lunes, 22 de junio de 2015

"Antes de mirar a los BRICS, América Latina debe preocuparse por su productividad"

El norteamericano Michael Cohen es director de la maestría en Asuntos Internacionales y del Observatorio Latinoamericano de la New School University, Nueva York. Es autor del libro "La Economía en tiempos de Default. Recuperación y crecimiento de la Argentina". 
Por Enrique de la Calle y Boris Katunaric
Agencia Paco Urondo: ¿Qué nos puede contar del libro?
Michael Cohen: El libro está motivado por la siguiente pregunta: ¿Cómo explicar la recuperación económica de Argentina desde la crisis de 2001? En 2002 muchos colegas decían que Argentina iba a desaparecer de la tierra y en cambio tuvo un crecimiento muy fuerte.
APU: ¿Cuándo empezó la investigación?
MC: Empecé a escribir en 2008 pero en realidad estoy acá desde el 98, hice una combinación de información y entrevistas e investigación.
APU: ¿Sus colegas norteamericanos creían que Argentina podía desaparecer?
MC: Si, los comentarios de afuera eran muy negativos, que no había posibilidades, que no se iba a sobrevivir después del default de enero de 2002, etc. El libro intentó explicar la estrategia de Néstor Kirchner desde 2003 hasta la asunción de Cristina.
APU: ¿Qué análisis hacen ahora sus colegas de lo ocurrido en estos 12 años?
MC: Hay que recordar cuál fue la situación en mayo de 2002 con 56% de la población bajo la línea de pobreza, con alto nivel de desempleo, con muchos problemas en la calle, sin mucha actividad, fueron muchos problemas. Es muy interesante ver ahora, en los últimos 12 años, primero un crecimiento económico muy importante, baja de la desigualdad, menos pobreza, mucho más empleo, mucho más consumo. Argentina estuvo capacitada para responder a la crisis financiera mundial de 2012 e hizo muy bien.
APU: ¿Cuáles son para usted los elementos que explican ese crecimiento económico?  
MC: Hay cuatro componentes en esta historia. Primero que Kirchner decidió que no iba a pagar la deuda si había necesidades domésticas, eso fue muy raro desde el punto de vista de afuera porque es un hecho casi religioso pagar las obligaciones. Segundo, que él decidió dar un fuerte fomento al Estado, fue una salida importante al Consenso de Washington. Tercero: la orientación del gasto público a lo social: es una obviedad ahora pero con el programa de jefes y jefas y con toda la red de programas como la AUH se dio una orientación muy diferente al gasto. Finalmente, se trabajó en un sentido de cooperación política y económica con los países vecinos, con Lula, con Bachellet, con Evo, con Chávez y Correa, fue muy importante este contexto regional.
APU: Usted mencionó la crisis de deuda de la Argentina. Ahora se está entrando en una nueva etapa con el fallo del juez Griessa en EE.UU. ¿Se debate allí en torno a este fallo? ¿Es un tema de agenda de los economistas norteamericanos?
MC: No es muy considerado allá, es un elemento muy aislado, muy secundario, hay un consenso general sobre que ese fallo fue demasiado desequilibrado. Obama no manejó bien esta situación. Creo que fue un un error político de  Obama que nada tiene que ver con Argentina. Fue por inacción, por falta de consideración, no era necesario.
APU: ¿Qué cree que pueda pasar con los fondos buitre? ¿Hay marco para una negociación?
MC: Los fondos buitres tienen mucho dinero y mucho poder y Argentina es un caso pero ellos hacen lo mismo en África, también en EE.UU. contra Obama, en la situación de General Motors. Depende mucho de lo que vaya a pasar con las elecciones en 2016 en EEUU: si los republicanos ganan, sería más complicado para Argentina. Es muy importante el apoyo que el país logró a nivel mundial, eso fue un logro del Gobierno, de Cancillería, del ministerio de Economía. Tuve la oportunidad de asistir a la presentación del ministro Kiciloff en EEUU, el año pasado, en el marco del G77 más China y fue muy impresionante. Fue impresionante Turquía, India, Paquistán, incluso me llamó la atención el embajador de Sudán, un africano, alto, de ropa blanca, muy elegante, que dijo “hoy somos todos argentinos”.
APU: ¿Cómo ve la economía mundial? Uno de los ejes tiene que ver con el declive de la hegemonía norteamericana y con la emergencia de los BRICS como nuevo bloque económico.
MC: Hay dos facetas: la discusión del BRICS tiene demasiada publicidad. China es importante, Brasil está en crisis económica, India También, África tiene 50% de desempleo, Rusia tiene muchos problemas económicos. Creo que es muy difícil decir que los BRICS son muy importantes.
Por otro lado, creo que América Latina es mucho más fuerte políticamente, en la última década hubo muchos consensos, un poco menos ahora con la Alianza del Pacífico, pero creo que se tienen que desarrollar más. Mi pregunta es: cómo se explica que con tanto crecimiento no se dieron transformaciones estructurales en el mismo periodo. Creo que este problema es más importante que la influencia del BRICS. Por ejemplo, el 90% de las empresas en Bogotá tiene menos de 10 empleados, son muy chiquitas. No hay economía de escala, no hay ganancia ni crecimiento económico, no hay tecnología, sólo economía informal con muy bajo nivel de productividad.     
APU: ¿La foto de 2015 muestra que la productividad en la región está más o menos al mismo nivel que en la salida de las políticas neoliberales?
MC: No, es mejor, hay mucha más infraestructura, capacitación, tecnología. Menos gente con hambre pero no es óptima. Una de las razones de una recuperación tan rápida desde 2001 fue la capacidad instalada de la economía: esa capacidad no se renovó, lo que explica un poco la inflación. Ahora las cosas están más caras porque hay menos capacidad de producirlas y no sé si hay suficiente inversión, tecnología.
APU: Está habiendo una desaceleración de la inflación: ¿Cree que con estabilidad se puede llegar a mejorar la productividad en el mediano plazo?
MC: Si, mediano plazo, no creo que pueda ser en el corto. Va a exigir inversión a medio plazo. Por ejemplo en transporte, estuvo en crisis y ahora está mucho mejor.
APU: ¿Le sorprendió la decisión que tomo el gobierno de Dilma en su segundo mandato, de proponer un ajuste bastante ortodoxo?
MC: No es una sorpresa porque la política de Lula en su primer mandato fue muy convencional. Argentina fue mucho más rupturista. Hay muchas influencias en Brasil del poder privado que insiste en este tipo de políticas. Sé que hay muchos debates en el Gobierno de Brasil. El ministro de desarrollo es Nelson Barbosa, es una persona muy progresista con mucha capacidad analítica y sé que él no es un neoliberal.  
APU: Le preguntaba por Brasil porque un debate que está presente en la Argentina es qué va a pasar con la economía a partir de 2016: una de las posibilidades es el modelo Dilma, digamos, de ajuste más clásico.
MC: No es un ajuste, es un cambio. Una de las cosas a pensar es cómo funciona en Brasil el Banco de Desarrollo, que tiene un papel muy importante, sobre todo en la crisis de 2008. Una cosa para pensar para el desarrollo de Argentina es cómo unificar los programas de gobierno, para institucionalizarlos de otro modo.

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