martes, 4 de septiembre de 2012

Sobre las Malvinas: dos opiniones no muy conocidas


Sobre las Malvinas: dos opiniones no muy conocidas
La contratapa de Mario Rapoport
Un diplomático ruso aceptó en un libro de 1889 los derechos jurídicos argentinos
Un diplomático ruso aceptó en un libro de 1889 los derechos jurídicos argentinos
04/09/2012
El aporte de textos históricos sobre las islas Malvinas contribuye con antecedentes que ayudan a argumentar mejor la defensa de nuestra soberanía sobre las islas, tanto en los foros internacionales, como directamente con los británicos cuando éstos se vean suficientemente presionados para sentarse a la mesa de las negociaciones.
A continuación reproduzco dos de ellos. El primero pertenece a un diplomático ruso, Alexander Semionovich Ionin, que estuvo por estas tierras y visitó las Malvinas a fines del siglo XIX, reflejándolo en la publicación de un texto del que tomamos un par de citas significativas (se trata de una traducción al inglés de su libro, originalmente editado en ruso, Mi viaje por América del Sur, San Petersburgo, 1889). En una primera parte de consideraciones generales dice el autor:
“La presencia cada vez más acusada en Sudamérica de las principales potencias marítimas europeas dotará a este continente de un significado político totalmente nuevo, a la vez que la ruta por el estrecho de Magallanes puede convertirse en una ruta militar de suma importancia […] es posible que se produzca una guerra entre las potencias marítimas y que peligren sus ya muy considerables intereses comerciales en América […] las Falkland representan desde luego un envidiable punto de apoyo y la potencia que las posea podrá esperar todos esos conflictos con la mayor tranquilidad, segura de poder salvaguardar sus intereses comerciales en el Hemisferio Sur, aun en el caso de guerra […]”
Ionin agrega luego su opinión sobre la posesión de las islas por parte de los ingleses y sus posibles consecuencias: “Lo atractivo de este archipiélago para Inglaterra radica sobre todo en consideraciones políticas que en más de una ocasión le han llamado la atención a una que otra potencia marítima europea […] Por cierto, ofrecen las Falkland una cantidad de anclajes estupendos que podrían ser utilizados por una escuadra de observación naval, dominando así una ruta de comunicación muy importante del Atlántico al Pacífico […] Las Falkland son el único lugar en el Atlántico donde se puede pisar tierra firme, aunque hasta ahora no ha resultado tan firme la que pisa allí Inglaterra, pues sólo mantiene a un gobernador y no tiene ni un solo cañón, ni considera necesario establecer comunicaciones con la metrópoli. Por ahora, parece que esto le es suficiente […] Sudamérica dividida como está en débiles organismos estatales aún no representa ninguna fuerza seria, independiente, que se deba tomar en cuenta, aunque pueden cambiar las circunstancias y es probable que cambien. Sin embargo, estando segura de sus derechos jurídicos nadie puede ignorar las protestas del gobierno argentino y en cualquier momento éste tiene la posibilidad de enviar allí fácilmente cañones, soldados y naves. Por consiguiente, yo aconsejaría a las potencias marítimas que prestaran más atención a las protestas anuales del ministro de Relaciones Exteriores de Buenos Aíres, pues no son éstas tan carentes de razón como a primera vista parecen”.
