viernes, 10 de agosto de 2012

En el Día Internacional de Pueblos Indígenas que no te llamen etnia

En el Día Internacional de Pueblos Indígenas que no te llamen etnia
Por Ollantay Itzamná
Rebelión

Desde 1994, año en el que las Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en diferentes lugares del mundo se conmemora esta fecha con diversas actividades folclóricas. Como en otras fechas, dichas actividades están preñadas de racismo inocente, mistificaciones románticas, y muy pocas veces expresan el sueño emancipatorio de indígenas como pueblos.

En países como Honduras, Guatemala u otros que se encuentran anclados en la zaga de la historia, a las y los indígenas se los denomina todavía como etnias o tribus. Esto, cuando las instituciones y la sociedad mestiza se encuentran de buen humor. Cuando no, pues, de vagos, sucios, ignorantes no los bajan. Aunque se visten, comen y estudian gracias al arduo trabajo invisibilizado de las y los vagos. O cosechan dólares y euros de la cooperación internacional o del turismo vendiendo los aún insondables conocimientos y aportes culturales de los ignorantes.

Los conceptos de etnia, tribu, clan, etc., acuñados por la socioantropología dominante occidental con la finalidad de afianzar la superioridad del blanco y el supuesto atraso de los indios, son altamente racistas porque asumen a las y los indígenas como piezas de museo o costales de huesos de antaño. El Convenio 169° de la Organización Internacional del Trabajo (1987) contiene aún este enfoque.

Producto de la resistencia indígena ante la colonización, las repúblicas y la neocolonización, las Naciones Unidas, en la década de los 90 del pasado siglo, consensuó el concepto de pueblo (comunidades con historias vivas) para referirse a las y los indígenas (originarios) en el mundo. Y la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) contiene esta orientación ideológica, y afianza el derecho a la autodeterminación de indígenas como pueblos. Éste es el sentido genuino de la celebración del Día Internacional de Pueblos Indígenas.

Para ser pueblo indígena no es suficiente con compartir historia, idioma, espiritualidad, cultura y consanguinidad común. Ante todo, es necesario cohabitar en territorios ocupados por los ancestros desde antes de la colonia. Es decir, la condición básica para ser pueblo indígena es su sentido de pertenencia histórica a la tierra y territorio (modo de interactuar con la comunidad cósmica). Se es pueblo indígena, no sólo porque se comparte una tradición, sino porque se cohabita e interactúa en y con un territorio ancestral. De este sentido de pertenencia ancestral a la Tierra nacen las identidades indígenas. Por tanto, no cualquier comunidad cultural u organización campesina puede ser asumida como pueblo indígena.

La autoafirmación de indígenas como pueblo trastoca todos los enfoques históricos que abordaron de forma inconclusa la problemática del indio. En la colonia, desde un enfoque de la antropología creacionista, se debatió la condición humana del indígena. Teóricamente se asumió que las y los indígenas somos humanos (con derecho al Bautismo), pero el sistema colonial cristiano nos aniquiló como a no humanos. En la etapa republicana, desde un enfoque económico, se debatió que el régimen de la distribución y propiedad de la tierra era el meollo del problema del indio, pero los republicanos (liberales y conservadores) afianzaron el régimen del gamonalismo y la servidumbre indígena como combustible para mover los engranajes del sistema republicano. El mayor esfuerzo que hizo la República para con el indio (al no poder aniquilarlo) fue asimilarlo mediante los procesos de mestizaje, pero incluso en esto se aplazó.

Y así llegamos al siglo XXI, y la acelerada emergencia de diferentes sujetos colectivos indígenas que diluyen los moldes teóricos occidentales de comprensión y explicación de la realidad indígena. La cuestión indígena, hoy asumida ya no como un factor étnico, sino como una categoría sociopolítica, sacude incluso el sustento teórico del Estado nación y su democracia representativa. Los actuales procesos impulsados por los pueblos indígenas en Los Andes es una evidencia de ello.

El problema del indio no es sólo problema de tenencia de tierra, de educación o de asistencia humanitaria. El problema indígena es, ante todo, el racismo institucionalizado (edulcorado de paternalismo romántico) que trata a las y los indígenas como no sujetos o “ciudadanos” menores de edad en un Estado nación monocultural (ladinocéntrico). Además, nuestro problema está en que las y los indígenas hemos asumido la condición de indio (sumiso, conformista, miedoso, etc.), que el sistema nos ha configurado en el alma, como una realidad natural, y como el único modo de sobrevivencia. Si no levantamos la cabeza, no podremos ni ver, ni soñar con promisorios horizontes que nos depara nuestra emancipación pendiente.

Para romper este lesivo modo de vida, las y los indígenas debemos asumir nuestro derecho a la autodeterminación ya no como una opción, sino como una obligación existencial. No estamos condenados a sobrevivir eternamente como clandestinos sobre nuestra Madre Tierra. No estamos condenados a servir de combustible al Estado nación que jamás existió para nosotros. No fuimos hechos necesariamente para ser cristianos despojados. Nuestro Sur no es el ser mestizos. Devolvamos las tarjetas de identidad a los estados excluyentes y las biblias a las iglesias, y exijamos a que nos devuelvan nuestras tierras y territorios para concertar estados plurinacionales y sociedades interculturales.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

GB

jueves, 9 de agosto de 2012

LA JUSTICIA DEPENDIENTE, COMPLICE DE LOS GENOCIDAS, DEMOCRATICA?

