lunes, 15 de agosto de 2016

EL PAIS • SUBNOTA

Las hojas y el rábano

› Por Horacio Verbitsky
Hace dos semanas, en la nota “Curarse en salud” se informó que el presidente Maurizio Macrì, quien concurre a sesiones de psicoterapia en Avenida Las Heras al 2000, hizo retirar de esa cuadra dos grandes contenedores de basura de la municipalidad porteña “porque me van a poner una bomba”. A la semana siguiente, la revista Noticias de la Semana dedicó su portada al médico Jorge Ahumada, a quien presentó como “El Psicólogo del Presidente. Este hombre sabe todo de Macrì”. Un segundo título anuncia un “Reportaje” al terapeuta, quien habría dicho que “No es un paciente cualquiera”. Dentro de la revista no hay tal reportaje, como lo testimonia una fotografía tomada por Marcelo Escayola: sorprendido en la vereda al salir del consultorio, Ahumada deja con la mano tendida al cronista, que es quien afirma lo que la tapa atribuye al médico. Ahumada se limita a explicar que lo recibe en su consultorio en vez de ir a Olivos para que “la terapia no cambie”. Suele leerse con la misma ligereza con que se escribe: indignados internautas reprochan al psicoanalista revelar los secretos de su paciente, cosa que de ninguna manera hizo. El cronista también me dedica un párrafo. Dice que ahora considero que la salud de los presidentes “vuelve a ser un tema digno de los medios”. Nunca afirmé lo contrario y mi nota no trataba de la salud del presidente, sino de su obsesión por la seguridad, que si orienta su política puede tener catastróficas consecuencias para el país.

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