oti Flores va a denunciar a Aníbal Fernández al INADI por haberle dicho animal a Carrió. Fue porque ella lo trató por enésima vez de asesino. Esta vez la propuesta de Carrió fue “Si llega a ser gobernador me voy a poner ahí para que me balacée. A ver si este pueblo entiende que no puede votar asesinos.” Entonces Aníbal respondió que él nunca en su vida mató un animal ni lo va a hacer. Y estoy de acuerdo. Al animal lo mejor es ignorarlo y dejarlo que haga sus cosas. Y el Toti Flores, utilizando un criterio que sorprende por su lucidez impecable, dijo que es gravísimo que una persona que considera animales a las mujeres sea gobernador de la provincia. La verdad que eso es lo que dice la constitución y es el primer requisito para ocupar cualquier cargo público. No considerar animales a las mujeres. (Y Carrió sabemos que es todas las mujeres.) En cambio para ser presidente el requisito primero es el de acusar de asesino a quien a uno le parezca. Lo dicen las leyes. Que así llegaron a la casa de gobierno todos nuestros presidentes: acusando a los demás de asesinos y cumpliendo con esa centenaria tradición democrática. Y ojalá el INADI tome en serio a Toti Flores y a Carrió y haga algo rápidamente. Así la república se verá honrada por las instituciones.
Parafraseando a Víctor Hugo Morales que descubrió el lado Magnetto de la vida, uno se queda pensando en el lado boludo de la política. Que viene a ser como el lado oscuro de la fuerza, pero lleno de boludos. Escuadrones de boludos entrenados en las más duras condiciones, para que puedan sobrevivir hasta en los ambientes más hostiles a la boludez. Porque usted tira a un par de boludos de estos en medio de una conferencia de Paenza, y no les pasa nada. Salen igual de boludos que como entraron. Pero ojo, no hay que confundir a los que viven del lado boludo de la política con el boludo de barrio que manda la foto de su nene de 4 años haciendo fuckyou al programa de Lanata. No. Estos boludos son de temer. Tienen los celulares de gente pesada, los bancan ONGs yanquis, empresas corporativas, medios poderosos, la embajada, la mitad del poder judicial, toda la derecha del continente, más la derecha española, y Mirtha Legrand. Son boludos comandos capaces de utilizar su poderosa arma para hacer daño a los que están del otro lado. Con dos cachos de cartón este grupo de boludos de elite sabe cómo hacer una bóveda con cientos de kilos de euros. Y con otros dos cachos de cartón –pero quemados- te arman una revuelta que pone en duda todo el sistema democrático argentino. Estos boludos son irreductibles. Y cuando les dan una misión para cumplir no entienden razones, ni temen que la lógica, la sensatez, la ley o la fuerza de la realidad los alcance. No hay nada que se pueda hacer con ellos para que dejen de ser lo que son. Son un escuadrón de boludos peligrosos, equipados con los sistemas más avanzados y con toda la logística que necesiten. Por eso lo único que se puede hacer con ellos es no ser boludos y ganarles de nuevo.
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