Cecilia Pando fue recibida por Lorenzetti, titular de la Corte
Este 7 de agosto fue un día contradictorio. Por un lado las Abuelas de Plaza de Mayo presentaban al nieto número 106. Y por el otro la apologista del terrorismo de Estado, Cecilia Pando, fue recibida por la Corte Suprema.

Por Emilio Marín

Las Abuelas de Plaza de Mayo y demás organismos de Derechos Humanos, con su búsqueda incansable de los bebés robados por la dictadura, lograron restituir la identidad a Pablo Javier Gaona Miranda. Es el nieto recuperado número 106. Ese delito aberrante fue comprobado durante el juicio por el "plan sistemático", concluido en la primera semana de julio con penas de hasta cincuenta años de cárcel para el ex dictador Jorge R. Videla y condenas a ocho represores más.

Por eso causó estupor la actitud del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, y de la vicepresidenta de ese tribunal, Elena Highton, quienes ese mismo día abrieron sus despachos a la apologista de la dictadura, Cecilia Pando.

En el Centro de Información Judicial, Agencia de Noticias del Poder Judicial, hasta ayer no había información oficial de la reunión. Hay que remitirse a la gacetilla difundida por Pando, firmada como presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de Argentina (Afyappa).

Allí se puntualiza que concurrieron, además de la citada, "Inés Martínez Segón, vicepresidente de la Asociación y Marcela Cabanillas, esposa de un preso político". El marido de la primera está condenado por la masacre de presos políticos en Margarita Belén (Chaco). La segunda está casada con el general Cabanillas, condenado a perpetua por los crímenes de "Automotores Orletti".

Defensora.

La presidenta de Afyappa es una férrea defensora de la dictadura y las tres Fuerzas Armadas, incluso de uno de los delitos que no protegían las "leyes del perdón": el robo de bebés. En un reportaje que le hizo otro admirador del Proceso, Chiche Gelblung, éste la presentó como defensora de los militares acusados incluso de la supresión de identidad de los nacidos en cautiverio. Y la entrevistada asintió.

La activista castrense aprovechó la entrevista con la Corte Suprema para defender a los "presos políticos" (léase genocidas), presentados como que fueron objeto de una "revancha" de los "terroristas de los ´70 hoy en el gobierno". Como Videla, entiende que los tribunales que los vienen juzgando serían "inconstitucionales", ya que deberían haber entendido los tribunales militares. Es una coincidencia total con los generales Videla y Luciano B. Menéndez, quien ya acumula seis perpetuas emitidas por tribunales "ilegales". Pando se copia de sus amigos en que la ley penal se ha aplicado en forma retroactiva, como si no se tratara de crímenes de lesa humanidad, imprescriptibles.

Visión genocida.

El comunicado de Afyappa explicó que la reunión fue para "denunciar el trato inhumano que reciben en las cárceles los detenidos por presuntos delitos de lesa humanidad". Subrayó que "se dieron a conocer los 165 muertos en cautiverio por abandono de persona y falta de atención médica en los penales. Se habló de los traslados a otros establecimientos sin autorización de los jueces, las torturas psicológicas a las que son sometidos en algunos penales". Estas afirmaciones son de una falsedad flagrante.

En primer lugar, porque los represores hicieron desaparecer a 30.000 personas y robaron centenares de bebés nacidos en los centros clandestinos de exterminio, y han tenido décadas de impunidad. Ese lapso duró los siete años de dictadura y varios más en democracia, en particular entre 1986-1987 y agosto de 2003 cuando fueron anulados el "Punto Final" y la "Obediencia Debida". Ni son "presos políticos" y no fueron castigados en su momento.

En segundo término, cuando -luego de tantas idas y venidas- la justicia instruyó las causas y las elevó a juicio, esos represores demoraron muchos años más. Lo hicieron con apelaciones, recursos y muchos amigos en la Justicia, que facilitaron esas maniobras, como Alfredo Bisordi, titular de Casación Penal que cajoneó años la causa ESMA, devenido luego en defensor del torturador Luis A. Patti. Otro, el fiscal de Casación Juan M. Romero Victorica, que ayudó al apropiador de Victoria Montenegro.

Todas las garantías.

En tercera instancia, los represores tuvieron todas las garantías de la defensa en juicio que negaron a sus víctimas. Estas fueron torturadas y asesinadas, arrojados vivos al mar desde aviones, fusiladas con pantomimas de "enfrentamientos armados", sus cadáveres desaparecidos, etc.

En cuarto lugar, la mayoría de los represores estuvo en arresto domiciliario o en unidades castrenses mientras esperaban el juicio. Las debilidades de la justicia explican que Videla fuera trasladado hace poco a una cárcel común. Antes estuvo en su piso de Avenida Libertador y luego en la guarnición de Campo de Mayo, con cómodas condiciones de detención como se aprecia en el libro "Disposición Final" de Ceferino Reato.

La apologista de Videla trastoca la historia. No es que "165 militares murieron en cautiverio por abandono de persona". La mayor parte falleció en su casa y otra en cómodas prisiones, sin ser alcanzados por condenas por el enorme retraso. Si los militares no hubieran promovido en 1987 el levantamiento "carapintada" para lograr una "solución política" (léase impunidad), esos 165 procesados habrían tenido juicio hace 25 años. Habrían vivido para recibir una digna condena; con la demora autoprovocada, murieron "inocentes", igual que Augusto Pinochet.