Estas líneas no sólo resumen los intereses ingleses, sino también señalan otras cosas. Como aquello de que Inglaterra, que consideraba este sitio por su importancia estratégica, tanta aparentemente no le daba, ya que después de más de medio siglo de ocupación no tenía ni un cañón en las islas, ni se comunicaba con la metrópoli. ¿Donde estaban los ascendientes de aquellos que hoy proclaman la autodeterminación de sus habitantes? ¿Por qué las islas se hallaban, según esa narración, casi en el mismo estado en que las había dejado el gobernador argentino Vernet?
Muchas preguntas sin respuesta. Pero, además, Ionin acepta los derechos jurídicos argentinos y, casi como un visionario, anticipa una posible guerra entre los dos países involucrados en la disputa, así como la relevancia que podría tener en el futuro en este tema la formación de un bloque sudamericano.
En otro libro, publicado originalmente en inglés y traducido recientemente al español, que data de 1944, El enigma argentino, Félix J. Weil, un argentino de origen alemán, millonario y de izquierda, que con su dinero había ayudado a crear la famosa Escuela de Frankfurt y en ese entonces residía en los Estados Unidos, da su interpretación de los orígenes históricos de la ocupación de las islas, que se remonta no a los británicos sino a los norteamericanos, quienes abrieron la puerta para una ocupación posterior.
Se sabe bien que en diciembre de 1831, el capitán Silas Duncan, al mando de la corbeta “Lexington” de la armada de los Estados Unidos entró en las islas, las ocupó, arrestó a sus autoridades y voló el depósito de pólvora que encontró allí. Pero se conoce menos que esta acción fue reprobada como contraria a ley por una corte federal de Massachusetts (ver Francis Wharton [ed.], A Digest of the International Law of the United States, Washington, 1887).
Weil, además de revelar este histórico fallo, donde se reafirma indirectamente la soberanía argentina sobre las islas, no concuerda con la tesis de Paul Groussac, que en un libro de 1936 sobre el tema, de mucha repercusión en su época, sostiene que este incidente nada tiene que ver con la posterior acción del buque “Clio”, que en 1933 tomó posesión de ellas en nombre de Su Majestad británica. Dice Weil que aunque no existía evidencia documental de un arreglo en tal sentido, los argentinos estaban convencidos de que esto había ocurrido. Resulta extraño, en todo caso, que insólitamente Washington dejase a un lado la Doctrina Monroe, que tenía por lema principal “América para los americanos”, expuesta en 1823 por el presidente James Monroe, para rechazar cualquier injerencia europea en el nuevo continente.
Por eso, Weil daba a entender que se debía haber llegado a un acuerdo entre los dos países anglosajones, porque el gobierno de Washington reconoció de inmediato la soberanía británica, a pesar de esa doctrina y del fallo de su propia Justicia con respecto a la primera ocupación. Ese fallo significaba un cierto reconocimiento a la pertenencia del lugar por parte de la Argentina, que lo había heredado de la corona española. Es decir que en el momento en que se produjo la ocupación británica se contraponía a una ley estadounidense. Sin embargo, desde esa misma ocupación, los Estados Unidos se negaron a aceptar los derechos argentinos mientras defendían la posición de Londres.
Es interesante señalar también que durante la Primera Guerra Mundial, el padre de Weil, un gran comerciante de granos de la Argentina, que tenía trato directo por su origen alemán con el emperador Guillermo II, le sugirió que en un gesto de buena voluntad los alemanes ocupasen las islas para devolvérselas a los argentinos, lo que iba a favorecer su posición frente al gobierno de Buenos Aires, en ese entonces neutral ante el conflicto bélico.
En síntesis, una opinión rusa y un fallo de la Justicia norteamericana que sería bueno tener en cuenta en la futura discusión sobre la soberanía.
GB

