El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, coincidió ayer con su par británico, George Osborne, en que los riesgos de la deuda griega se extienden fuera de la Eurozona, en especial al Reino Unido, y declaró que debe terminar la simulación que la convirtió en una herida purulenta. Según el ministro griego, la deuda de su país con la troika de acreedores –Fondo Monetario Internacional (FMI), Comisión Europea (CE) y Banco Central Europeo (BCE)– preocupa también a la economía británica (donde no circula el euro), porque para ella una crisis deflacionaria en Europa no es de buen augurio. Osborne, por su parte, advirtió que el punto muerto entre Grecia y los gigantes del bloque europeo se está convirtiendo velozmente en el mayor riesgo de la economía global y que eso representa una creciente amenaza para la economía británica.
Osborne instó ayer a Grecia y a la Eurozona a que resuelvan los desacuerdos que amenazan a la economía mundial. “Pido al ministro griego que actúe responsablemente, pero es también importante que la Eurozona tenga un plan mejor para el crecimiento y el empleo”, señaló el titular de Finanzas. El Reino Unido no integra la Eurozona, pero está en la Unión Europea (UE). Una fuente del gobierno griego interpretó favorablemente las palabras de Osborne. Varoufakis –dijo esa fuente– está contento por el encuentro porque tener un aliado clave como el Reino Unido en la UE es un gran activo. “Cada segundo cuenta”, dijo el ministro heleno a la cadena de televisión Channel 4. “Somos, tal vez, el gobierno electo que dispone de un menor margen de maniobra desde la Segunda Guerra Mundial”, advirtió.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, de visita a Chipre, exhortó a Europa a que tome decisiones valientes porque no sólo Grecia y el gobierno chipriota –cuya economía también tuvo que ser rescatada el año pasado–, sino toda Europa está en crisis. Tsipras dijo que no esperaba encontrar tantos apoyos y que lo que quiere Grecia es un debate sobre la deuda para todos los pueblos de Europa. El líder Syriza aludió así a las palabras de aliento de Barack Obama, que en una entrevista en la cadena de televisión CNN manifestó: “No se puede seguir exprimiendo a países que están en medio de una depresión”. El mandatario norteamericano afirmó que Grecia tiene una terrible necesidad de reformas, pero dijo que es muy difícil emprender cambios cuando el nivel de vida de la gente cayó un 25 por ciento. “Lo que aprendimos de nuestra experiencia en Estados Unidos es que la mejor manera de reducir los déficits y restaurar la solidez fiscal es crecer”, advirtió Obama.
Grecia, que no quiere nuevos créditos de sus principales acreedores hasta que se reestructure su deuda, pide una cumbre europea para abordar el problema. “No es que no necesitemos el dinero, estamos desesperados”, dijo ayer Varoufakis. “Lo que quiere este gobierno es acabar con esta adicción”, aseguró el ministro heleno. La canciller alemana Angela Merkel descartó cualquier idea de reestructuración de la deuda, en su mayoría en poder de Estados europeos. “Ya hubo una quita voluntaria de los acreedores privados, los bancos ya renunciaron a miles de millones de euros en deuda griega”, justificó la dirigente en una entrevista con el diario Hamburger Abendblatt. Tampoco España quiere saber nada.
“Entrar en Europa es voluntario y estamos en el club para cumplir las reglas del club porque nos conviene a todos”, declaró Cristobal Montoro, ministro de Hacienda del gobierno conservador de Mariano Rajoy, en una entrevista con la cadena pública española TVE. El ministro español mostró su oposición a cambiar las reglas de la UE para responder a las peticiones de Grecia y subrayó que España las había respetado. “Europa no la hace la Comisión Europea, Europa no la hace el Banco Central Europeo, Europa la hacemos los países, que somos los que nos hemos dado estas reglas”, recordó Montoro, en respuesta a una pregunta sobre la voluntad del nuevo gobierno griego de lograr una nueva política europea respecto de Atenas.
“Por tanto, lo que no puede ser es que a cambios políticos dentro de los países respondamos con nuevas reglas, porque si no el club sencillamente va a colapsar”, agregó. Consultado sobre si Grecia debe respetar sus compromisos y aplicar sus reformas, respondió tajante: “Sí, claro, como hemos hecho todos”. “Es fácil llegar al gobierno y decir ‘oye, voy a subir este gasto, el otro y el de más allá, claro, así gobernamos todos. Pero la cuestión es, ¿de dónde sale este dinero? ¿De los griegos? ¿Del resto de los europeos o del resto del mundo?, ¿quién te va a dejar ese dinero? Esta es la cuestión”, insistió.
Por su parte, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, señaló que el nuevo gobierno griego puede adoptar las medidas sociales que prometió si obtiene nuevos ingresos, en particular combatiendo el fraude fiscal, pero no a costa del déficit que financian sus socios europeos. En entrevista con la emisora Europe 1, consultado sobre si van a ser los europeos los que financien el programa de Syriza, Sapin respondió: “Evidentemente, no”. Sobre los ataques del nuevo gobierno griego a Alemania y a su canciller, Angela Merkel, el ministro galo dijo que Francia puede ser un socio particular de Grecia por razones históricas y culturales. “Estamos dispuestos a acompañarlos, pero acompañarlos a restablecer el diálogo con todos”, agregó Sapin.
En el marco de su gira europea, Tsipras se reunirá hoy en Roma con su par italiano, Matteo Renzi, en busca de más apoyos para las propuestas económicas que pretende llevar a Bruselas con el objetivo de reestructurar la deuda helena. El encuentro tendrá lugar a las 17 hora local (13 de la Argentina) en la sede del gobierno italiano. Luego de dialogar con Renzi, Tsipras visitará mañana al presidente francés, François Hollande, y en la misma jornada se reunirá con el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker.
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