldición del petróleo y el gas no convencionales, que colocan a la Argentina en el radar de Estados Unidos de un modo que no ocurría desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
  4. Los mecanismos de transmisión del endeudamiento hasta los rincones más humildes de la sociedad, a cuyos moradores se les ofrece comer y alumbrarse a crédito, que nunca podrán cancelar y pagarán con la sumisión a un poder superior, que en el mismo acto les obstaculiza unirse para enfrentarlo.
  5. La fuga de capitales, que es parte esencial del modo de acumulación de las clases dominantes argentas y que constituye la única ley inviolable. Por ese despilfarro de reservas vendidas a precio ruin se filtra la inversión sustraída al espacio nacional, condenado al  país a la reprimarización tradicional, suplementada por los recursos energéticos.
  6. La destrucción de las cadenas de valor que podrían integrar la producción nacional de bienes de alta tecnología. Esa es exactamente la veda que Macrì quiere legar al país, con más desenfado ahora que se liberó de su pater familias.
  7. El asentamiento en el territorio nacional de bases de las dos grandes potencias que se enfrentan por el dominio mundial: de rastreo satelital la de la República Popular China, de ayuda humanitaria la de los Estados Unidos de América del Norte.
  8. Los ribetes bélicos que adquiere la competencia comercial y tecnológica entre ambos colosos y la definición estratégica de Estados Unidos, que coloca la penetración de China y Rusia en lo que llama el Hemisferio Occidental como enemigo principal en vez del terrorismo y el narcotráfico.

La mesa de unidad

Pero a fines de ese año 2016, las encuestas indicaron que ninguna tribu del panperonismo se acercaba al caudal de adhesiones que concitaba Cristina. Se creó entonces una mesa de unidad bonaerense, que la presionó para que presentara una candidatura que no estaba en sus planes ni deseos.
El gobierno la enfrentó con el casi desconocido Esteban Bullrich, de quien sólo se conocía su idea de la educación como un negocio privado y no un derecho público. Durante una visita a la casa de Ana Frank en Holanda dijo que sus sueños “quedaron truncos, en gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia”. La DAIA no lo conminó a tomar un curso sobre el Holocausto, tal vez porque a ninguno de sus dirigentes les tentaba tocarle una teta. Cristina lo batió en las PASO pero fue derrotada por 4 puntos en la elección legislativa, donde volvió a manifestarse el efecto segunda vuelta o Todos contra Cristina, que había llevado a Macrì a la presidencia.

Bullrich y la tolerancia. Foto Presidencia.

Repetir esa performance es la ilusión que Macrì intentó transmitirles a los grandes empresarios, que ya no ocultan su deseo de correrlo del escenario para que intenten el rescate de sus intereses Horacio Rodríguez Larreta o el Hada Buena en combinación con sectores radicales y/o peronistas. Un ejemplo de ello es el presidente durante tres años de la bancada legislativa del PRO, Nicolás Massot, quien hizo público que votará en contra de los candidatos de su partido en la ciudad de Córdoba .
Si los jóvenes fueran menos impacientes, en alguna escuela de periodismo deberían recopilar los vaticinios y deseos de retiro que le dedicaron en esos días a Cristina y compararlos con los que durante 18 años cosechó Perón, quien tampoco venció siempre en todos los comicios. El fin de Perón (con sus variantes) es el título periodístico más repetido en esas dos décadas que culminaron con una apoteosis.
Les llevó algún tiempo advertir que, pese a ello, ninguna personalidad nacional del peronismo se acercaba siquiera a las proyecciones de CFK. Comenzó entonces el largo ablande del piso alto pero el techo bajo o, como dijo alguien más próximo, con Cristina no alcanza pero sin ella no se puede. Estaba una vez más en el centro de un sistema, y el resto giraba en torno de ella.
A un año y medio de aquellos comicios, Bullrich ha regresado a la intrascendencia de la que lo rescató el genio de Jaime Durán Barba. Es la misma en que transita su jubilación política el vencedor de 2009, Francisco De Narváez, y la que procura ahuyentar, acercándose a Cristina, la gran esperanza blanca de 2013, Sergio Massa. En el justicialismo no hay quien pueda disputar una elección con Cristina, por más que alguna de sus figuras también batiría a Macrì si pudiera encaramarse al escenario de una segunda vuelta, y la fila de los gobernadores se dirige en la misma dirección que antes siguió la de los intendentes bonaerenses. Esta es una pragmática aplicación del famoso principio del General Aristóteles, que el abuelo del ministro Rogelio Frigerio plasmó en un documento célebre que firmó Perón.