MAS ETERNAUTA



Fahrenheit 451
Hay cosas que damos por sabidas para todos, porque con los hechos y los dichos, los personajes se van armando y nos dejan sin capacidad de asombro. Esto ocurre cuando miramos ficción: el protagonista de la serie tiene comportamientos estereotipados que suelen repetirse de capítulo en capítulo. La sorpresa se nos presenta cuando se salen de libreto; pero esto ya casi está en desuso por estos tiempos. Esas ocurrencias de los capocómicos de otros tiempos han quedado allá con ellos.
El problema que nos afecta en estos días, bien podría ser obra del género comedia. Como decimos tantas veces “si no fuera verdad, nos causaría gracia”.
Pero el personaje no es actor, o al menos no lo es en su cargo.
Decir que Macri ignora casi todo lo que de popular nos atraviesa a los argentinos, no es decir nada nuevo.
Podemos suponer que Macri no conoce la historieta argentina “El Eternauta” de Oesterheld y Solano López, obra donde el protagonismo siempre recae en un grupo de personas, más grande o más pequeño, conformando un «héroe en grupo» al que se considera más valioso que el clásico héroe individual que triunfa sin ayuda de otros.
Podríamos hasta imaginar que desconoce la historia de Héctor Germán Oesterheld (guionista de El Eternauta) desaparecido en la última dictadura militar junto a sus cuatro hijas, Diana (24), Beatriz (19), Estela (25) y Marina (18).
Sospechamos que nunca se enteró que el dibujante Francisco Solano López, al llegar el Golpe de Estado del ´76 se fue con su hijo (quien había pasado un año preso por la dictadura) a España. Que regresó al país y el 9 de octubre de 2008 fue declarado «personalidad destacada de la cultura» de la Ciudad de Buenos Aires. Esa ceremonia tuvo lugar en el salón San Martín del palacio legislativo.
Para el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, todas estas historias no le son ni pertinentes, ni interesantes, ni importantes, ni significativas, porque son historias muy vinculadas a la política. Y ya sabemos que la política no es su tema, aunque sus aspiraciones pudieran parecer por momentos vinculadas a la política.
Para Macri todo lo que le atrae de la política son las puertas que puede abrirle, a él y a sus corporativos amigos, para hacer negocios. El resto le pasa sin siquiera salpicarlo de pudor por sus ignorantes manifestaciones públicas sobre todos los temas, que por su cargo, le toca opinar.
No sabe o no contesta sobre Salud, sobre Subtes, sobre Obras Públicas, sobre derrumbes, sobre abandono de personas, sobre desalojos violentos, sobre escuchas ilegales, sobre persecución ideológica, sobre nada que tenga que ver con su “des-gestión” de gobierno.
El hombre que ocupa la silla más importante del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (hincapié en la importancia de la silla y no del que la ocupa), ha alcanzado el límite permitido entre la ficción y la realidad con su último mamarracho ejecutivo: 0800 políticaescacaenlaescuela.
Los tiempos donde los jóvenes creían que los próceres eran de bronce y no tenían ni odios ni amores, han pasado. Para nuestros jóvenes del siglo XXI los próceres fueron personas como son ellos, con sentimientos, con dudas, con errores y así esos personajes ilustres son mucho más valorados y se les mete más adentro saber que la política es el camino para hacer historia.
Por suerte, los estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires, leen, escuchan, discuten, participan y opinan sobre política muy a pesar de Macri y su “apolítico” ministro de educación.
Los adolescentes tienen esa sana costumbre de transgredir. Alcanza con decirles “mejor no hagan esto” para despertarles la voluntad de hacer lo no recomendado. Ni hablar cuando se pretende “prohibir”, si con sugerir se empeñan en vulnerar la idea, con prohibir se profundiza la rebeldía revelada.
No es necesario haber pasado por el CBC de Psicología para saber de estas reacciones de los jóvenes, nosotros fuimos jóvenes.
¿Macri habrá sido un joven al que le habrán prohibido hablar de política? Y ¿no supo rebelarse a tiempo? Tal vez por eso hoy se empeña en jugar a la política. Es un adulto con problemas, el juego es para otra edad, ya le pasó el tiempo del juego. Tal vez también le pasó el tiempo de la política, pero, como cuando era adolescente, tarda en darse cuenta.
Nuestros jóvenes, los mismos que van a las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, tienen la capacidad crítica necesaria para hacer de la política una manera más de manifestarse.
A pesar de los 0800, de los Macri y de los ministros censuradores, en las escuelas, los pibes descubrieron que junto a la Matemática y la Física es necesario hacer entrar a El Eternauta, a El Nestornauta y a la política como una herramienta más para defenderse en la vida.
Son jóvenes, son rebeldes, son hermosos...
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Prof GB

