lunes, 6 de julio de 2015

IMPERIALISMO

La presencia colonial de Alemania en África no fue tan intensa como la de sus rivales Gran Bretaña y Francia. En la Conferencia de Berlín, celebrado entre 1884 y 1885, Inglaterra, Francia, Alemania y Bélgica discutieron sobre los territorios en que querían imponer su dominio colonial y se repartieron el continente. En lo que respecta a Alemania, su presencia se extendió a la actual Tanzania, Camerún, Togo, Namibia y Witulandia, este último un pequeño enclave en la África oriental que posteriormente Inglaterra incorporó al territorio de Kenia. 
En el caso concreto de Camerún, la colonización alemana se inició el 5 de julio de 1884. Este territorio debido a su comercio de marfil y aceite de palma, así como el tráfico de esclavos hasta la primera mitad del siglo XIX, atrajeron primero a los británicos, luego a los franceses y finalmente a los alemanes, que se turnaron en el dominio de la zona. La campaña de saqueos entre las principales potencias europeas concluyó con la posesión del territorio por parte de los alemanes.
Pero la resistencia ofrecida por los africanos obligó a Berlín a emplear su moderna flota de guerra para bombardear las costas con el propósito de poner a salvo las factorías alemanas y explotaciones forestales, donde la mayor parte de la mano de obra local moría como consecuencia de las condiciones inhumanas de trabajo a que eran sometidos.
A fin de consolidar su dominio en el interior de Camerún, fueron necesarias varias expediciones alemanas y finalmente, mediante la firma de un tratado con el Sultán de Adamadua, pudieron someterlo. Como ocurrió con Tanzania, Alemania perdió Camerún durante la Primera Guerra Mundial. El territorio fue distribuido entre Gran Bretaña y Francia.

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