lunes, 13 de julio de 2015

UNA LAPIDARIA PUESTA AL DIA DE LO QUE HIZO NISMAN EN LA CAUSA AMIA Poca prueba, mucho espía

El equipo de fiscales que tomó la causa en febrero no sale de su asombro por lo que encontró en los archivos: poco trabajo, ningún peritaje de la Trafic, cero análisis de los restos de las víctimas, nula voluntad de investigar la conexión local. Lo único que se hacía era seguir informes viejos de la SIDE.

Por Raúl Kollmann

“En la causa AMIA vemos muchos informes de inteligencia y poca prueba judicial. Pero más grave es que vemos que hubo poca pro-actividad, poca búsqueda de pruebas judiciales que son imprescindibles para condenar a sospechosos.” Con esta evaluación lapidaria, el coordinador de la Unidad Fiscal AMIA Juan Patricio Murray puso al día la situación del expediente por el atentado, en la semana en que se cumplen 21 años del ataque y seis meses de la muerte de quien estuvo a cargo de la investigación, Alberto Nisman. El diagnóstico es similar al del juez a cargo, Rodolfo Canicoba Corral, quien también fue un duro crítico de la pesquisa. El magistrado hizo hincapié en lo mismo: existe mucho informe de servicios de inteligencia y poca prueba. “Hay un punto que nos impacta mucho –agregó Murray–. En lo que menos prueba hay es en lo que se refiere a la conexión local del atentado.” Por otro lado, el equipo de fiscales va a sondear en una de las cuestiones inexploradas de la investigación: lo que tiene que ver con los ADN. El equipo de fiscales avanzará por ese camino en base a un convenio firmado con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) (ver aparte).

En febrero de este año, la investigación AMIA fue asumida por un equipo de tres fiscales –Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Sabadini–, coordinados por Murray. El primer objetivo del equipo fue relevar toda la documentación, analizar el expediente y prepararse para el primer desafío de envergadura: el juicio oral de lo que se llama el encubrimiento, es decir las maniobras de desviación de la causa AMIA. Ese juicio empieza el 6 de agosto (ver aparte).
El informe Toma

“En todos estos meses –señala Murray– estuvimos trabajando en los elementos de prueba que hay en el expediente. Consolidar lo realizado por Nisman y evaluar hipótesis abandonadas, hipótesis que no se trabajaron. Lo que percibimos es una pro-actividad muy baja, una escasa búsqueda de pruebas. Sólo se trabajaron las hipótesis suministradas por la ex SIDE sobre la base del llamado Informe Toma.” La referencia tiene que ver con un informe realizado en 2003 por el entonces titular de la SIDE, Miguel Angel Toma, ubicado allí por Eduardo Duhalde. El informe reflejaba en un ciento por ciento las posturas de la CIA norteamericana y el Mossad israelí y significó una reanudación de las relaciones entre la SIDE y la CIA después de un período de desconfianza durante el gobierno radical. Hubo prácticamente una ruptura de relaciones entre la SIDE y la CIA a raíz de la publicación en 2001 de una foto de Ross Newland, jefe de la estación de la CIA en la Argentina.

El texto de 500 páginas apuntaba a la autoría ideológica iraní, con mano de obra de la organización libanesa pro-iraní Hezbolá, terroristas llegados desde Medio Oriente a través de la Triple Frontera y el uso de un explosivo plástico también traído desde el límite con Paraguay y Brasil. El texto le venía como anillo al dedo a Estados Unidos que apuntaba contra el llamado Eje del Mal –Irán, Irak– y que dos meses después invadiría este último país. Cuando se hizo el anuncio, en enero de 2003, se prometieron pruebas judiciales, pero es poco lo que se aportó: “En base a lo que hay, se puede pedir que declaren los funcionarios iraníes sospechados y por eso se pidió su captura. Las pruebas, por ahora, son más bien datos de inteligencia”, resumió Canicoba Corral al pedir la captura internacional del ex presidente de Irán y otros altísimos funcionarios.
Archivos e hipótesis

