domingo, 8 de abril de 2018

RELÁMPAGOS //// 04.04.2018 Un Marx peronista, por Juan Manuel Ciucci

RELÁMPAGOS //// 04.04.2018
Un Marx peronista, por Juan Manuel Ciucci
“Si construyéramos una lista imaginaria podríamos demostrar no sólo el peso que tuvo el pensamiento/acción marxista en el peronismo, y viceversa, sino además las personalidades destacadísimas que se vieron impulsadas a este difícil encuentro: Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, John William Cooke, Rodolfo Ortega Peña, Alicia Eguren, Carlos Olmedo, entre tantas/os”.
    “Soy peronista porque soy marxista. Es decir, por adecuación objetiva de mi pensamiento al grado de desarrollo de la conciencia política del proletariado nacional y cuyo símbolo es Perón”
    Juan José Hernández Arregui, 1960
    Hace 200 años nacía uno/a de las/os pensadoras/es y militantes más importantes que nos ha legado la historia: Carlos Marx. En nuestro país, la “celebración oficial” se dará este sábado 7 en el Teatro Nacional Cervantes. “Marx nace” se llama el encuentro, que ha recibido críticas tanto por derecha como por izquierda. No es para menos: lo sesgado del “evento” no puede más que molestar a muchas/os de sus seguidoras/es y detractoras/es. El elenco cuenta entre sus partícipes a Beatriz Sarlo, Eduardo Grüner, Alejandro Katz, Felipe Pigna, 34 Puñaladas, Juan José Sebreli, Maristella Svampa, Darío Sztajnszrajber, Rubén Szuchmacher, Horacio Tarcus, etc.
    Con nada del espíritu revolucionario que Marx impulsó tanto en la teoría como en la práctica, no es de extrañar que este “evento” en un teatro oficial cuente no sólo con la ausencia de intelectuales de izquierda (Grüner viene a cumplir el rol de la excepción que confirma la regla); sino especialmente de pensadoras/es peronistas que puedan interpretar la rica historia que ha atravesado el marxismo en el movimiento. Siendo que se realiza en la Argentina este “homenaje”, parece cuanto menos un intento por borrar de la historia un cruce que resultara tan enriquecedor.
    Si construyéramos una lista imaginaria podríamos demostrar no sólo el peso que tuvo el pensamiento/acción marxista en el peronismo, y viceversa, sino además las personalidades destacadísimas que se vieron impulsadas a este difícil encuentro: Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, John William Cooke, Rodolfo Ortega Peña, Alicia Eguren, Carlos Olmedo, entre tantas/os.
    Las complejidades de la relación partieron ya de la base, con las ríspidas reacciones del PC “aliado” y su caracterización de peronismo/fascismo en el marco de la Unión Democrática. Pero también con la propuesta de una Tercera Posición alejada de los dos imperios, que no alentara la lucha entre las clases, sino que trabajara por su conciliación. Con el paso del tiempo, el enemigo común fue subsanando en parte las diferencias, y permitió una reinterpretación de ambos espacios políticos y militantes. Sería el tiempo de un Perón que pudiera hablar del Socialismo Nacional, y de una izquierda que lograra influenciar fuertemente a lo más avanzado del movimiento como para dejar su marca en dos programas que dan cuenta de esta unidad compleja: La Falda (1957) y Huerta Grande (1962).
         
    Esta historia transitó diversos estadios: la voluntad desde el marxismo de comprender el fenómeno peronista, los intentos del “entrismo” por copar el movimiento, la utilización por parte de los sectores nacionales de las herramientas políticas/teóricas del marxismo para analizar/entender la realidad nacional. Sin saldarse aún las discusiones que fueron planteando estos encuentros, representan una parte importantísima del movimiento nacional que alguna vez se denominó “izquierda peronista”, y que fue perdiendo esa nomenclatura con el correr de los años.     
    En la actualidad, parece complejo recuperar este ideario, aunque permanezca con fuerza en muchos sectores que actúan hoy en la realidad política de nuestro país. Durante los años kirchneristas tuvieron cierto renacer estos postulados, con un espíritu más cercano a la reparación y la memoria. Ante la avanzada conservadora que atraviesa el continente, resurgen estas propuestas en la unidad en la acción que impone la resistencia al macrismo. Pero parece esquiva aún la voluntad por retomar las líneas históricas, teóricas y políticas que permitan pensar un marxismo peronista, o un peronismo marxista. Por lo pronto, el “festejo oficial” prefiere evitar que surja este debate. Una razón más para que intentemos renacerlo.  

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