EL JUEGO DEL DINERO MACRISTA

El juego de la hipocresía

Por Gustavo Lesbegueris *

El 21 de marzo de 2007 los entonces candidatos a jefe y vicejefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri y Gabriela Michetti, realizaron una visita a la Escuela de Educación Especial y Formación Laboral Nº 28 D.E. 16º Bartolomé Ayrolo, para alumnos/as con discapacidad auditiva, sita en Av. Lincoln 4325 de Villa Devoto. Al día siguiente, un matutino tituló: “Macri y Michetti salieron a mostrarse en campaña”. Días después, el PRO informó en su sitio web que “Mauricio y Gabriela quieren inversiones eficientes para educación”, reseñando que “Macri concurrió acompañado por su candidata a vice, Gabriela Michetti, en lo que constituyó la primera actividad que realizaron juntos desde que fue definida la fórmula de PRO para competir en las elecciones de junio”.
}El 2 de noviembre de 2010, la Defensoría del Pueblo dictó la Resolución Nº 3546/10, en la que analizó críticamente el programa “Más allá del dinero”, implementado en escuelas de la Ciudad por la Fundación Junior Achievement, observándolo “sesgado, en tanto se presenta a los/as alumnos/as un modelo de sociedad individualista, estratificada e insolidaria”. El objetivo de la propuesta educativa de la fundación es “enseñar habilidades financieras básicas a niños de quinto y sexto grado de primaria. Se presentan los siguientes conceptos clave: el rol del dinero en la sociedad; compartir, ahorrar y gastar; cómo ser un consumidor inteligente; ganar dinero iniciando una empresa”. Las actividades consisten en cinco encuentros en horario escolar en los que se proponen dos juegos de mesa denominados “El Juego de la Comunidad”, cuyo objetivo es que los alumnos puedan “identificar la función del dinero en la vida diaria y manejar una cuenta bancaria personal”, y “El Juego de la Empresa”, a fin de que puedan “practicar cómo usar el sistema ‘consumidor inteligente ahora’ para tomar decisiones como consumidores inteligentes, e identificar la diferencia entre los gastos personales y los gastos empresariales”.

Dentro de la bibliografía recomendada en los materiales que acompañan la propuesta, figura el libro Padre Rico Padre Pobre para jóvenes, de Robert T. Kiyosaki, en el que el autor recuerda los dilemas de su infancia al momento de elegir entre el modelo de vida de su padre biológico (supervisor de escuelas) o el de su padre adoptivo (hombre de negocios). Así los resolvió: “Siendo niño, y al tener dos padres, comencé a estar agudamente atento de cuidar qué pensamientos elegiría adoptar como propios. ¿A quién debía escuchar? ¿A mi padre rico o a mi padre pobre? Uno quería que yo estudiara para convertirme en un profesional, abogado o contador. El otro me animaba a estudiar para ser rico, para entender cómo funciona el dinero, y para aprender cómo tenerlo trabajando para mí. ‘¡Yo no trabajo por el dinero!’ eran palabras que él repetía una y otra vez, ‘el dinero trabaja para mí’. A la edad de nueve años, decidí escuchar y aprender de mi padre rico acerca del dinero. Al hacer esto, elegí no escuchar a mi padre pobre, aunque fuera él quien tenía todos los títulos universitarios”.
Los casos reseñados constituyen sólo una muestra y eximen de mayores comentarios acerca de la ausencia de escrúpulos de quienes se “rasgan las vestiduras”, habilitando centrales telefónicas para denunciar lo que entienden como “intromisión política” en las escuelas, instaurando climas de sospecha, persecución ideológica y enfrentamiento en el seno de las comunidades educativas, de impredecibles derivaciones.
Aunque provocan escozor, lamentablemente a esta altura ya no sorprenden medidas de ese tenor, impulsadas por un gobierno que ha dado sobradas muestras de su vocación autoritaria y censora, como ha evidenciado una vez más ahora separando de sus cargos a autoridades escolares y docentes que expresaron públicamente sus críticas a la política educativa, o del penoso exabrupto-”fallido” del jefe de Gobierno con relación a El Eternauta y el juego del “héroe colectivo” en las escuelas.
Es claro que el gobierno porteño se reconoce en el modelo del “padre rico” y “el juego de la empresa”, por eso monta en cólera y resbala cuando advierte que sus dispositivos controladores no logran impedir que circulen en las escuelas saberes, actitudes y valores que confrontan con los del individualismo y la meritocracia que pretende inculcar.
* Licenciado en Educación, ex defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
GB

