Del optimismo al desconcierto y la cautela. El gobierno de María Eugenia Vidal transitó así las primeras horas del año, en medio del intenso operativo para recapturar a Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta, fugados la semana pasada de la cárcel de General Alvear. Sucede que, cuando parecía que era inminente un desenlace ya que incluso el ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo había admitido que estaban “localizados”, los condenados a cadena perpetua por el Triple Crimen de General Rodríguez continúan prófugos.
Ayer, luego de que sorpresivamente se conociera que uno de ellos fue hasta la casa de su ex suegra en Berazategui y le robó su camioneta casi en el mismo momento que estaban presuntamente “acorralados” (ver pág. 5), la Provincia anunció que redoblará la búsqueda con “mayor presencia policial y sumando fuerzas federales a la investigación”, aunque consideró “imprudente determinar plazos de tiempo sobre las capturas”, en un intento por evitar dar otro paso en falso ante delincuentes que, según dicen desde La Plata, “están dispuestos a todo”. Sobre este punto se amparan en la filmación en la que se ve a dos de ellos bajándose de la Ford Ranger negra y atacando brutalmente a tiros a efectivos de la Bonaerense en un control vial en Ranchos.
Las imágenes del hecho, ocurrido en la madrugada del jueves, pusieron en alerta a Ritondo que, al hablar esa tarde en TN y asegurar que tenían “localizados” a los delincuentes, advirtió que intentarían “atraparlos sin que corra riesgo la vida de los inocentes”. “La actitud de asesinos de hoy hace que haya que tomar cautela”, remarcó, al revelar que estaban cercados en una zona densamente poblada del sur del Gran Buenos Aires y que, por ese motivo, buscaban “el momento justo” para detenerlos. Sin contradecirlo pero tal vez con más cautela, el fiscal Mariano Sibuet, a cargo de la investigación por el tiroteo, se había diferenciado sutilmente: “No puedo asegurar que estén cercados”.
Por otro lado, Ritondo aseguró que no había “ninguna negociación” con los prófugos. No obstante, Hugo Icazati, abogado del hermano de Víctor Schillaci, había señalado que la intención de los prófugos era entregarse de manera pacífica y que, como condición, pedían quedar detenidos en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal. Hay en la Provincia quienes creen que esa maniobra podría haber sido una manera que encontraron los delincuentes para ganar tiempo, desprenderse de la Ford Ranger (habría aparecido incendiada en Florencio Varela) y conseguir un nuevo vehículo. Algo que finalmente ocurrió.
Pero lo curioso fue cómo sucedió. Al menos según los dichos de Némesis Da Silva, la abogada de Ana Laura Montiel, ex mujer de Cristian Lanatta. A través de los medios, la letrada explicó que el jueves, cerca de las 17, mientras helicópteros sobrevolaban la zona y más de mil efectivos de seguridad –entre policías bonaerenses, agentes de la Agencia Federal de Inteligencia, el GEOF y el grupo especial 1 de Infantería– buscaban a los prófugos, Lanatta “se volvió a presentar en la puerta de la casa de la madre” de su clienta, “la amenazó con un arma y le robó las llaves de la camioneta Kangoo”. Al tiempo que cuestionó que, pese a que Montiel hizo la denuncia, “recién a las 23 apareció la Policía”.
¿Cómo lograron sortear el megaoperativo? En la Provincia no descartan ninguna hipótesis. Incluso las que hablan de la complicididad policial, teoría que abonó el propio Icazati al precisar que tanto Schilacci como los Lanatta “son peligrosos y tienen contactos políticos y policiales con el bajo mundo”.
En ese sentido, en el Gobierno también recibieron con “sorpresa” y “preocupación” la decisión del fiscal Cristian Citterio de dejar en libertad a Tolosa, el oficial del Servicio Penitenciario sospechado de colaborar en la fuga.
En ese sentido, en el Gobierno también recibieron con “sorpresa” y “preocupación” la decisión del fiscal Cristian Citterio de dejar en libertad a Tolosa, el oficial del Servicio Penitenciario sospechado de colaborar en la fuga.
Con todo, Vidal se vio forzada a tomar decisiones. Anoche, luego de encabezar una reunión con los referentes del comité de seguimiento del caso, incluidos la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el secretario Eugenio Burzaco, resolvió involucrar más efectivos federales. “Son indispensables en lo operativo”, argumentaron en la Provincia. Aunque no deja de ser un gesto puertas adentro de la Bonaerense.
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