“Uno de los esfuerzos mayores es el trabajo sobre los archivos –explica Murray, que además de coordinador de la Unidad Fiscal AMIA, está a cargo del Grupo de Relevamiento Documental–. Hay un equipo especializado trabajando en los archivos de inteligencia que se desclasificaron. Los de la ex SIDE, que son tres depósitos inmensos, y los de la Policía de Buenos Aires. La división Inteligencia de la Bonaerense tiene el mayor archivo de la Argentina. Queremos saber qué decían en los días del atentado. Hacen ese trabajo especialistas en archivos, bibliotecólogos, museólogos, personas que ya tienen experiencia en la revisión de los archivos, por ejemplo, del Ejército. Y en base a lo que encontremos en esos archivos es muy posible que llamemos a declarar a ex agentes, a ex jefes de Inteligencia y funcionarios de la época de los atentados o enseguida después.” Este es un punto muy distintivo de la nueva investigación encarada por los fiscales: tomarle declaración a los que estuvieron en las fuerzas de seguridad e inteligencia. Hasta ahora eran intocables.

Por lo que se sabe, los tres fiscales están trabajando en reafirmar hipótesis, reconducir otras, ver las que se abandonaron. Por ahora hablan de ciudadanos iraníes o sirios o libaneses o argentinos que pudieron haber participado. Después verán si hay un Estado implicado. Desde ya que están investigando todo lo referido a Moshen Rabbani (agregado cultural iraní), pero una cosa no descarta la otra. Lo más deficitario, lo que más los sorprende, por lo deficitario, es lo que tiene que ver con la llamada conexión local. Los fiscales sostienen que pueden haber venido terroristas del extranjero, pero que es indudable que una estructura local les dio apoyo. Y consideran que nunca se encaró en serio la investigación sobre eso.

Efectivamente, se trata de uno de los puntos que siempre se criticaron a Nisman: si el atentado fue cometido con una camioneta –como señaló el Tribunal Oral que evaluó el caso durante tres años–, hoy por hoy no se sabe dónde estuvo el vehículo los siete días anteriores al 18 de julio de 1994, dónde se cargaron los explosivos, de dónde salieron esos explosivos, quién condujo la camioneta, cómo entraron al país los supuestos terroristas, y otros interrogantes elementales.
Tiempos

Los fiscales tienen la idea de realizar un informe a fin de año. Sería una evaluación de las pruebas y de los elementos que hay en la investigación. Por ahora tienen la prioridad de prepararse para el juicio por encubrimiento.

Uno de los desafíos es tener pruebas sólidas con las que sostener las hipótesis. Por ejemplo, la base del informe Toma y la acusación de Nisman es que hubo una reunión en la ciudad santa de Irán, Mahshad, y que allí los máximos líderes persas resolvieron concretar el atentado. La reunión del gobierno de Irán fue pública, salió en los diarios, pero el dato de que allí se resolvió el atentado salió de arrepentidos opositores al gobierno de Teherán, cooptados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos o Alemania, ninguno de los cuales estaba en Irán en la época. Por lo tanto, como base de una acusación, tiene más la fuerza de un informe de inteligencia que de una prueba judicial. Y no es fácil recoger elementos a 21 años del atentado.

“La experiencia es que las burocracias dejan cosas por escrito –concluye Murray–. Esto significa que esperamos encontrar elementos de prueba. Se encontraron respecto de los crímenes de la dictadura y es muy probable que encontremos algo respecto de los actos terroristas. Insistimos en que necesitamos prueba judicial, porque de lo contrario, si en algún momento tenemos la chance de tener en indagatoria a los sospechosos, corremos el peligro de no tener evidencias suficientes y se decrete la falta de mérito, es decir que hay no hay elementos para un procesamiento. No queremos crear falsas expectativas, pero estamos trabajando en distintas hipótesis.”

raulkollmann@hotmail.com


Convenio de la Procuración con el EAAF
Por Raúl Kollmann

En el más absoluto silencio, la Procuración, que encabeza Alejandra Gils Carbó, firmó un convenio de colaboración con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que lidera Luis Fondebrider, para que intervenga en la investigación AMIA. El EAAF es considerado un líder mundial en identificaciones de cuerpos e investigaciones de graves hechos penales. Fue elegido por los padres de los estudiantes de Ayotzinapa, México, para que sean los árbitros en la investigación de la desaparición de los 43 jóvenes en 2014. El EAAF participó de la investigación de los restos de Ernesto Che Guevara y trabajó en las exhumaciones de Salvador Allende, Pablo Neruda y Joao Goulart. Justamente, una de las mayores críticas a la investigación encabezada por Alberto Nisman es que nunca se trabajó científicamente sobre la base de los restos.

