Por Sebastian Abrevaya
El radicalismo continuaba ayer tratando de reacomodarse tras el zimbronazo que generó la renuncia del principal responsable del acuerdo con el macrismo, el jefe de la UCR, Ernesto Sanz. Sin definir todavía una mesa de interlocutores que lo reemplazará, los principales dirigentes del partido coincidieron, en diálogo con Página/12, en que la relación pasará ahora por los canales institucionales: los presidentes de los bloques legislativos, los tres gobernadores y el titular del Comité Nacional, que reemplazará a Sanz a partir del próximo 4 de diciembre. Ayer, el senador mendocino Julio Cobos descartó ocupar ese lugar y propuso en cambio al cordobés Oscar Aguad para conducir el partido. Por otro lado, el formoseño Luis Naidenoff, otro de los hombres que se mencionaban para la jefatura del partido, afirmó que su responsabilidad estará en su tarea como senador. En paralelo, los radicales se quedaban ayer sin el Ministerio de Justicia, que Macri le había ofrecido a Sanz antes de su renuncia y que pasaría ahora a manos del ex fiscal general porteño Germán Garavano.
Si bien por lo bajo reconocen que la salida de Sanz le generó un problema a Cambiemos, en público aseguran que no habrá una ruptura. “No se rompe, para nada. Esto es un acuerdo que nos llevó a una discusión partidaria bastante grande, pero tiene el respaldo institucional, que va más allá de un hombre y de la relación de afecto que habían construido Sanz y Macri durante este tiempo”, afirmó ayer Cobos. “Fue un golpe para nosotros porque le tenemos un enorme respeto y es una persona de mucho volumen político en un área muy crítica. Su tarea era muy importante, el reemplazo de Ernesto no es fácil”, afirmó el diputado macrista Federico Pinedo, quien presidirá el bloque de senadores del PRO tras el pase de Gabriela Michetti a la vicepresidencia.
Mientras el presidente electo continúa definiendo algunos cargos en el gabinete, los radicales siguen a la espera de definiciones sobre sus lugares. Los hombres que actualmente mantienen más diálogo con los negociadores del PRO son Gerardo Morales, gobernador electo por Jujuy; Mario Negri, jefe del bloque de Diputados; Angel Rozas, senador y posible presidente del partido o jefe de bloque en la Cámara alta. Sus pares del PRO son Marcos Peña y Emilio Monzó, principalmente, aunque también hay diálogo con Rogelio Frigerio y Humberto Schiavoni.
“Hay reuniones todo el tiempo, conversaciones telefónicas, mensajes”, cuenta un testigo del frenesí con el que la UCR trata de reorganizarse. Descartado el Ministerio de Justicia, los lugares que podrían ocupar los radicales son los ministerios de Salud y de Defensa. Para el primero se menciona hace semanas al ex candidato a gobernador tucumano José Cano, que fue presidente de la Comisión de Salud en la Cámara alta. Para el segundo cargo las opciones son el diputado Oscar Aguad, sin experiencia concreta en el tema pero reconocido por su afinidad con las Fuerzas Armadas. Y el segundo es el sanjuanino Julio Martínez, que fue presidente de la comisión de Defensa de la Cámara baja.
Con la continuidad de Negri prácticamente asegurada al frente del bloque de Diputados, quedan otros lugares importantes a definir en el partido. Por un lado, el jefe de bloque en el Senado, que tendrá un desafío importante ya que Cambiemos en su conjunto contará con apenas 17 senadores, cuando el quórum necesario para iniciar la sesión es de 37. Además, el FpV tendrá allí un bloque de 38 miembros. Ese lugar lo disputan Angel Rozas (que también podría ir por la presidencia del Comité Nacional) o Luis Naidenoff.
“Agradezco a los dirigentes y legisladores que de alguna manera han pensado en mí para conducir la UCR, pero en este momento yo creo que los espacios hay que asumirlos con responsabilidad y la tarea que nosotros vamos a tener por delante en el Senado va a ser muy ardua. No está en mí, en estos momentos, la voluntad de conducir el partido”, aseguró Naidenoff a Página/12, dando por tierra con las especulaciones sobre su postulación.
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