A degüello.

La defensora de Videla salió feliz de la reunión. "Tanto el Presidente de la Corte como su Vicepresidente se mostraron sorprendidos con nuestro relato que fue acompañado con fotos sobre las aberraciones y verdaderos tormentos que sufrieron algunos de los enfermos que murieron en cautiverio", reseñó.

Si esas denuncias tuvieran 1 por ciento de veracidad, deberían sentar a Argentina en el banquillo de la Corte Penal Internacional en La Haya. Como son falsas, el país seguirá gozando de reconocimiento por su política de derechos humanos.

Al conocerse de la reunión en la Corte Suprema se disparó una polémica en las redes sociales. Los que defienden la razonabilidad de la entrevista opinaron que es obligación de la CSJN de "recibir a todos", como si la democracia no tuviera que poner ciertos límites a los enemigos de ésta. Este cronista cree que fue un error de Lorenzetti el conceder tal reunión.

Como quedó dicho, Pando es una apologista de la dictadura, la peor de toda la historia argentina; ha defendido sus peores delitos como el robo de bebés. No se trata de cualquier derecha: esta se ubica por fuera del espectro democrático. Mauricio Macri, por ejemplo, es un político de derecha, pero por ahora no saca los pies del plato de la democracia. Entonces es lógico que la justicia electoral le reconozca personería al PRO y la gente pueda votarlo como jefe de gobierno.

En cambio Alejandro Biondini, neonazi confeso, vio negada la personería electoral para el Partido Nuevo Triunfo. Y la Corte Suprema convalidó esa negativa con un fallo propio en marzo de 2009.

Límites políticos y éticos.

Salvando las distancias, esos ejemplos muestran que la democracia tiene que marcar ciertos límites políticos, legales y éticos. En consecuencia, no debió el alto tribunal "legalizar" a la banda de la defensora del genocidio, que por ese mismo postulado ya había tenido problemas legales.

Pando apoyó en 2005 al obispo castrense Antonio Baseotto, quien había amenazado al ministro de Salud, Ginés González García, con arrojarlo al mar atado a una piedra. En enero de 2007 la mujer pidió "que todos los terroristas que están en el gobierno tengan su condena", refiriéndose a Kunkel, Taiana, Obeid, etc. En julio de ese año fue a apoyar al cura genocida Christian von Wernich, en el juicio de La Plata, y declaró que "todo esto es un circo romano armado por el Gobierno". En mayo de 2008 concurrió a Córdoba a dar aliento a Menéndez, que recibiría su primera perpetua en la causa "Brandalisis". En agosto de ese año insultó a los camaristas que habían condenado a cuatro represores en Corrientes por los crímenes en el Regimiento IX. Y allí mismo amenazó de muerte, "a degüello" al secretario de DDHH, Eduardo L. Duhalde. Organismos de derechos humanos de Córdoba le promovieron una denuncia "por los delitos de amenazas, intimidación pública e incitación a la violencia".

En marzo de 2010 la Sala I de la Cámara Nacional en lo Criminal revocó el sobreseimiento de la defensora de la dictadura en una causa donde había sido denunciada por "apología del delito" por Carlos Pisoni, Director de DDHH de la Legislatura porteña. Un año más tarde esa misma Sala confirmó su fallo, adverso a Pando (Centro de Información Judicial, CIJ, 16 de marzo de 2011).

Se trata de enemigos de la democracia, que no se han cansado de ofender a Madres y Abuelas, y a las 30.000 víctimas. Han descalificado al gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, pero también y muy especialmente a la Justicia. Créase o no, fueron recibidos y "legalizados" por la Corte Suprema, la misma que -según registros del CIJ- aún no recibió a los familiares de Mariano Ferreyra.

La Arena
http://www.laarena.com.ar/opinion-cecilia_pando_fue_recibida_por_lorenzetti__titular_de_la_corte_-79939-111.html


GB

MARCELO MORENO PERIODISTA DE CLARIN

Odia, se regodea en su odio, se devora a sí mismo en su no ser, pero Marcelo Moreno es, no argentino, no latinoamericano, quizas inglés de Thatcher o de yanqui de Reagan y Bush; digo, por su visón neoliberal, guerrera, sin paz ni alegría. 

GB

 

