LA CRISIS DEL MASSISMO Con la partida de Cariglino, se profundiza la diáspora en el Frente Renovador

El intendente de Olavarría José Eseverri fue el encargado de oficializar la expulsión oficial de Cariglino, al declarar que “todos aquellos que vinieron al Frente Renovador a morder un carguito, pensando más en sus propios intereses y en su futuro que en el destino del país, nunca estuvieron dentro del Frente Renovador porque no entendieron su espíritu ni su sentido”.

No es el primer intendente en dejar el Frente Renovador. En febrero de este año rompió con Massa el sanisidrense Gustavo Posse, quien aspira a sellar su precandidatura a gobernador dentro de la Alianza UCR-PRO; y a mediados de marzo partió el jefe comunal de Escobar, Sandro Guzmán, quien volvió al Frente para la Victoria.

Eseverri, que ofició como vocero de Massa al expulsar a Cariglino, aprovechó la conferencia de prensa para lanzar una amenaza explícita a Darío Giustozzi, diputado nacional por el Frente Renovador: “Darío tiene que entender que habrá internas para la gobernación y que las ganará el que logre convencer a los bonaerenses, no el que sea elegido a dedo. Si pensó que venía por un cargo, se equivocó”, afirmó Eseverri en nombre del mandamás del FR. Tanto Cariglino, Posse y Giustozzi, como también Felipe Solá, son algunos de los heridos ante la unción anticipada de parte del tigrense del empresario Francisco De Narvaéz como su candidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

Consultado por la Radio Pública, el jefe de gabinete Aníbal Fernández afirmó que habló “con muchos intendentes, manifestándome su vocación de irse” del Frente Renovador, y pronósticó “una estampida de intendentes que van a emigrar” hacía el Frente para la Victoria.

Además del jefe de Malvinas Argentinas, su hermano Roque fue expulsado el día de hoy del bloque de senadores bonaerenses renovadores. En lo que va de este 2015, de los 20 senadores bonaerenses que iniciaron el período sólo quedan 16. A mediados de abril, Alfonso Coll Areco y Baldomero Álvarez volvieron al Frente para la Victoria, mientras el radical Roberto Costa ya había fugado al PRO.