sábado, 24 de marzo de 2018

1976 Por Norberto Galasso (2001)

"En el campo popular, todos acordamos acerca del carácter sanguinario e inhumano de la dictadura militar implantada un día nefasto de marzo, hace 25 años. De allí que, no obstante el tiempo transcurrido, permanezca fervoroso nuestro repudio y salgamos de nuevo a la calle a manifestar nuestra acusación contra los verdugos.

"Sin embargo constituiría un grave error nuestro enjuiciamiento a la conculcación de los derechos humanos, dejando en un cono de sombra otros aspectos de aquel "proceso" que también son de naturaleza siniestra.

La dictadura militar fue muerte, desaparición, tortura, secuestros, etc. pero fue también una victoria de la clase oligárquica y aplastamiento del proyecto popular, la represión de los Videla y Massera no derivó en la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, sino que la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, necesitó como condición insoslayable, la represión de los Videla y Massera.

"En el campo popular, todos acordamos acerca del carácter sanguinario e inhumano de la dictadura militar implantada un día nefasto de marzo, hace 25 años. De allí que, no obstante el tiempo transcurrido, permanezca fervoroso nuestro repudio y salgamos de nuevo a la calle a manifestar nuestra acusación contra los verdugos.

"Sin embargo constituiría un grave error nuestro enjuiciamiento a la conculcación de los derechos humanos, dejando en un cono de sombra otros aspectos de aquel "proceso" que también son de naturaleza siniestra.

La dictadura militar fue muerte, desaparición, tortura, secuestros, etc. pero fue también una victoria de la clase oligárquica y aplastamiento del proyecto popular, la represión de los Videla y Massera no derivó en la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, sino que la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, necesitó como condición insoslayable, la represión de los Videla y Massera.

Cien años más tarde -el imperialismo norteamericano, después de voltear al Gral. Torres en Bolivia y a Salvador Allende en Chile- aunó su esfuerzo al de la oligarquía argentina para cerrar el camino a "cordobazos", "rozariazos", etc. y elecciones con triunfos populares, que percibían como una cuchilla que pasaba muy cerca de sus gargantas. Aprovecharon, por supuesto, la frustración del 73 causada por los antagonismos internos del peronismo, la muerte de Perón y otros factores, pero estamos ciertos que la conspiración no empezó en febrero de 1976 sino en abril de 1973. y por eso su hombre clave es "Joe" Martínez de Hoz, con su pasado enraizado en la Sociedad Rural y su presente, de estrecha ligazón con Rockefeller.
"En aquellos vientos se originan las tempestades de hoy, después que el alfonsinismo administró "el modelo" y "el menemismo" lo profundizó: una nueva oligarquía integrada por grandes consorcios asociados al capital extranjero (a la cual solo le interesa el mercado interno cuando está cautivo), una sumisión total a los dictados de los organismos internacionales que nos coloca en posición de país colonial, una profundización notable de la expoliación capitalista, basada en la alta desocupación, que tira hacia abajo los salarios y anula conquistas sociales provocando una feroz redistribución del ingreso a favor del capital, en fin, un modelo económico nefasto y un escenario político donde faltan dos generaciones, una por muerte y otra, por temor y escepticismo, donde una dirigencia política caduca reitera discursos retóricos ante la absoluta indiferencia del pueblo, la desaparición de proyectos colectivos, solidarios y nacionales, reemplazados por proyectos individuales que priorizan los sobres negros a la difícil tarea de transformar una realidad.
"Si el repudio al "proceso" solo consistiese en restaurar las garantias individuales, nuy amplio sería el camino por delante para las propuestas "progresistas". Pero, precisamente, las propuestas "progresistas" se frustran porque el "proceso", si bien dio un paso atrás al convocar a elecciones en 1983, mantuvo el control que había logrado en los resortes fundamentales de la economía del país, incluso perfeccionándolo en los œltimos años. Y dentro de ese marco, no hay política posible a favor del campo popular por lo cual llevamos dos décadas de frustración en frustración.

Por la misma razón, confiamos en que las víctimas del modelo podremos nuclearnos en los próximos años para gestar un gran frente de liberación que apunte a destruir los eslabones de expoliación que impiden tomar el nuevo camino.

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