Juegos globales en una foto muy personal

Por Marcelo A. Moreno

08/08/12
Los Juegos Olímpicos -el espectáculo global más global, si se quiere- nos han deparado no pocas sorpresas.
Resultó algo paradojal, por ejemplo, que la impresionante ceremonia inaugural impactara no por su despliegue tecnológico sino por sus deslumbrantes fuegos de artificio , sobre todo pensando que la pólvora usada como material para producir asombro y diversión fue empezada a ser utilizadas por los chinos hacia el siglo IX de nuestra era.
Es decir, que lo más notable de la ceremonia -con un sonido increíble y un sofisticado marketing de cansadoras loas al pasado británico- es que se basó en técnicas desarrolladas en el Medioevo y no en el tecnologizado siglo XXI.
Y más allá de todo lo relativo y discutible que refleja el medallero, asombra un poquitín el desempeño argentino : la misión va, cómoda, en el último lugar -el 63-, que comparte, entre otros, con Trinidad y Tobago, Uzbekistán y Kuwait, con una sola medalla y de bronce. No tan lejos de Moldavia, que está en el puesto número 60; lejos de República Dominicana y Georgia, que están en el 34 y a un abismo de Kazajistán, que ocupa el octavo lugar.
Sin embargo, en la ceremonia inaugural hubo otro hecho que estalló por sobre los fuegos artificiales: los miles y miles de flashes de camaritas o de celulares acompañando el paso de las delegaciones. Con un ingrediente dual: los integrantes de esas delegaciones también se sacaban fotos entre ellos y hacían tomas del público. Todo eso conformaba un imponente himno a la victoria de la cultura de la imagen .
Y con sus consecuencias. Las miles de imágenes tomadas por cada uno seguramente no superan ni una de las plasmadas por uno de los miles de fotógrafos profesionales que cubren los Juegos. Pero conforman un álbum individual, irrepetible y probablemente horrible , del cual se copiarán apenas algunas instantáneas, mientras esas u otras adornarán alguna una red social.
El resto irá a parar a una carpeta lista para ser olvidada en un disco rígido con el único y melancólico valor de ser personal: algo así como “Mis Juegos” ¿para recordar?

MI MENSAJE EVA PERON

LAS PRIMERAS SOMBRAS

La mayoría de los hombres que rodeaban entonces a Perón creyeron que yo no era más que una simple aventurera. Mediocres al fin, ellos no habían sabido sentir como yo quemando mi alma, el fuego de Perón, su grandeza y su bondad, sus sueños y sus ideales. Ellos creyeron que yo "calculaba" con Perón, porque medían mi vida con la vara pequeña de sus almas. Yo los conocí de cerca, uno por uno. Después, casi todos lo traicionaron a Perón, algunos en octubre de 1945, otros más tarde. Me di el gusto de insultarlos de frente, gritándoles en la cara la deslealtad y el deshonor con que procedían o combatiéndolos hasta probar la falsía de sus procedimientos y de sus intenciones. Yo me quedé sola junto a mi coronel hasta que se lo llevaron prisionero. Desde aquellos días desconfié de los amigos encumbrados y de los hombres de honor y me aferré ciegamente a los hombres y mujeres humildes de mi pueblo que sin tanto "honor", sin tantos títulos ni privilegios saben jugarse la vida por un hombre, por una causa, por un ideal. ¡O por un simple sentimiento del corazón! Aquellas primeras grandes desilusiones me hicieron ver con claridad el camino: Perón no podía creer en nada ni en nadie que no fuese su pueblo. Desde entonces se lo he dicho infinitas veces en todos los tonos de voz como para que nunca se le olvide, en medio de tantas palabras con que mienten su honor y lealtad los hombres que rodean por lo general a un presidente. Los pueblos de la tierra no sólo deben elegir al hombre que los conduzca: deben saber cuidarlo de los enemigos que tienen en las antesalas de todos los gobiernos. Yo cuidé por mi pueblo a Perón y los eché de sus antesalas, a veces con una sonrisa, y a veces también con las duras palabras de la verdad que dije de frente con toda la indignación de mi rebeldía.
LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO

Los enemigos del pueblo fueron y siguen siendo los enemigos de Perón. Yo los he visto llegar hasta él con todas las formas de la maldad y de la mentira. Quiero denunciarlos definitivamente. Porque serán enemigos eternos de Perón y del pueblo aquí y en cualquier parte del mundo donde se levante la bandera de la justicia y la libertad. Nosotros los hemos vencido, pero ellos pertenecen a una raza que nunca morirá definitivamente. Todos llevamos en la sangre la semilla del egoísmo que nos puede hacer enemigos del pueblo y de su causa. Es necesario aplastarla donde quiera que brote si queremos que alguna vez el mundo alcance el mediodía brillante de los pueblos, si no queremos que vuelva a caer la noche sobre su victoria. A los enemigos de Perón yo los he conocido de cerca y de frente. Yo no me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas. Estuve en la primera línea de combate; peleando los días cortos y las noches largas de mi afán, infinito como la sed de mi corazón, y cumplí dos tareas. ¡No sé cuál fue más digna de una vida pequeña como la mía, pero mi vida al fin! Una, pelear por los derechos de mi pueblo. La otra, cuidar las espaldas de Perón. En esa doble tarea, inmensa para mi, que no tenía más armas que mi corazón enardecido, conocí a los enemigos de Perón y de mi pueblo. Son los mismos. iSí! Nunca vi a nadie de nuestra raza y la raza de los pueblos! peleando contra Perón. A los otros en cambio, si... A veces los he visto fríos e insensibles. Declaro con toda la fuerza de mi fanatismo que siempre me repugnaron. Les he sentido frío de sapos o de culebras. Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores. Pero hay que apartarlos del camino. No pueden estar cerca del pueblo ni de los hombres que el pueblo elige para conducirlos. Y menos, pueden ser dirigentes del pueblo. Los dirigentes del pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo. Si no, se marean en la altura y no regresan. Yo los he visto también con el mareo de las cumbres.

