jueves, 16 de julio de 2015

Medición de la pobreza y campaña electoral Por Norberto Itzcovich

Otra vez el tema de la medición de la pobreza se cuela en la campaña electoral. O Mejor dicho, y no es lo mismo, la campaña electoral se mete en el tema de la medición de pobreza, provocando una serie de afirmaciones que se refutan fácilmente desde el análisis de un conjunto amplio de datos estadísticos, pero sobre todo desde el mero sentido común.

El INDEC genera y publica profusa información estadística para realizar análisis minuciosos y abarcativos de las condiciones sociales y económicas de la población.

Más allá de discusiones metodológicas, desde el año 2003 el gobierno nacional viene desarrollando una serie de políticas inclusivas con incuestionables resultados. Tal vez el más importante de ellos es el incremento de los perceptores de ingresos. Entre 2006 y 2013 se incrementaron en 2,5 millones la cantidad de jubilaciones, y en algo más de un millón la de pensiones contributivas. Desde 2009, 3,7 millones de niños perciben la Asignación Universal por Hijo.

Por el lado del trabajo formal, mientras en 2003 había 4,9 millones de puestos de trabajo inscriptos en AFIP, ya en 2013 esa cifra superó los 9,5 millones.

Esto permitió contar con una tasa de desocupación cercana al 7% y una reducción de la informalidad que pasó del 48,3% en 2003 a niveles cercanos al 32% en la actualidad.

Todas estas nuevas percepciones de ingresos son además incrementadas bianualmente utilizando siempre los índices más favorables a los más desprotegidos. O acordadas en paritarias libres en el caso de los salarios. Ello permite mostrar un coeficiente de GINI (que se acerca a cero cuando existe más igualdad y a uno cuando hay mayor desigualdad) en permanente descenso, partiendo de 0,484 en el tercer trimestre de 2003 y alcanzando 0,380 en el último de 2014.

De otra parte, en cuanto a las mejoras de infraestructura, entre 2001 y 2010 (ambos censos de población) la población con desagüe cloacal creció un 26,9%, con gas de red 21,7%, en tanto la población con agua de red creció el 16,4%, sólo por dar algunos ejemplos que repercuten de manera directa en las mejoras de la condición de salud de la población.

Respecto del año 2015, en tanto la mayoría de los trabajadores recibirán mejoras que rondan el 28% y las asignaciones familiares se incrementarán en aproximadamente el 30%, los "analistas económicos" coinciden en que el aumento de precios se desaceleró, según el diario BAE del 13/7/15, pág 4, "El consenso de mercado es que la inflación cedió y será este año menor a 20 por ciento".

Desde el análisis de la información no cabe duda de que la campaña electoral de la oposición devenida en medición de pobreza, presentada por la Universidad Católica es, no sólo falaz, sino también inconsistente. Como dijo el General Perón, cabe reflexionar "que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie".

Según la UCA la pobreza en 2014 fue prácticamente idéntica a la del año 2006, pero en ese período el desempleo bajó un punto y medio, cientos de miles de nuevos perceptores incorporaron ingresos, cayó más de 10 puntos porcentuales el empleo informal y se implementaron políticas inclusivas de salud –incluidos los planes de vacunación– y educativas, sólo por mencionar algunas.

Sostener que casi un tercio de la población Argentina se encuentra en situación de pobreza luego del período histórico más significativo de crecimiento de la economía y de alcanzar el fifty-fifty en la distribución del ingreso –sin ignorar dificultades coyunturales–, resulta de una visión absolutamente sesgada y negada de la realidad.

Parece que la necesidad de sostener los dogmas neoliberales y antipopulares está nublando la capacidad de la oposición de reconocer el éxito de las políticas aplicadas desde el año 2003 en nuestro país.

iNFO|news

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