El episodio que había denunciado Jorge Lanata con amplia repercusión del Grupo Clarín –las pedradas a la garita de seguridad ubicada en el acceso a la cochera del edificio en el que vive, y el hallazgo de cuatro vainas de balas en desuso en las cercanías, que Lanata atribuyó a un mensaje intimidatorio en su contra- comenzó a ser investigado por la Policía Federal, la justicia contravencional y el Ministerio de Seguridad de la Nación. Los primeros datos que se comprobaron dejaron en claro que una parte del hecho, las roturas del vidrio blindado de la garita del garage del inmueble de Avenida Libertador al 300, habían sido causados en la tarde del lunes (16 hs) por un indigente que parecía alcoholizado y que tras arrojar dos piedras se retiró hacia Retiro. El otro hecho mencionado por Lanata, el hallazgo de cuatro vainas o casquillos, fue protagonizado por el gastronómico Jorge Forlino, mozo del restaurante Azul Profundo, de Libertador 310. Ayer por la mañana, al inicio de su jornada de trabajo, Forlino halló accidentalmente las vainas servidas sobre la vereda, al pie de un contenedor municipal para residuos.
Los cuatro casquillos se encontraban a 30 metros del inmueble de Lanata. El mozo se los guardó en el bolsillo de un pantalón y más tarde, al ver el vidrio astillado de la garita, se preguntó si existía alguna asociación entre ellos y los daños. Sin embargo, como no tardó en comprobarse, los impactos en la garita no se correspondían con disparos de bala sino con los piedrazos que –según el personal de seguridad- había lanzado el indigente el día anterior. "Pasó con una botella de Fernet en la mano y arrojó una piedra. Todos los testimonios dicen lo mismo. En ningún caso se habla de una detonación. Lo de los disparos es una fantochada. Lo que intentan hacer es mentir, mentir, total algo quedará", advirtió anoche el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
La Policía Federal, a través de la Comisaría 15ª que tiene jurisdicción sobre la zona, tomó conocimiento de los hechos ayer por la mañana. Según el parte de la seccional, al que accedió Tiempo, la administradora del consorcio del edificio, Haydeé de Gregori, denunció ante los efectivos que, por información de los custodios -contratados por la empresa Sagar-, el lunes a las 16 "indigentes" habían arrojado piedras a la garita "dañando uno de los paneles del vidrio blindado". Luego, al recibir información de que el mozo había hallado cuatro vainas servidas, los agentes  buscaron a Forlino para pedirle que preste declaración. El mozo contó que, de las cuatro vainas, le había entregado una a uno de los custodios y otra al "chofer de Lanata", y que él se había quedado con las otras dos.
Los policías secuestraron  las vainas y realizaron pericias para comprobar si se había disparado contra esa garita y contra otra, desocupada y también dañada en sus costados, de Libertador al 500, a dos cuadras. Todos los análisis de la PFA demostraron que en ningún caso se habían realizado disparos y que los daños correspondían a objetos contundentes o piedrazos. La PFA también le tomó declaración a Lanata, quien pidió hacerlo en su domicilio por cuestiones de salud. «