(CONTINUA)

GB

DICE EL PO DE EVITA DE CRISTINA DE LA HISTORIA UNIVERSAL

| 2 agosto, 2012 La despolitización de Eva Perón por CFK

“Volveré y seré millones”

Una larga mitología histórica atribuye esa frase a Eva Perón. Según la presidenta de la Nación, la promesa de Eva se ha cumplido. “Volvimos”, dijo, apropiándose de la frase, “para que Eva cumpla su propia profecía (…) los dos millones de netbooks”. Es lo que el gobierno dice haber otorgado a los adolescentes, aunque no con la plata de los banqueros sino con la de los jubilados. No era lo que Evita podía tener ‘in mente’, y no sólo por razones tecnológicas.

De Tupac Katari y Espartaco

En 1781, el líder aymara Julián Apaza Nina, que se hizo llamar Tupac Katari, junto con su mujer, Bartolina Sisa, y su hermana, Gregoria Apaza, condujo una fuerza militar indígena que durante 109 días sitió la ciudad de La Paz. Vencido por el agotamiento de su gente, las traiciones de algunos de sus jefes, los acuerdos que los españoles lograron con otras tribus, por las tropas de refuerzo que recibieron los sitiados y, seguramente, por las limitaciones de su propio movimiento, Katari, su mujer y su hermana fueron apresados, torturados y ejecutados en noviembre de ese año.
Katari fue asesinado como Tupac Amaru. Atadas sus extremidades a cuatro caballos orientados hacia los puntos cardinales, fue descuartizado y sus miembros y su cabeza exhibidos en distintos puntos del Alto Perú a modo de escarmiento.
Antes de morir, cuando estaban a punto de amarrarlo a las bestias, Katari dijo su frase imponente:
“Naya saparukiw jiwayapxitata, nayxarusti waranqa, waranqanakaw kut’anixa…” (a mí sólo me matan, sobre mí volveremos millones).
Era la profecía de una futura revolución de las masas campesinas de la América india por la tierra y la libertad de sus pueblos. Por eso su nombre, como el de Amaru, se enarbola hasta hoy en cada lucha indígena.
Muchos años después, en 1950, el escritor norteamericano Howard Fast, en su novela Espartaco, pone esa misma frase en boca del líder del levantamiento de los esclavos contra la antigua Roma. Llevada la novela al cine en 1960 por Stanley Kubrick, Kirk Douglas, en el papel de Espartaco, dice con una expresión inolvidable: “I will return and I will be millions” (volveré y seré millones).
Casi dos siglos después de la ejecución de Katari, a doce años de la novela de Fast y a dos de la película de Kubrick, el poeta José María Castiñeira de Dios -derechista, católico integrista- quiso recordar con un poema, en 1962, el décimo aniversario de la muerte de Eva Perón y escribió:
Yo he de volver como el día
para que el amor no muera
con Perón en mi bandera
con el pueblo en mi alegría.
¿Qué pasó en la tierra mía
desgarrada de aflicciones?
¿Por qué están las ilusiones
quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos
volveré y seré millones.
Castiñeira de Dios difícilmente haya leído a Fast (un escritor de izquierda y judío), pero bien puede haber visto la película y encontrado que el último octosílabo encajaba a la perfección para darle a su homenaje esa sonoridad de calesita que según él debía tener la poesía. Desde entonces, la frase en cuestión le es atribuida a Eva.
Ahora, Cristina Kirchner convierte la profecía de una revolución social en una glorificación de la mercancía, la forma universal de la alienación humana. ¿Evita o Bill Gates? ‘La cadena nacional del entusiasmo’ se ha transformado en una parodia.

Otra vez de la tragedia a la farsa

Eva Perón, personalmente, condujo el proceso de estatización de las organizaciones sindicales operado entre 1946 y 1948. Cuando terminó su tarea, el secretario general de la CGT era José Espejo, un hombre que jamás había sido sindicalista, como tampoco lo es hoy Gerardo Martínez, colocado en la Uocra por ‘las fuerzas de tareas’ de la dictadura. Espejo ocupó ese cargo simplemente porque era parte del círculo áulico de la esposa del presidente. Hasta ese momento, el lugar público de Eva era secundario. Sólo después, a partir de 1949, apareció la Fundación que llevó su nombre y, entonces sí, fue “la capitana”, “la abanderada de los humildes”. A diferencia de ella, CFK quiere estatizar pero no puede, porque preside un gobierno que rema impotente contra la crisis capitalista mundial.
Sin embargo, no es esa la diferencia principal. Eva no vuelve para ser millones con CFK porque las circunstancias transitorias de los años 40 ya no pueden volver. Estas son épocas de bronca, crisis y hambre, como decía Discepolín, gran amigo de Eva Perón.
Por eso la tragedia, otra vez, se convierte en farsa.
Para los trabajadores peronistas, ese “volveré y seré millones” fue la representación simbólica de una mística revolucionaria frustrada, que Eva Perón plasmó en otra frase, esta sí de ella: “La raza maldita de los explotadores será barrida de la faz de la tierra”. No es esa la ambición política de los K. Ahora, todo aquello se ha reducido, según la Presidenta, a dos millones de netbooks.
La farsa se completa: hasta los billetes de 100 pesos con la imagen de Eva vinieron fallados. Una Eva devaluada, como ese billete que pronto servirá apenas para tomar un café.
De la mística de Espartaco y de Katari, a la “reconstrucción de la burguesía nacional” y los dos millones de netbooks. Es lo que separa al kirchnerismo de un proyecto revolucionario.

