miércoles, 15 de julio de 2015

14 de Julio de 2015 Y DICEN QUE TSIPRAS ES ABURRIDO…

Luego de una enorme cantidad de informes y notas haciendo una comparación entre Grecia y Argentina con respecto a sus capacidades de repetir la historia en una salida del euro, lo que va quedando es una similitud: la del papel que está jugando, vis a vis, Tsipras con el ex presidente De la Rúa, aunque no por el Grexit sino por el posible helicóptero...

Luego de una enorme cantidad de informes y notas haciendo una comparación entre Grecia y Argentina con respecto a sus capacidades de repetir la historia en una salida del euro, lo que va quedando es una similitud: la del papel que está jugando, vis a vis, Tsipras con el ex presidente De la Rúa, aunque no por el Grexit sino por el posible helicóptero...
Para el resto, son más las diferencias que las similitudes, desde una menor densidad industrial sustitutiva, no suficiencia alimentaria, no contar con exportaciones primarias de envergadura, no estar en un ciclo de precios de commodities al alza, y no tener una moneda doméstica. Algunas de esas diferencias habían sido argumentadas por el ex ministro de economía Varufakis, el que había dicho de “cortarse un brazo” antes de firmar el draconiano recorte de demanda que hipotéticamente se espera que el Parlamento griego apruebe para el miércoles.
La realidad de la correlación de fuerzas se impone desde la Troika con recortes a la demanda económica que impedirán el crecimiento y que agravarán la regresión distributiva (punto importante del programa de Syriza en las jubilaciones), a más de privatizaciones de activos públicos.
La conformación del área euro podría ser viable si se tratara de un solo balance de pagos (como un Estados Unidos de Europa) o bien con un banco Europeo que pague tasas de interés similares al centro, sobre los bonos de la deuda de la periferia. Pero con 17 balances de pagos se vuelve insustentable, aunque no es posible pronosticar su finalización o corrección.
Las ideas neoliberales que hablan de “áreas monetarias óptimas” fueron la proa intelectual de la tecnocracia europea, sin embargo ya desde su inicio, con el tratado de Maastricht, autores poskeynesianos alertaban de su incorrección fundamental. En esa línea, Grecia no es una provincia y entonces hoy se cuestiona hasta el pago de jubilaciones “con dinero de otros países del Euro”, cosa que sería ridícula en una unión de estados federados.
Ante el ultimátum de “todo o nada”, la pertenencia al euro implica austeridad, es decir eliminación de las condiciones necesarias para el crecimiento y la “convergencia” a los países del centro. Ya se sabe que sin demanda no crecerán, pero el objetivo es el disciplinamiento laboral en el área y evitar el efecto contagio en la periferia. Al parecer la única salida a la vista, será la del lento éxodo griego, quizá hasta la xenofobia deje sin efecto el tratado de Schengen es decir: ajuste poblacional.
Cabe ver en esta semana importantes cambios dentro del elenco gobernante y en el parlamento, dado que lo que se quiere aprobar es lo mismo que en enero se prometía terminar. Cabe preguntar a Syriza cuando casi todo su programa se ha desdibujado, ¿para qué hacer desde la izquierda las políticas de un gobierno de derecha?  «

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