Le dije al cántaro que no fuera tantas veces, y fue.
Al mal tiempo le puse mi mejor gesto, y no.
Le dije al mal que no venga, y vino, y sin bien.
Al pan le di vino.
Al vino le dí pan.
Y mejoró.
Y madrugué, y ni se si me ayudó, pero aquí estoy.
Y a pesar de haber mucho madrugado,
es cierto, amanecí después que se puso el sol.
Me dieron palos por bogar y por no, peor.
Y por fin en mi casa de herrero, el cuchillo pude afilar.
Y corté por lo sano.
GB
No hay comentarios:
Publicar un comentario