GB

NAGASAKI

Memoria y armas atómicas
El jueves, Nagasaki rendirá homenaje a las víctimas de la segunda bomba atómica lanzada por Estados Unidos.
Por Eduardo Anguita

Lunes 6 de agosto de 2012, el Curiosity, la nave más sofisticada tecnológicamente construida por la Agencia Aeroespacial Norteamericana (Nasa), aterriza en Marte. El Curiosity terminaba un viaje de 482 millones de kilómetros. El director de la Nasa dijo muchas cosas, entre ellas: "El liderazgo de los Estados Unidos va a hacer que este mundo sea mucho mejor." Lunes 6 de agosto de 1945, Little Boy, la primera bomba atómica que la humanidad sufría en toda su historia. La dejaba caer el Enola Gay, el sofisticado bombardero B29 que había partido desde las Islas Marianas, a unos pocos kilómetros de la populosa ciudad de Hiroshima. Morían alrededor de 100 mil pobladores en cuestión de minutos. Quedaban más de 300 mil heridos. Tres días después, otro avión partía con otra bomba, Fat Man, con el objetivo de destruir Niigata. Como las condiciones climáticas eran adversas, los pilotos recibieron la orden de tirarla sobre Nagasaki. Más de 70 mil pobladores morían en cuestión de minutos. El presidente Harry Truman, que había asumido la presidencia cuatro meses atrás para completar el tercer período de Franklin D. Roosevelt, había dado la orden. Pasados 18 años, en agosto de 1963, en una carta manuscrita por el propio Truman –microfilmada y disponible en el Archivo Nacional de Estados Unidos–, dijo lo siguiente: "Sabía lo que estaba haciendo cuando detuve la guerra... no me arrepiento y, bajo las mismas circunstancias, lo volvería a hacer." Cabe aclarar que el peso de los más de 200 mil muertos no sólo caía en la responsabilidad de Truman, por dar la orden, sino en todo un sofisticado sistema de decisiones que convirtieron el Proyecto Manhattan (tal como se conocía el plan secreto de fabricar armas nucleares) en una cuestión de Estado.

Pasados 67 años, se podrían plantear dos hipótesis sobre la coincidencia del aterrizaje del Curiosity y el asesinato masivo en Hiroshima. La primera es que lo hicieron coincidir para tapar, de la memoria o de las informaciones públicas, la vergüenza de semejantes matanzas. La segunda hipótesis es que les importa un pito y que Estados Unidos no toma como una fecha importante en su historia haber sido el único país que utilizó armas atómicas y que los objetivos no eran militares sino civiles. Quien escribe estas líneas se inclina por la segunda, porque ningún representante de primera línea del gobierno de Barack Obama viajó a Hiroshima para acompañar los actos organizados por las autoridades y familiares en los que se pidió de modo unánime por el "nunca más" a las armas nucleares. La prensa destaca, como invitado prominente, a un nieto de Truman. Es, simplemente, una curiosidad. No se ven reflexiones sobre por qué Estados Unidos recurrió a las bombas atómicas tres meses antes de terminada la guerra en el frente europeo, el más duro. Nadie recuerda que la llamada Guerra del Pacífico no involucraba ataques japoneses a territorio norteamericano ni a su población, lo cual hubiera facilitado muchísimo las cosas para la búsqueda de una salida diplomática con el Imperio de Japón, cuya derrota era inevitable. Pero Estados Unidos necesitaba mostrar su primacía imperial, por eso recurrió al ataque nuclear. Era, además, una advertencia para los tiempos que vinieran.

AMANO. El actual presidente del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) es el japonés Yukiya Amano, un hombre nacido en 1946. Es dable pensar que si su madre hubiera recibido efectos radiactivos durante la gestación de Yukiya este hombre no estaría vivo o, al menos, en condiciones de haber hecho una carrera que lo llevara a un lugar tan importante. A fines del año pasado, particularmente, resurgieron los temores reales a escenarios de conflicto por el asunto de las armas nucleares. Concretamente, por las sospechas de que Irán aprovecharía la generación de energía atómica con fines militares y no para uso civil tal como lo declara el gobierno. Las sospechas se dieron en un clima de creciente enfrentamiento entre Israel e Irán. Pero, a su vez, en un contexto que se va tornando cada vez más delicado. Porque a las revoluciones en varios países árabes se suman las tensiones por el petróleo. Y porque el "liderazgo" de Estados Unidos ya no es tal y el creciente peso de China e India en el mosaico de las relaciones internacionales configura el fin de la supremacía norteamericana. Le queda sí, a Estados Unidos, la fuerza militar desplegada en todo el planeta y la primacía en la aplicación de investigación y desarrollo en tecnología militar o aeroespacial.