Malón adolescente

Quizáz piensen (?) que un malón de votos adolescentes asomen a las urnas, y arrasen con cualquier pretensión opositora a este gobierno.
Quizás sientan (?) que no puedan conquistar el voto niño por adustos, arrugados, carcamanes, en lo íntimo de sus mentalidades.
Quizás, tal vez, denoten cierta vilez al negarse a incorporar a los que de un modo u otro piensan y sienten la realidad que los rodea desde sus ojos bien abiertos a la inocencia.
Quizás esos torpes cuerpos inmanejables, esos bellos cuerpos que se desarollan, esa acné, dolor por amores eternos perdidos a los 16, esos y esas rokeras empedernidos, cumbieros y cumbieras, musiqueros y musiqueras de la mañana a la noche.
Quizás esas madres niñas, tempraneras, esas y esos laburantes tempraneros.
O esos o esas que desde los cuntris que solo ven cristales y american way of life...
sean demasiado cerebrito no marchito ni intimidado para interpelar, persuadir, atraer, hablar, mirar, ver, escuchar, oir.
Demasiado pibe y piba límpido de alma y cuerpo para engañar, mentir ( violencia es mentir no?), sacarlos de un sistema mediático hipócrita que los consume mientras los "invita" a consumir y descomunicarse desde los 8 o 9 años.  

En fin, en principio, les tienen miedo, ese miedo que genera la impotencia de ya no ser.
Malón adolescente asoma por las urnas, errático, dudoso, se llevan por delante las mesas, tiran al piso los padrones, tienen sueño a las 4 de la tarde de un domingo para ir a votar, se equivocan de escuela, giran sobre su eje confundidos, se vuelven a su casa sin votar aburridos y hartos de hacer cola.
Cuidado, los sandraborghiclarinistas tienen razón, NO TIENE CABEZA LOS CABEZA.

Sin quizás, sí lo se; tuve 16 en un lejano '75, de marchas contra el Brujo, de centros de estudiantes, de amores no correspondidos y de los otros, de primaveras sui generis, de amigos y amigas del alma y de la piel, de recitales y plazas de mayo, de materias en diciembre y en marzo, de potreros interminables de lunes a  lunes, de peronismo irredento y padres que miraban perplejos tanto desparpajo adolescente, de profes piolas, amigotes, consejeros, y de los otros: ortibas, jodidos, gorilas.
Volver a los 17... pero igual no hubiéramos podido votar, Videla-Agosti-Massera-Martínez de Hoz, no nos dejaron ni siquiera vivir.

Malón adolescente se asoma, cuidado, hay que hablarles y peor, oirles el alma,
qué laburo no?
Mejor darles una birra, un ferné, un porrito, un poquito de merca o paco.
Así no nos joden.

GB

VOTAN O NO VOTAN DAT IS DE KUESTION

LOS DERECHOS Y LOS LIMITES DE LA JUVENTUD > DEBATE POR EL PROYECTO PARA HABILITAR EL SUFRAGIO A LOS 16 AñOS
Contra el tutelaje, elogio del voto juvenil
Por Florencia Saintout *

La juventud no existe.

Mejor aclaro: no existe como un dato por fuera de la historia. La juventud no es un dato de la naturaleza, de lo dado, sino que su estatuto (qué es ser joven) se construye.

La juventud se hace históricamente en relación con una liminalidad que varía de una cultura a otra y en las diferencias de clase, de género, de etnia, de religión. Los límites de la juventud no son naturales, sino que son socialmente construidos y culturalmente compartidos, reforzados a través de ritos que marcan la entrada al mundo adulto de acuerdo con las épocas.

En 1928, la joven antropóloga Margaret Mead, sorprendida por el desconcierto de su época con respecto a los jóvenes, se interna en las tribus samoanas primitivas, aquellas que se piensa con poco contacto con la llamada civilización occidental, para realizar uno de los primeros aportes de las ciencias sociales sobre la juventud. Allí lleva adelante un trabajo etnográfico que presta especial atención a los modos de vida y de integración de los jóvenes con su cultura. En la introducción a su libro Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, ella dice: “He descripto la vida de estas jóvenes... y con esta descripción he tratado de responder al interrogante que me llevó a Samoa: los dolores que afligen a nuestros adolescentes, ¿se deben a la naturaleza de la adolescencia misma o a los efectos de la civilización? Bajo diferentes condiciones, ¿la adolescencia presenta un cuadro distinto?” (Mead, 1979, p. 24). En su investigación deja clara constancia de la no existencia de una naturaleza del ser joven sino, por lo contrario, de la dimensión cultural e histórica de la categoría.

