La lógica de los medios comerciales en búsqueda de sangre pareciera tener un selectivismo no proporcional a la dimensión de la tragedia, sino a la capacidad de ser espectacularizada. Sobre ese punto y en el trafico de la indignación moral a los lectores y espectadores está el eje de la cuestión de cómo los medios contaron lo que sucedió en Olavarría. Por Santiago Asorey
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