Fue en ese contexto delicado que el japonés Yukiya Amano viajó en mayo pasado a Irán porque desde enero buena parte del mundo deshojaba margaritas a la espera de que la OIEA diera a conocer informes que ratificaran –o no– las múltiples denuncias de organismos de inteligencia de países europeos, además de la propia CIA norteamericana y la Mossad israelí. Amano, a quien muchos señalan como un hombre muy cercano a la diplomacia del Departamento de Estado norteamericano, estuvo en Teherán e incluso en el complejo militar iraní ubicado en Parchín, donde hace 60 años se dieron los primeros pasos en materia nuclear en aquel país. Claro, cabe recordar que fue cuando Estados Unidos y Gran Bretaña dieron un golpe de Estado y colocaron a Mohammad Reza Pahlevi como "emperador" –o sha de Persia– y que desde la revolución musulmana de 1979, la CIA, en vez de colaborar con el armado de Irán, propicia una contrarrevolución. De la manera que sea. Y al costo que sea. Amano, nacido en 1946, gestado en las zozobras de una bomba nuclear, fue a Parchín a ver si había o no fabricación de armas nucleares. Desde ya, la observación y la evaluación de qué programa puede o no ser utilizado con fines bélicos debe ser una tarea muy compleja. Y los informes de organismos como la OIEA nunca terminan de ser meros informes técnicos. Pero Amano no convalidó las sospechas de las potencias occidentales. Dijo, tras la visita, que Irán "podría estar demoliendo instalaciones en las que quizá se estuvieran haciendo ensayos nucleares". Desde entonces, la fiebre de atacar a Irán por ese motivo parece bajar. No quiere decir, para nada, que baje la tensión en la región. Entre otros motivos, por Siria. Pero, sobre todo, por cómo las potencias están involucradas en las luchas desatadas en ese país contra el gobierno de Bashar al Assad.

EL FUTURO. El próximo jueves, la población de Nagasaki rendirá homenaje a las víctimas de la segunda bomba atómica lanzada por Estados Unidos. Todo hace pensar que el silencio de las autoridades de Estados Unidos se mantendrá tal como se mantuvo estos 67 años. Porque, en caso de abrir una puerta para pedir perdón a Japón y al mundo sobre esos crímenes, inmediatamente la propia sociedad norteamericana empezaría a preguntarse por qué tantas bases en el mundo, por qué la legislación norteamericana establece que los soldados o espías de ese país no deben ser juzgados en los países donde cometen crímenes sino en Estados Unidos, cosa que contradice el concepto de jurisdicción de los delitos. Incluso podrán preguntarse por qué el brutal déficit fiscal que financia la maquinaria bélica más grande de la historia de la humanidad.
Fue en el marco de la llamada Guerra Fría, que empezaba en ese 1945 y que se extendió hasta 1991, cuando la Unión Soviética, el contrincante de Estados Unidos, veía implosionar las bases de su sistema político. Fue durante esos años "fríos" que soviéticos y norteamericanos pusieron límites al armamentismo nuclear y cada cual evaluaba sus movidas políticas expansionistas con el cuidado de las jugadas de ajedrez. Durante los años setenta, las partidas entre Bobby Fischer y Boris Spassky eran vividas por el mundo como un reflejo de las luchas entre la Casa Blanca y el Kremlin. Nadie levantaba un trebejo sin mirar las cien variantes. Nadie planeaba un ataque sin evaluarlo cien veces.

 Pero pasaron dos décadas del fin de la Unión Soviética y del dominio de Estados Unidos como única potencia. Años en los cuales la humanidad se pregunta cómo podrían ser los enfrentamientos en caso de que India y, especialmente, China puedan doblegar al alicaído sistema financiero liderado por la banca norteamericana o quieran modificar radicalmente las normas de la Organización Mundial del Comercio, hechas a la medida de Estados Unidos y de sus socios en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Algunas pistas de cómo se prepara Estados Unidos está en las tremendas cabezas de playa que tiene sobre territorio afgano. Otras pistas están en la soberbia y el desprecio a las víctimas de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki.

07/08/12 Tiempo Argentino

GB

miércoles, 8 de agosto de 2012

HIROSHIMA



En la sombra de Hiroshima
Por Noam Chomsky

Sangyo Shorei Kan, comunidad de Hiroshima, después del ataque nuclear. Foto Ap

El 6 de agosto, aniversario de Hiroshima, debería ser un día de reflexión sombría, no sólo acerca de los sucesos terribles de esa fecha en 1945, sino también sobre lo que revelaron: que los seres humanos, en su dedicada búsqueda de medios para aumentar su capacidad de destrucción, finalmente habían logrado encontrar una forma de acercarse al límite final. Los actos en memoria de ese día tienen un significado especial este año. Tienen lugar poco antes del 50 aniversario del "momento más peligroso en la historia humana", en palabras de Arthur M. Schlesinger Jr, historiador y asesor de John F. Kennedy, al referirse a la crisis de los misiles cubanos. Graham Allison escribe en la edición actual de Foreign Affairs que Kennedy "ordenó acciones que él sabía aumentarían el riesgo no sólo de una guerra convencional, sino también de un enfrentamiento nuclear", con una probabilidad que él creía de quizá 50 por ciento, cálculo que Allison considera realista. Kennedy declaró una alerta nuclear de alto nivel que autorizaba a "aviones de la OTAN, tripulados por pilotos turcos (u otros), a despegar, volar a Moscú y dejar caer una bomba".

Nadie estuvo más asombrado por el descubrimiento de los misiles en Cuba que los hombres encargados de misiles similares que Estados Unidos había emplazado clandestinamente en Okinawa seis meses antes, seguramente apuntados hacia China, en momentos de creciente tensión. Kennedy llevó al presidente soviético Nikita Krushov "hasta el borde mismo de la guerra nuclear y él se asomó desde el borde y no tuvo estómago para eso", según el general David Burchinal, en ese entonces alto oficial del personal de planeación del Pentágono. Uno no puede contar siempre con tal cordura. Krushov aceptó una fórmula planteada por Kennedy poniendo fin a la crisis que estaba a punto de convertirse en guerra.