Tan es así que incluso es posible pensar junto con los historiadores que es recién a partir del siglo XVII que en Occidente la niñez comienza a tener existencia social, ya que con anterioridad los niños vivían revueltos en la casa, en el mundo del trabajo, hasta en las camas, sin tener un estatuto particular. Y que es recién en el siglo XX, de la mano de procesos tan variados como la extensión de la vida y de la escolaridad, el desarrollo de las industrias culturales y las nuevas figuras jurídicas de posguerra ligados a los derechos humanos (para nombrar sólo algunos) que se comienza a hablar de juventud en los términos en que lo hacemos hoy.

La juventud implica entonces una biología (una moratoria vital ante la muerte, se ha dicho no sin problemas), pero que está siempre atravesada social y culturalmente. Por lo tanto ha habido y hay multiplicidad de modos de ser joven que se exponen juntos a una época a la que le dan respuestas más y menos creativas. Y estas épocas han sido en ocasiones luminosas y convocantes, y en otras siniestras, como lo fue la última dictadura.

La época que hoy en la Argentina llama a los jóvenes a la vida pública está marcada por un horizonte de derechos que los interpela a hacer sueños.

En este contexto es que en los últimos días se discute la posibilidad o no de que los jóvenes puedan votar.

Ante una iniciativa a favor del oficialismo, se alzan las voces conservadoras de siempre: que no pueden, que no están preparados, que van a ser usados.

El saber producido en el amplio campo de los estudios de juventud desde las ciencias sociales ha construido a lo largo de décadas un acervo de conocimiento público y disponible que niega la existencia de una especie de recorrido evolucionista en el cual en un momento se dan las condiciones para que se ejerza la ciudadanía política y en otro no. Nada indica que los jóvenes no puedan votar a los 16. Eso sólo lo indica una mirada adultocrática que siempre los ha visto como sujetos de la carencia (no pueden decidir, no pueden interesarse, no pueden hacerse cargo... no pueden nada) y que por lo tanto hay que tutelarlos. Es la mirada que se inscribe en una tradición clasista y patriarcal que en algún momento dijo también que las mujeres no podían votar, que los negros no podían votar, que los locos no podían votar.

Pero éste es un momento de ampliación y profundización de derechos. Y los jóvenes, aquellos a los que se acusó durante décadas del deterioro de las sociedades (diciéndoles que eran apáticos y desinteresados o situándolos como los agentes del peligro desde los discursos de la seguridad ciudadana y la tolerancia cero), hoy están tomando la política como propia. No es que se suman a ella, sino que la transforman. La sacan de la miseria en que la había hundido el crimen más profundo, ese que denunciara Rodolfo Walsh en su Carta a las Juntas. Ese crimen que comenzó con la dictadura y que se continuó durante la larga década neoliberal.

Los jóvenes hoy pueden votar porque hay una sociedad que es más democrática que antes y porque son ellos los que han protagonizado el proceso que lo permitió. Sólo a los ignorantes o a los malintencionados de siempre se les puede ocurrir que no están capacitados. Qué ironía: justo estos jóvenes, que fueron capaces de transformarlo todo.

* Directora del Observatorio de Juventud y Comunicación de la UNLP.

