El pasado 28 de octubre, como no podía ser de otro modo, el monopolio Clarín publicó una opinión del historiador Luis Alberto Romero.
En la misma al describir un análisis de la situación nacional tras el fallecimiento del ex-presidente Néstor Kirchner, lo hace desde la perspectiva de su "personalidad facciosa"
El cual habría desatado "demonios" a través o a partir de sus"juegos facciosos".
Para continuar con su coheremcia ideológica, Romero hijo, compara la coyuntura de hace unos meses con la de 1974 tras la muerte del general Perón.
Como así también menciona el "fallido golpe de estado" del 16 de junio de 1955,eufemismo que reemplaza el bombardeo a Palza de Mayo que le costara la vida a 370 argentinos y heridas a casi 2.000.
Recordando además a los seguidores de Nestor y Cristina, justicialistas ellos o quizás simplemente kirchneristas con el nazi-fascismo de Hitler y Mussolini (en esto Mariano Grondona no fue original al hablar de masas juveniles fanatizadas y violentas).
Parecen lejanos aquellos días, pero no han desaparecido las interpretacioens ideológicas, tendenciosas y plenamente subjetivas de la Historia contemporánea argentina.
Miles de alumnos, maestros, profesores, "aprenden" esta disciplina con peronajes como Romero hijo.
Su gorilismo (esto dicho desde su utilización como categoría de análisis), requiere una y otra vez comentarios y/o respuestas.
Y no es el problema su ideología, la Historia es una ciencia donde quienes interpretamos los hechos acontecidos, "duros", ponemos nuestras ideas al servicio no solo del conocimiento sino también de modelos de país.
Y sabemos que la Historia la escriben los Pueblos, en procesos sociales sumamente complejos, culturales, económicos, políticos, religiosos.
En el marco de los cuales, aparecen los Líderes, verdaderos emergentes de esas masas que pulsean por obtener su lugar.
Y que además, no se repite, y así cada Pueblo puede ser desde su identidad.
No es con análisis de personalidad motivados en él sí por la bronca (el odio?) que se explican los acontecimientos socio-políticos.
Eso no es "hacer historia", apenas panfletos, apenas consignas sueltas, sin contenido, peligrosas y mentirosas eso sí.
GB
De acuerdo con el post, puedo deducir qué hay 4 tipos de historia: anticuaria, bronce, científica y crítica. Quiero creer que no todos están capacitados o desean realizar un sano ejercicio con el objetivo de practicar historia crítica. Tal es el caso de Romerito o Pigña.
ResponderEliminarEl padre de la historia crítica es Voltaire. Su objetivo es dirigirse al corazón para inyectar rencor o ponerlo en ascuas. Florece en etapas prerrevolucionarias, cuando se llega a sentir que el pasado pesa se trata de romper con él.
Así como existen historias que nos atan al pasado, también están las que nos desatan de él. Esta historia podría llamarse conocimiento activo del pasado. Es un saber de liberación, no de dominio como la historia de bronce. Socava el poder y denuncia los recursos de opresión de opulentos y gobernantes.
De liberación se trata, recuperarla en la acción de las Cátedras no importa donde las podamos ejercer; es la militancia que nos debemos los historiadores nacionales y populares.
ResponderEliminarGB