El elemento más audaz de la fórmula, escribe Allison, era "una concesión secreta que prometía la retirada de los misiles estadunidenses en Turquía en un plazo de seis meses después de que la crisis quedara conjurada". Se trataba de misiles obsoletos que estaban siendo remplazados por submarinos Polaris, mucho más letales. En pocas palabras, incluso corriendo el alto riesgo de una guerra de inimaginable destrucción, se consideró necesario reforzar el principio de que Estados Unidos tiene el derecho unilateral de emplazar misiles nucleares en cualquier parte, algunos apuntando a China o a las fronteras de Rusia, que previamente no había colocado misiles fuera de la URSS. Se han ofrecido justificaciones, por supuesto, pero no creo que soporten un análisis. Como principio acompañante de esto estaba que Cuba no tenía derecho de poseer misiles para su defensa contra lo que parecía ser una invasión inminente de Estados Unidos.

 Los planes para los programas terroristas de Kennedy, Operación mangoose (mangosta), establecían una "revuelta abierta y el derrocamiento del régimen comunista" en octubre de 1962, mes de la crisis de los misiles, con el reconocimiento de que "el éxito final requerirá de una intervención decisiva de Estados Unidos". Las operaciones terroristas contra Cuba son descartadas habitualmente por los comentaristas como "travesuras insignificantes de la CIA". Las víctimas, como es de suponerse, ven las cosas de una forma bastante diferente. Al menos podemos oír sus palabras en Voces desde el otro lado: Una historia oral del terrorismo contra Cuba, de Keith Bolender.

Los sucesos de octubre de 1962 son ampliamente aclamados como la mejor hora de Kennedy. Allison los ofrece como "una guía sobre cómo restar peligro a conflictos, manejar las relaciones de las grandes potencias y tomar decisiones acertadas acerca de la política exterior en general". En particular, los conflictos actuales con Irán y China.

El desastre estuvo peligrosamente cerca en 1962 y no ha habido escasez de graves riesgos desde entonces. En 1973, en los últimos días de la guerra árabe-israelí, Henry Kissinger lanzó una alerta nuclear de alto nivel. India y Pakistán han estado muy cerca de un conflicto atómico. Ha habido innumerables casos en los que la intervención humana abortó un ataque nuclear momentos antes del lanzamiento de misiles por informes falsos de sistemas automatizados. Hay mucho en que pensar el 6 de agosto. Allison se une a muchos otros al considerar que los programas nucleares de Irán son la crisis actual más severa, "un desafío aún más complejo para los formuladores de política de Estados Unidos que la crisis de los misiles cubanos", debido a la amenaza de un bombardeo israelí. La guerra contra Irán está ya en proceso, incluyendo el asesinato de científicos y presiones económicas que han llegado al nivel de "guerra no declarada", según el criterio de Gary Sick, especialista en Irán.

Hay un gran orgullo acerca de la sofisticada ciberguerra dirigida contra Irán. El Pentágono considera la ciberguerra como "acto de guerra", que autoriza al blanco a "responder mediante el empleo de fuerza militar tradicional", informa The Wall Street Journal. Con la excepción usual: no cuando Estados Unidos o un aliado es el que la lleva a cabo. La amenaza iraní ha sido definida por el general Giora Eiland, uno de los máximos planificadores militares de Israel, “uno de los pensadores más ingeniosos y prolíficos que (las fuerzas militares israelíes) han producido. De las amenazas que define, la más creíble es que "cualquier enfrentamiento en nuestras fronteras tendrá lugar bajo un paraguas nuclear iraní". En consecuencia, Israel podría verse obligado a recurrir a la fuerza. Eiland está de acuerdo con el Pentágono y los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que consideran la disuasión como la mayor amenaza que Irán plantea. La actual escalada de la "guerra no declarada" contra Irán aumenta la amenaza de una guerra accidental en gran escala. Algunos peligros fueron ilustrados el mes pasado, cuando un barco estadunidense, parte de la enorme fuerza militar en el Golfo, disparó contra una pequeña nave de pesca, matando a un miembro de la tripulación india e hiriendo a otros tres.

 No se necesitaría mucho para iniciar otra guerra importante. Una forma sensata de evitar las temidas consecuencias es buscar "la meta de establecer en Oriente Medio una zona libre de armas de destrucción masiva y todos los misiles necesarios para su lanzamiento, y el objetivo de una prohibición global sobre armas químicas" –lo que es el texto de la resolución 689 de abril de 1991 del Consejo de Seguridad, que Estados Unidos y la Gran Bretaña invocaron en su esfuerzo por crear un tenue cobertura para su invasión de Irak, 12 años después. Esa meta ha sido un objetivo árabe-iraní desde 1974 y para estos días tiene un apoyo global casi unánime, al menos formalmente. Una conferencia internacional para debatir formas de llevar a cabo tal tratado puede tener lugar en diciembre. Es improbable el progreso, a menos que haya un apoyo público masivo en Occidente. De no comprenderse la importancia de esta oportunidad se alargará una vez más la fúnebre sombra que ha oscurecido el mundo desde aquel terrible 6 de agosto.

La Jornada, México

GB