04/09/12 Página|12

GB

lunes, 3 de septiembre de 2012

Micaela Feldman, la argentina que fue capitana en la Guerra Civil española


 Micaela Feldman, la argentina que fue capitana en la Guerra Civil española

29 de Agosto de 2012 
Micaela, durante la Guerra Civil.| Seix Barral


De izquierdas, fue siempre una revolucionaria sin partido


Por Nazaret Castro | Buenos Aires
En la España de la Guerra Civil, si unos milicianos, por muy marxistas que fueran, decidían que su capitana tuviese nombre de mujer, es que decididamente tenía una personalidad arrasadora. Se llamaba Micaela Feldman, aunque ella prefería Mika Etchébère, su apellido de casada.
Fue la única argentina que peleó en la guerra fratricida que se libró en España entre 1936 y 1939, y su paso por la península dejó huella, aunque los libros de historia la borraran después, como a tantas otras mujeres.
La escritora Elsa Osorio se propuso recuperarla del olvido desde que, hace 15 años, supo de ella por primera vez. Estudió concienzudamente la biografía de Mika, “un personaje real que parece ficción”, en palabras de Osorio, y con ese material escribió la novela ‘La Capitana’, que la editorial Siruela publicó en España y que Seix Barral lanza ahora en la Argentina con el título de Mika.
Elsa Osorio
Micaela nació en 1902 en una colonia de rusos judíos, en la provincia argentina de Santa Fe, y desde la adolescencia militó en la izquierda, con una orientación anarquista que tras la Revolución de Octubre de 1917 se aproximó al marxismo trotskista. Sin embargo, fue en todo momento una revolucionaria sin partido, que supo ver con lucidez el daño que la división entre facciones estaba haciendo a la izquierda. Osorio la describe como una mujer “plenamente libre que quería cambiar el mundo” y que no se plegaba ante las consignas de nadie. Tal vez eso explique que esos mismos que escribían las consignas dogmáticas decidieran relegarla al olvido.
Siendo muy joven conoció al también revolucionario Hipólito Etchébère, junto a quien decidiría viajar a Europa, allí donde el desarrollo del movimiento obrero parecía anticipar el éxito de la revolución: París, la convulsa Asturias de la revolución minera del 34, Berlín, Madrid.
Hipólito murió, alcanzado por una bala fascista, al poco de comenzar la Guerra Civil; Mika decidió seguir. Los milicianos del POUM (Partido Obrero Unificado Marxista) la escogieron para liderarlos, y ella, sin preparación táctica ni estratégica, pero con la fuerza del que sabe tomar decisiones, batalló por la misma República que la tomó presa por sus afinidades trotskistas. Cuando la soltaron, no quiso abandonar el país, y sobre su experiencia en las trincheras escribiría más tarde ‘Mi guerra de España’.
El París del 68
La novela de Osorio acaba con la Guerra Civil, pero la vida de Micaela no abandonó la militancia hasta su muerte en París en 1992, a los 90 años. Después de la derrota republicana, tras ser detenida por el bando franquista, consiguió escapar a Francia, donde encontraría otra guerra: la de la ocupación nazi. En aquella época trabó amistad con personalidades como André Breton, Julio Cortázar o Silvina Ocampo.
Hay vidas que resumen un siglo y hay pocos siglos tan convulsos como el XX. “No hay acontecimiento político en el que no se involucre, que no provoque sus lúcidas reflexiones”, escribe Elsa Osorio.
Y su participación activa, también. Como cuando, en mayo de 1968, una veterana y elegante señora de 66 años les explicaba a los jóvenes parisinos que, para no ser descubiertos por la policía por sus marcas en las manos, debían usar guantes para recoger los adoquines que arrojaban a los guardias. Esos mismos adoquines bajo los que los rebeldes del 68 querían encontrar la playa.
[Publicado en El Mundo de España]

Prof GB

CHE PIBE VOS NO TENES CABEZA

Dice Sandra Borghi peordista del monopolio ante un proyecto preSentado por Diana Conti, diputada del Frente para la Victoria para que puedan votar los chicos y chicas que tiene 16 años QUE...

No tienen cabeza los cabeza, ni los clasemedieros ni los niños y niñas bien de los cuntris.
No, son tontos, solo sirven para bolichear, fumar, tomar cerveza o ferné con coca o vodka con naranja.
Para el porro y para el rock
O la cancha o consumir celus y ropa y boludeces varias.
Che pibe! vos, no tenés cabeza che!
Si no pensás ni sentís ni sabés diferenciar el bien del mal.
No tenés ex-pe-rien-cia, entendés?
Te falta, primero recibite, trabajá, sacrificate y después hablamos.
Qué sabés vos de política?
NADA, NO SABES NADA.
Andá a dormir haceme el favor y dejate de joder que bastante ya tengo yo.
Además te van a manipular , a usar, te van a obligar  votar al gobierno no te das cuenta?

Mirá, lo mejor va a ser que no votés.
No señor.
A los 18 sí, ahí sí que vas a tener cabeza.
Antes no, no tenés...

GB