Cristina Fernández de Kirchner denunció “un ataque planificado y organizado por Cambiemos” luego de que un grupo de manifestantes de izquierda intentara ingresar el viernes por la noche en la residencia oficial de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, donde también se encontraba la ex presidenta. “Quieren mi cabeza para la campaña electoral”, dijo la mandataria provincial ayer por la mañana, apuntando también contra el gobierno nacional, que según ella provocó la crisis en ese distrito recortando adrede la ayuda financiera. La oposición provincial denunció “represión” por parte de la policía. Mauricio Macri manifestó su solidaridad con los Kirchner a través de twitter, aunque no se comunicó directamente con ellos, y ordenó enviar fuerzas de seguridad federales a Río Gallegos, donde ayer continuaban las protestas.
Los incidentes comenzaron el viernes cerca de las nueve de la noche, cuando en el marco del conflicto entre estatales y el gobierno provincial, una veintena de militantes de izquierda se concentraron frente a la residencia de los gobernadores. Según relató CFK en un video difundido ayer por las redes, en la casa habían “solamente cinco mujeres y una beba de 18 meses”, la nieta de la ex presidenta. “No había ningún hombre. Ni siquiera había policías en la puerta porque nunca nadie espera que la violencia se apodere de grupos muy organizados que vinieron de forma planificada a atacar la residencia”.
Fernández de Kirchner mostró los piedrazos en las ventanas, las puertas que se intentaron forzar y excrementos arrojados dentro del jardín, y apuntó por lo sucedido al diputado por Cambiemos Eduardo Costa, a la Casa Rosada, a “partidos de ultraizquierda” y a los medios de comunicación que arengaron las protestas en vivo mientras estaban sucediendo. “Nadie está en contra de que la gente se manifieste pero yo no creo que la gente se manifieste saltando cercos y queriendo forzar la puerta de entrada a una casa”, dijo.
“Además de un ataque planificado lo que hubo fue una puesta en escena, el lanzamiento de la campaña al estilo Duran Barba –agregó la ex presidenta–. No les importa Santa Cruz en términos electorales porque es una provincia pequeña. Hay que cortar la cabeza de Alicia Kirchner y colgarla como un trofeo. Primero también como un mensaje a los gobernadores que no pertenecen a Cambiemos y para mostrar en campaña que todos estamos muy bien, que lo que esta pasando, que no alcance el sueldo, que la inflación no para, eso no existe. Lo que existe son las escenas que monta el gobierno como las que montó acá en Santa Cruz.”
Alicia Kirchner, en declaraciones radiales a la mañana siguiente, también aseguró que se trató de un “ataque planificado”, agregó que “jamás” va a “defender la represión” y que la policía tuvo que intervenir porque los manifestantes “querían entrar a la vivienda” donde se encontraba con la ex Presidenta y su nieta. “Hacer una marcha, cortar una calle, todo está bien, pero querer entrar a una casa es una barbaridad. Rompieron vidrios y puertas, el cordón de la vereda, rompieron el nicho de gas”, dijo la gobernadora, que aseguró que hay un plan de algunos sectores políticos y los medios de comunicación para instalar que “todo lo que ha sido el proyecto nacional ha sido malo”.
Las protestas en Santa Cruz recrudecieron en los últimos días luego de que se demorara el pago a algunos empleados estatales, que en esa provincia representan cerca del ochenta por ciento de la población activa. “La provincia tiene recursos, vamos a salir pero necesito el apoyo de Nación. Casi todas las provincias pudieron endeudarse, yo todavía no”, dijo ayer la gobernadora, que destacó que a pesar del ahogo económico su administración no despidió a ningún trabajador en un contexto nacional de retracción del empleo. Alicia Kirchner adjudicó la operación al asesor estrella del Presidente, Jaime Durán Barba: “Qué bueno sería para Durán Barba afirmar ‘Alicia Kirchner se tuvo que ir de Santa Cruz’ para la campaña nacional”, dijo.
Con más énfasis y el mismo sentido, el diputado Máximo Kirchner dijo que “el Presidente no tiene límites” y que “montó un teatro de operaciones” como “como botón de muestra para los demás gobernadores, para seguir teniendo mayoría legislativa y seguir profundizando el plan de ajuste”. El referente de La Cámpora reconoció que si bien “es obvio que hay un problema provincial” y que es “legítimo que la gente quiera cobrar en término su sueldo”, el asunto pasa porque la Casa Rosada quiere “asfixiar económicamente” a Santa Cruz por motivos políticos. El diputado además aseguró que “no se reprimió en ningún momento, hasta que hubo rotura de portones, ruptura de las rejas”.
Desde el gobierno nacional la respuesta llegó vía twitter: “Muy grave el ataque a la residencia de la Gobernadora Kirchner. Repudiamos la violencia como método, siempre”, escribió Macri en su cuenta. No hubo, hasta anoche, una comunicación directa entre el Presidente y la gobernadora Kirchner, aunque el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, se comunicó con el vice, Pablo González. Además, desde el ministerio de Seguridad se anunció ayer el envío de efectivos de Gendarmería y Policía Federal a Río Gallegos para garantizar que la situación no escale. En el kirchnerismo algunos temen que se trate de los pasos previos para realizar una intervención de la provincia.
Desde distintos sectores del peronismo hubo expresiones de respaldo a la gobernadora y la ex presidenta (ver aparte). En tanto que desde el sindicalismo y la izquierda hubo manifestaciones de repudio a la represión policial contra los atacantes. El consejo directivo de la CGT condenó el accionar policial e instó a buscar una solución al conflicto “por la vía de la negociación madura” porque “la dignidad y la vida de los trabajadores está en juego”. La CTA de la provincia de Buenos Aires, CTERA y otros gremios también repudiaron “la brutal represión en Santa Cruz” y la ex diputada del FIT, Myriam Bregman usó twitter para difundir su crítica: “Siempre apoyamos a los docentes, siempre repudiamos la represión”.