UN PROCEDIMIENTO CON OLOR A PERSECUCION
Lula: "Me sentí un prisionero"
"Estoy indignado porque se me juzga anticipadamente", exclamó el expresidente de Brasil Luiz Inacio Da Silva durante una conferencia en la sede del PT, a horas de que la Policía Federal de ese país allanara su vivienda de San Pablo y lo llevara hasta una comisaría para tomarle declaración por estar acusado de recibir dádivas de empresas comprometidas con la trama de corrupción de Petrobras. "Pasé por muchas cosas, pero hoy me sentí un prisionero", lamentó el líder del partido gobernante y subrayó: "No le debo nada a nadie ni le tengo miedo a la Justicia".´
Por la mañana, la Policía Federal hizo una operación "de allanamiento e incautación" de documentos en la casa de Lula Da Silva, del Instituto Lula y "de una serie de asesores y personas de su familia", dijo a la AFP José Chrispiniano, asesor de prensa del expresidente y del instituto que lleva su nombre. Durante el procedimiento judicial de esta mañana también fueron llevados uno de sus hijos, Fabio Luíz Lula da Silva, y Paulo Okamoto, presidente Instituto.
A través de un comunicado, la fiscalía del estado de Paraná aseguró que "hay evidencias de que el expresidente Lula recibió valores oriundos del esquema Petrobras por medio del envío y reforma de un apartamento tríplex y de una finca en Atibaia, de entrega de muebles de lujo en las dos propiedades y de almacenaje de los bienes por una empresa de transporte".
En el caso "también son investigados pagos al expresidente realizados por empresas investigadas en la Operación Lava Jato, a título de supuestas donaciones y conferencias", añadió. En tanto, la policía informó que cerca de 200 agentes federales y 30 auditores cumplen 44 mandatos judiciales (33 de búsqueda y aprehensión y 11 de conducción coercitiva) en Rio de Janeiro, Sao Paulo y Bahía.
La operación formó parte de la indagatoria de crímenes de corrupción y lavado de dinero vinculados a la trama que desvió más de 2 mil millones de dólares de Petrobras, y no incluye órdenes de prisión.
Los allanamientos se produjeron un día después de un vendaval político en Brasil tras la filtración de supuestas declaraciones de un senador oficialista acusando a la presidenta Dilma Rousseff de interferir en la investigación del escándalo en Petrobras y a Lula, que gobernó el país de 2003 hasta 2010, de estar al tanto del esquema de corrupción.
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