También Massa mira hacia el amanecer.

El desplome presidencial es de tal magnitud que las esperanzas del Peornismo Alternativo comienzan a depositarse en la hipótesis de un balotaje con el Frente Patriótico que impulsa Cristina. El domingo 12 de mayo, Macrì tiene la posibilidad de cosechar un nuevo tercer puesto en una de las grandes provincias e incluso de perder su capital, la ciudad de Córdoba, donde ninguna vertiente peronista pudo imponerse salvo en las décadas de 1940/50. Las visitas de la heroína radical Elisa Carrió y del Hada Buena procuraron sostener a Mario Negri para que no arrojara la toalla antes del fin de la pelea.
Las meditaciones más cándidas apuntan a la hipótesis de que, luego de ser reelecto, el gobernador Juan Schiaretti postule su candidatura presidencial. Esto es improbable, porque los 70 años del contador Schiaretti lucen menos saludables que los 77 del ex ministro Roberto Lavagna y saltar de Córdoba al foso de los leones no es para cualquiera. Tampoco parece que Schiaretti haya tomado en cuenta esa posible movida al elegir quién lo acompañará como vice. Por último, ¿dónde está escrito que Schiaretti haría mejor papel frente a Cristina que los otros postulantes, salvo que el ex gerente de Fiat de Brasil estuviera dispuesto a inmolarse sólo para rasguñar a Cristina, como hizo hace dos años Florencio Randazzo (y su breve cohorte)?
Todas esas especulaciones evocan ejercicios teóricos en la mesa de arena, con la ventana bien cerrada para que no entre el viento y desbarate el juego. Esa es una de las constataciones de la espectacular reaparición de Cristina, de quien no dejan de hablar ni quienes la aman ni quienes la odian.
Si Cristina decide presentar su candidatura tiene alta probabilidad de ser electa Presidente. La cuestión es lo que venga después. Hizo referencias respetuosas a algunos políticos (el doctor Duhalde, dijo; el ex ministro Lavagna, agregó) pero, sobre todo, al núcleo patronal que buscaba alternativas al gobierno fallido de Macrì que no fueran Cristina. El acuerdo social que los incluya debe basarse en la producción para el mercado interno y la creación de empleo, dos puntos estruendosamente ausentes en las distracciones propuestas por Macrì.

Cuestión de proporciones

Desde las 8.30 de la mañana del jueves 9 hasta la misma hora del viernes 9, la consultora QSocialNow, que monitorea redes sociales en tiempo real, relevó publicaciones en Twitter y Facebook. Sobre un caudal de 90.000 comentarios, el 63% fue favorable a Cristina y el 37 adverso.

Consultor Rafael Prieto: 63 a 37%.

Estos fueron los hallazgos de la empresa dirigida por Rafael Prieto:
-Volumen: 89.857 conversaciones.
-Alcance:  435.387.951 impresiones.
-Pico máximo: 21:30 (09/05) con 11.651 conversaciones.
-Promedio:  3744 conversaciones por hora.
-Tendencia: descendente.

-Principales influenciadores:
* todonoticias con 95.116.159 impresiones.
* Clarín con 68.960.101 impresiones.
* Reuters con 40.861.833 impresiones.
* claríncom 34.292.292 impresiones.
* LA NACION con 30.224.410 impresiones.

-Principales hashtags:
* #sinceramente con 43.184 conversaciones.
* #cfkenlaferia con 36.648 conversaciones.
* #mueveladama con 2.434 conversaciones.
* #buenjueves con 2.143 conversaciones.
* #concfkviviasmejor con 1.356 conversaciones.

-Palabras clave:
* SINCERAMENTE con 24.093 conversaciones.
* CFKARGENTINA con 12.137 conversaciones.
* CFKENLAFERIA con 10.826 conversaciones.
* LIBRO con 10.402 conversaciones.
* PRESENTACIÓN con 9.611 conversaciones.

