domingo, 16 de agosto de 2015

El juicio se desarrolla en el Tribunal Oral Federal 1 “La Operación Cóndor fue un plan criminal de Estados delictivos”

Así lo entendió el fiscal Pablo Ouviña, en una parte de un alegato que durará varias audiencias más. Presentó documentos que prueban la existencia de la Operación Cóndor, nombre que se le dio, a mediados de la década del ’70, a la coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.

Gentileza Fiscales y Leo Vaca

Por Juan Manuel Mannarino

Los alegatos por el juicio de “Plan Cóndor” prometen ser de larga duración. Tras la exposición de la querella, que dio pruebas de la coordinación represiva en los ´70, entró en una etapa de definiciones. Tanto querella como fiscalía acordaron en un punto principal: que el Cóndor existió, se desarrolló y entró en crisis con la caída de las dictaduras. “La Operación Cóndor nace como una operación de inteligencia. Comparten información, comparten personas y se empiezan a hacer acciones conjuntas. Se desdibujaron las fronteras para propiciar un plan criminal”, dijo el fiscal Pablo Ouviña. La sentencia llegará en unos meses y abriría nuevas investigaciones. “Es un proceso inabarcable por la cantidad de hechos y víctimas y Argentina dio el puntapié con el primer juicio. Esto recién comienza, hay un proceso actual en Roma y se esperan próximos juicios no sólo en nuestro país sino en el resto de Sudamérica”, adelantaron desde la fiscalía a Infojus Noticias.

Con el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973, Chile fue el epicentro de la coordinación represiva. De allí en adelante, aparecieron los convenios y la reciprocidad en un intercambio incesante de inteligencia entre países del Cono Sur. “Los hechos reales de la Operación son los fusilados, los desaparecidos, los presos políticos, los traslados transfronterizos, los niños apropiados, la dislocación y el efecto devastador sobre las relaciones sociales", enumeró la fiscalía, que expondrá en más de diez audiencias. Entre numerosos documentos de la conexión con Estados Unidos, sobresale uno de la CIA bajo el nombre de "Técnicas de guerra psicológica contra terroristas y extremistas de izquierda”. La aniquilación del “enemigo interior” se basó en dos fuentes ideológicas: la Doctrina de la Seguridad Nacional y la denominada "Escuela Francesa".

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