domingo, 19 de julio de 2015

Grecia: Un ajuste que hasta al FMI le parece demasiado

El Fondo Monetario Internacional consideró inviable el programa de ajustes y recortes que el Eurogrupo impuso a Grecia el pasado fin de semana, en el caso de que éste no sea complementado con un importante alivio de la deuda pública que enfrenta el país heleno, que en la actualidad asciende a 320.000 millones de euros.

Por primera vez, el FMI se expresó de manera oficial a través de su directora-gerente, Christine Lagarde, quien consideró que el tercer rescate de Grecia acordado el pasado domingo en Bruselas no será viable sin algún alivio de la deuda. "Absoluta y categóricamente no", respondió la número uno del FMI a la consulta que le formuló una radio francesa sobre la posibilidad de que el rescate resulte viable tal como fue aprobado en la capital europea y refrendado el pasado jueves en el Parlamento griego.

La posición de Lagarde fue reafirmada por el subdirector-gerente, David Lipton, quien dijo a Bloomberg que la extensión de los vencimientos de pagos de la deuda helena son una "aproximación práctica" para reducir el peso de las obligaciones públicas de Grecia.

En un trabajo publicado, el FMI recomendó una fuerte quita de la deuda griega y un período de gracia de 30 años en su pago, de manera que Grecia pueda recuperarse para poder hacer frente a una descomunal deuda que, sumada a la de sus bancos privados, se eleva a unos 600.000 millones de euros.

En un sentido similar se pronunció el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien dijo el jueves es "indiscutible que un alivio de la deuda es necesario", en lo que aparece también como la primera ocasión en que este responsable clave de la economía europea no duda en hacer pública su idea que, por otra parte, era un secreto a voces.

Ayer el BCE anunció que concederá otros 900 millones de euros de la llamada Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) a los bancos griegos a lo largo de la próxima semana, elevándola así a 89.500 millones de euros. Esto significa un importante desahogo para la paralizada economía griega, ya que permitirá que los bancos del país reabran sus puertas a partir del lunes próximo tras tres semanas de "corralito" y feriado bancario, lo que limita a 60 euros diarios el retiro de dinero de los cajeros automáticos.

La cuestión de cómo reestructurar la deuda helena está ganando incluso a los más altos cargos de la Unión Europea (UE), como lo mostró ayer en Bruselas la declaración del vicepresidente a cargo de Asuntos de la Eurozona, Valdis Dombrovskis, quien señaló que "la cuestión de la sustentabilidad de esta deuda va a ser parte de las negociaciones".

De esta manera, la oposición de Alemania y de sus aliados más estrechos, entre los que se cuentan Holanda, Finlandia, España y Portugal, a una nueva renegociación de la deuda de Grecia, empieza a ser contestada no sólo por el Fondo y Estados Unidos sino también por otros actores clave de la región que temen que la crisis helena arrastre a toda la Eurozona y a la UE.

El programa de ajuste, ante el cual cedió el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y la amplia mayoría del Parlamento de su país, implica un fuerte aumento del IVA; mayores impuestos a los jubilados para la Seguridad Social; recortes de los derechos del sector pasivo y la privatización de puertos, aeropuertos y de la compañía de electricidad.

Pero este paquete de austeridad, el mismo que había sido rechazado por Tsipras en Bruselas hace tres semanas y por el pueblo griego en el referéndum del 5 de julio, fue aumentado por los socios-acreedores de Grecia al establecer la formación de un fondo creado con la venta del patrimonio estatal como garantía del pago de la deuda pública.

Ahora Tsipras intenta sostenerse en el gobierno con el apoyo parlamentario de la oposición que votó "Sí" en el referéndum, al tiempo que ayer despidió a los ministros de su partido, Syriza, que votaron en contra del ajuste en el Parlamento el pasado miércoles.


Juraron los nuevos ministros de Tsipras
Los nuevos ministros griegos juraron hoy sus cargos luego de que ayer el primer ministro, Alexis Tsipras, anunciara cambios en el gabinete tras las disidencias surgidas por la aprobación de nuevos ajustes exigidos por los acreedores europeos para liberar el dinero que evite a Grecia la salida del euro.

Ante la presencia del presidente de la República, Prokopis Pavlópulos, y de Tsipras, los nuevos ministros, viceministros y ministros adjuntos asumieron el cargo en dos procedimientos diferentes: tres de los 10 ministros eligieron el juramento religioso ante un obispo de la iglesia ortodoxa, mientras el resto optó por el procedimiento civil.

El cambio más significativo y también el más previsible fue el del ministro de Reconstrucción Productiva, Energía y Medio Ambiente, Panayotis Lafazanis, quien formó parte de los 32 diputados de Syriza que votaron en contra de las reformas en la votación del miércoles pasado en el Parlamento. Las disidencias hacia el interior de la coalición gobernante estaban latentes y surgieron luego de que Tsipras aceptara discutir en el Parlamento un fuerte ajuste propuesto por los acreedores, que incluye una suba del IVA, una reforma laboral, otra jubilatoria y un amplio proceso de privatizaciones.

El lugar de Lafazanis lo ocupa el hasta ahora ministro de Trabajo, Panos Skurletis, uno de los colaboradores más cercanos a Tsipras, y por lo tanto, son solo dos los ministerios que cambian de titular. "La remodelación se adapta a la nueva realidad", dijo Skurletis a su llegada al palacio presidencial.

El puesto de Skurletis recae en Yorgos Katrúgalos, hasta ahora ministro adjunto de Reforma Administrativa, quien al llegar manifestó que se compromete a emprender nuevos retos "en la medida de lo posible y dentro de las condiciones socialmente justas". "La cuestión no es sólo cerrar el acuerdo (con los socios), sino cómo se llevará a cabo", expresó Katrúgalos.

El nuevo viceministro de Defensa, Dimitris Vitsas, destacó que es "un período difícil" y que "el lema" del nuevo gobierno debe ser "trabajo, trabajo y trabajo". Por su parte, el flamante ministro adjunto de Finanzas, Trifon Alexiadis, afirmó que comienza "un esfuerzo muy difícil" porque "el fuego aún no se ha apagado", en alusión a las negociaciones aún pendientes con los socios.


Reabren los bancos en Grecia
Los bancos griegos, cerrados desde el 29 de junio, reabrirán este lunes con algunos ligeros alivios a los retiros en efectivo y a las compras con tarjetas de crédito, según un decreto publicado este sábado.

Desde hace tres semanas, los griegos pueden retirar un máximo de 60 euros por día. Pero, a partir del lunes, podrán retirar en una sola vez hasta 420 euros, es decir el acumulativo semanal del límite diario de 60 euros.

Por ejemplo, una persona que necesite una suma mayor a 60 euros en efectivo, podrá retirar 200 euros un día, pero sus retiros para el resto de la semana no podrán superar los 220 euros.

Además, los griegos podrán utilizar nuevamente sus tarjetas de crédito en el extranjero, algo prohibido desde hace tres semanas. Asimismo, se hacen algunas excepciones a los controles de capital en vigor también desde el 29 de junio: se podrán realizar transferencias de hasta 5000 euros por trimestre para los jóvenes griegos que estudian en el extranjero. Los griegos que reciben tratamiento médico en el extranjero podrán sacar del país 2000 euros.

Para el resto de las actividades, los controles de capital seguirán en pie, es decir que los griegos no podrán - en cualquier otro caso además de los citados - transferir dinero al extranjero, retirar grandes sumas en efectivo, ni abrir nuevas cuentas bancarias dentro del país.

 

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