-Polaridad (de los contenidos sobre la presentación del libro Sinceramente por parte de Cristina Kirchner en La Feria del Libro):
*Positividad: 63%
*Negatividad: 37%

-Análisis de emociones básicas (basado en modelo Plutchik):
* Alegría en 32,1% del total.
* Ira en 29,4% del total.
* Confianza en 16,5% del total.
* Aversión en 10% del total.
* Anticipación en 8,4% del total.

– Análisis:
* El pico máximo de conversaciones coincide con las repercusiones posteriores al discurso de la ex mandataria.
* Se observa la implementación de los hashtags #Sinceramente, promovido por CFKArgentina, C5N, clarincom, todonoticias, tiempoarg, entre otros, el cual abarca el 48% de los eventos totales de Twitter, y #CFKEnLaFeria, promocionado por clarincom, C5N, tiempoarg, Nexofin, patriciodm81, entre otros, el cual concentra el 40% de las conversaciones totales.
* Los principales influenciadores son medios de comunicación de alcance nacional, los cuales realizan una cobertura extensa del evento, además de anexar publicaciones sobre contenidos del libro, la presencia de figuras de relevancia en la presentación, entre otros temas. Entre los más destacados se encuentra Todo Noticias, Clarín, Infobae, La Nación, C5N y Tiempo Argentino.
* Se destaca la difusión del evento por parte de la agencia internacional de noticias Reuters, la cual genera interacciones negativas hacia la figura de Cristina Kirchner, mediante comentarios de usuarios que utilizan expresiones como «Kirchner is a criminal».
* A partir del análisis del total de contenidos referidos al evento, se registra un 63% de positividad, la cual se proyecta en la figura de la ex Presidenta, principalmente mediante interacciones por parte de usuarios que se expresan ideológicamente afines al Peronismo y al Kirchnerismo, además de manifestar apoyo hacia la misma mediante la implementación de los hashtags #MueveLaDama y #ConCFKVivíasMejor, los cuales abarcan el 5% de los eventos totales.
* El 37% restante corresponde a contenidos negativos en relación a Cristina Kirchner, los cuales se concentran principalmente en los contenidos difundidos por los medios opositores a la ex mandataria, como es el caso de Clarín, TN Todo Noticias y La Nación. Los mismos generan un engagement predominantemente crítico en sus publicaciones, donde los usuarios utilizan términos calificativos como «ladrona» y «corrupta», además de expresiones como «no quiero ser Venezuela», «que vaya presa», entre otras. Se observa también la implementación de los hashtags #MM2019BoletaCompleta y #NoVuelvenMás, a modo de crítica en torno a la posible postulación de Cristina Kirchner a las elecciones presidenciales, los cuales ocupan el 2% de las interacciones.
* En cuanto al análisis de sentimientos, se observa a la Alegría como emoción predominante (32,1%), la cual es expresada a partir de términos como «emoción», «entusiasmo», «feliz», «euforia», «esperanza», entre otros.
Por su parte, la Ira (29,4%) se manifiesta a partir de expresiones de enojo y mediante insultos hacia la ex Presidenta y hacia el Peronismo en general, además de términos alusivos a la molestia por la presencia de lluvia en el evento.
La Confianza (16,5%) se concentra en terminología referida a la convicción y al apoyo hacia la figura de Cristina Kirchner.
En tanto la Aversión (10%) contiene palabras como «vergüenza», «odio», «repudio», «papelón», «repugnante», etc.

¿Por qué, señor, por qué?

Ningún personaje público expresó mejor la ira que Carrió, quien sin ambages se preguntó «¿Por qué Cristina, una ladrona confesa, mide tanto? No estoy hablando de la candidatura de Macri, pero le pregunto a la nación argentina: ¿Por qué les gusta tanto votar ladrones? ¿Por qué no quieren redimirse ante Dios?» Uno puede pensar lo que dice, antes o después de decirlo, aunque las consecuencias difieran. Por las dudas, repitamos: «No estoy hablando de la candidatura de Macri», dijo Carrió.
Varias de las palabras del rubro aversión («vergüenza», «odio», «repudio», «papelón») se aplican al gracioso gesto del pequeño influencer Eduardo Feinmann, mientras identificaba a los asistentes a la presentación del libro, a quienes desdeñaba como «aplaudidores». De repente parpadeó y quedó en silencio mientras la cámara continuaba su paneo. En ese momento enfocaba en la primera fila al principal accionista del canal desde el que hablaba Feinmann, Daniel Vila. “Tierra Trágame, ¿por qué no me avisaste que ya estábamos yendo hacia allí?”, decían sus expresiones. Vila dijo que le parecía lo más normal. Claro, los oportunistas siempre siguen la dirección del viento y tienen habilidad para detectar cuando está cambiando.