A priori, los desafíos son variados:

n Los restos de las víctimas del atentado están enterrados en el cementerio israelita de La Tablada y las víctimas no judías en otros cementerios. Pero, además, se enterraron en La Tablada varias bolsas de restos sin identificar. Allí seguramente hay material que deberá ser analizado.

n La investigación oficial, capitaneada por Nisman, concluyó que el atentado fue cometido usando una camioneta-bomba y que hubo un suicida, un libanés llamado Ibrahim Berro. El fallecido fiscal viajó a Chicago y les tomó declaración a los hermanos de Berro, Abbas y Hassan, residentes allí y aportados al expediente por Estados Unidos. En algún momento, el fiscal dijo que se tomaron muestras para hacer un ADN, pero eso nunca se concretó. Es una manera científica de comprobar la hipótesis de que Berro fue el suicida.

n También Nisman mencionó que había unos pocos rastros genéticos en una alfombra y pedales de la Trafic. El fiscal sostuvo que no se podían analizar porque el material era insuficiente. Según afirma Fondebrider, no hay comparación entre los estudios genéticos que se hacían en 1994 y los que se pueden hacer hoy: con muchísimo menos que una gota se pueden lograr resultados extraordinarios.

n A los familiares de las víctimas de la AMIA nunca se le pidieron muestras para hacer estudios de ADN comparativos con los cuerpos encontrados. Esto podría permitir que se haga un estudio de la existencia o no de alguien ajeno a las víctimas, en teoría el terrorista o suicida.

n Por último, el EAAF ha trabajado en una técnica –todavía poco desarrollada– que permite saber de qué zona del globo provino una víctima. No se puede identificar el país, pero sí la zona. Esto también podría ayudar a saber si hubo o no un suicida.


La acusación de Memoria Activa
La agrupación Memoria Activa, que reúne a familiares y amigos de las víctimas del atentado contra la AMIA, realizó una presentación en el juicio por encubrimiento. Las veinte páginas se pueden leer en www.memoriaactiva.com y explican paso a paso la acusación en el juicio que empezará el 6 de agosto. La base central de la presentación es la maniobra que se urdió un año después del atentado para echarle la culpa del ataque a un grupo de policías bonaerenses. La pista falsa se sembró en el marco de la guerra que existía entre el entonces presidente Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Menem –de acuerdo a la acusación– buscó echarle la culpa a la policía de Duhalde, basándose en la relación fluida que existía entre Carlos Telleldín, el hombre que armó la camioneta que luego explotó en la AMIA, y varios oficiales de la Bonaerense. El texto de Memoria Activa realiza precisiones sobre el papel del juez Juan José Galeano, que negoció con el principal imputado, Telleldín, que a cambio de 400.000 dólares marcara a varios policías bonaerenses, realizando una identificación pre-armada de fotografías. La maniobra incluyó otros delitos que Memoria Activa describe con detenimiento. También hay un análisis de los acusados: Menem, toda la cúpula de la SIDE, los fiscales, el ex jefe de la Unidad Antiterrorista de la Federal Jorge Palacios, el armador de autos truchos Telleldín y hasta el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja.

Al juicio por encubrimiento se llega tras una larga batalla judicial encabezada por Memoria Activa y pese a que los imputados presentaron apelación tras apelación. Factores de importancia fueron el fallo del Tribunal Oral que sostuvo que la investigación del caso AMIA “fue un armado al servicio de políticos inescrupulosos” y también la decisión del fallecido presidente Néstor Kirchner de ordenar a todos los agentes de la SIDE que declaren en el juicio oral, levantándoles el secreto. La denuncia original que deriva en juicio la presentó Memoria Activa en 2000. Es decir que se tardó nada menos que 15 años en sentar en el banquillo de los acusados a los poderosos que serán juzgados a partir de agosto.

12/07/15 Página|12

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