martes, 18 de agosto de 2015

Leopoldo Marechal, el Homero porteño

Siete ideas para pensar a Leopoldo Marechal, siete conceptos para reflexionar, o simplemente recorrer subjetivamente parte de su literatura.
 Por Gabriela Margarita Canteros
1- Literatura y fe entre lo clásico y lo moderno
En su fascinación por la literatura clásica, Marechal recrea su propio renacimiento, su redescubrimiento y su génesis al fundir toda su cultura en una obra de arte total como lo es Adán Buenosayres: lo clásico en su concepción y forma, lo religioso en la constitución de sus personajes y su mística, lo puramente moderno; la fusión de lo pagano y profano con lo culto y devoto. La Odisea de Adán Buenosayres, el viaje místico de Ulises, el Ulises porteño que no es otro que el mismo Leopoldo Marechal, una novela tan porteña como universal. Así, el propio Leopoldo es un poco el Homero moderno al trazar el origen mítico de Buenos Aires en su fundación espiritual. 
2- Poesía militante
Como poeta creyó que lo debe ser un poeta es, sobre todo, la voz de su pueblo.Marechal pensó al hombre de letras como el signo de su tiempo y a la poesía como forma de emancipación del pueblo. 
En sus propias palabras:  "Creo que actualmente hay dos Argentinas: una en defunción, cuyo cadáver usufructúan los cuervos de toda índole que lo rodean, cuervos nacionales e internacionales; y una Argentina como en navidad y crecimiento, que lucha por su destino, y que padecemos orgullosamente los que la amamos como a una hija. El porvenir de esa criatura depende de nosotros, y muy particularmente de las nuevas generaciones." 
Refiriéndose a su compromiso político, dijo que todo escritor está comprometido desde el hecho de ser escritor, adquiere un compromiso con una ideología, una filosofía, un pensamiento, una política, una poética; se sorprendería al leer biografías chimenteras, pero aun estos últimos se confirman su regla, pues también hoy hay escritores comprometidos con el pasatismo capitalista.
En 1967, en un reportaje realizado por Francisco Urondo dijo: “…yo no era un político; era un adherente y un combatiente. Fui, soy y seré peronista. Me sigo sintiendo peronista. Para mí, el justicialismo es la única solución para la Argentina. Incluso los países socialistas están encontrando su solución en la tercera posición que siempre alentó el justicialismo." Más  adelante, agregó: " el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria."
3- Sobre la Plaza de Mayo del 17 de octubre de 1945
“Vi, reconocí y amé a los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina “invisible” que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista”.
"Lo que me enorgullece como argentino es que una doctrina como la justicialista naciera en nuestro país"(Autopsia de Creso).
4- El tiempo y el espacio en su obra
Su producción literaria juega con el espacio, con la identidad y con el territorio, construye una identidad desde lo nacional pero no deja ser el poeta del mundo, de lo existencial y trascendente como el amor y la guerra. Se tropieza con una iglesia en Buenos Aires y discute sobre belleza con Picasso en París.
5- Epistolar
Era un asiduo escritor de cartas. Así, intercambió cartas con Cortázar, Leonardo Castellani, Roberto Arlt y tantos amigos; sus cartas son las cartas de un intelectual, un lector, un analista y un poeta, y merecen un libro. Muchas de ellas aún no han sido encontradas y merecidamente estudiadas (hay varios libros que citan las cartas, pero no poseen la totalidad).
6- Breve y subjetiva biografía 
El 11 de junio del 1900 nace Leopoldo Marechal en el seno de una familia cristiana. El 30 de agosto de 1948 se publicaba en Argentina Adán Buenosaires, que en silencio pasó inadvertida y fue detectada por un tal Cortázar. Una epopeya autobiográfica sobre un sencillo y silencioso autor que siendo joven compraba sus libros usados ahorrando las monedas del tranvía y que iba la escuela caminando.
Apenas con 19 años es contratado como Bibliotecario en la Biblioteca Popular Alberdi. Se recibe de Maestro el mismo año (1919). A los 22 años publica su primer libro de poemas, El Aguilucho.
Un año después renuncia como bibliotecario y se une al movimiento vanguardista argentino, con el grupo martinfierrista. 
En 1925 publica poemas, crónicas, reseñas, críticas y ensayos en la revista Martín Fierro. Desea viajar a Europa, su madre y hermanos le ayudan a ahorrar para cumplir su sueño.
En Europa entabla amistad con Picasso, Unamuno, los escultores españoles Mateo y Gargallo; conoce a los argentinos del grupo de París: Horacio Butler, Héctor Basaldúa, Antonio Berni, Raquel Forner, entre otros. En 1930 viaja a Italia y, durante un mes busca las huellas de Dante Alighieri en Florencia. 
El 17 de octubre de 1945 adhiere al movimiento peronista.
En 1970, el 26 de junio, víctima de un síncope, muere en el mismo departamento de Rivadavia al 2300 en donde años antes falleciera su esposa María Zoraida. Estaba en imprenta su tercera novela Megafón, o la guerra que ve la luz un mes después. Dejó una decena de obras de teatro inéditas.
7- Sus obras
Los aguiluchos (1922)
Días como flechas (1926)
Odas para el hombre y la mujer (1929)
Laberinto de amor (1936)
Cinco poemas australes (1937) 
Descenso y ascenso del alma por la belleza (1939)
El Centauro (1940) 
Sonetos a Sofía y otros poemas (1940) 
José Fioravanti (1942) 
Vida de Santa Rosa de Lima (1943) 
Cántico espiritual (1944)
Viaje de la primavera (1945) 
Adán Buenosayres (1948) 
Antología Poética (1950) 
Antígona Vélez (1951)
Pequeña antología (1954)
La Poética (1959) 
Autopsia de Creso (1965)
El banquete de Severo Arcángelo (1965) 
Heptamerón (1966) 
Poema de Robot (1966) 
Las tres caras de Venus (1966) 
Historia de la Calle Corrientes (1967)
Megafón o la guerra (1970) 

Fuentes
Patria de Escritores, Pablo Jose Hernandez, Ediciones Fabro. 2014.

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