Otros competidores en el mismo torneo (el editor de Infobae, Daniel Hadad, y su columnista Román Lejtman), entrevistaron a la ex funcionaria de la CIA y actual subsecretaria de Estado para Subamérica, Kimberly Breier, y publicaron sus respuestas bajo el expresivo título “La Casa Blanca privilegia la relación con Mauricio Macri pero no descarta trabajar con Cristina Kirchner si es elegida Presidente”. Son palabras diplomáticas clásicas, pero a nadie se le ocurriría dedicárselas a Guillermo Moreno o algún otro candidato con expectativas semejantes.
Esta semana la agencia privada de espionaje Straford (apócopope de Strategic Forecasting o previsiones estratégicas) sostuvo que las encuestas asignan a Cristina una ventaja de 7 puntos sobre Macrì. Strafor, que fue uno de los blancos de las filtraciones masivas de los últimos años, no repite pronósticos ajenos sin evaluarlos.

A buen entendedor

Todos actúan en consecuencia. Desde la República Autónoma del Cuarto Piso y del Estado Libre Asociado de Comodoro Py parten raudos los mensajes en distintas direcciones, sin excluir al Instituto Patria. Hacen saber a mujeres políticas y a hombres de negocios que harán todo lo posible para que este año no se eleve a debate oral ninguna de las causas que les interesan. Después se verá. Paolo, Angelo, Roggio et al ya han sido desprocesados. Hasta Gerardo Ferreyra, que tuvo la dignidad de no prestarse a la extorsión del arrepentimiento, podría dejar la cárcel.
La semana próxima se sabrá con exactitud si luego de los quince días de licencia que pidió, el doctor Glock se reintegrará y por cuanto tiempo al juzgado federal 11. El juez federal Ariel Lijo, que lo subroga hasta entonces, hizo saber a los defensores de todas las personas procesadas en esas causas que no le presenten pedidos de excarcelación porque no tocará un papel hasta saber si hay Glock o no hay Glock, cuándo y en qué condiciones.
Uno de los portales clásicos de los servicios de informaciones dijo que yo me había burlado del juez. Es falso, sólo conté el viernes 3 que sería operado en el cerebelo por el meduloblastoma de estadio 3 que le detectaron durante una resonancia magnética en la clínica Fleni, cosa que ocurrió el sábado 4. También expliqué qué dice la literatura médica de esa condición: sólo en un 2% se da en adultos, por lo que es extraña en un hombre de 63 años; que luego de la cirugía son necesarias radiaciones y quimioterapia entre 5 y 7 semanas; que la droga usual para el tratamiento se llama Vin Cristina (cosa que aclaré que no era un chiste); que puede dejar secuelas en la vista, el equilibrio y la personalidad; y que esos son datos estadísticos, pero que cada persona es un universo propio. Si alguien está en el 2% de la estadística, puede estar 100% salvado, o lo contrario. También dije que le deseaba la más pronta y completa recuperación posible porque no tengo nada personal en su contra y deseo que tenga suficiente vida y salud para ver el derrumbe de las causas que instruyó junto con el fiscal Carlos Stornelli, sobre la extorsión a personas detenidas, las tareas ilegales de inteligencia y espionaje y la violación a todos los derechos y garantías, cosa que vengo afirmando desde que gozaba de buena salud y que en los últimos dos meses ha quedado expuesto ante la sociedad en términos ilevantables.
El objetivo principal era Cristina, pero se les fue de las manos. Los grandes constructores están furiosos con el Presidente al que sabían uno de los suyos y que por sumisión a los deseos de Washington llegó a denigrar a su padre a una semana de su sepelio. Y en los próximos días se levantará un vendaval entre los servicios de informaciones que no saben cómo detener la guerra de bandas que desataron y de la que un juez sin compromisos torvos con nadie aprovecha para avanzar en una investigación única, que hará historia.

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