lunes, 18 de mayo de 2015

Días claves para Massa y el futuro del Frente Renovador Por Adrián Murano

Por Adrián Murano

El precandidato cambió de estrategia y ahora pide una interna grande con la UCR y el PRO. Las opción B que maneja su entorno: bajar a provincia y competir con una boleta corta.

Sergio Massa cometió un error de principiante: se la creyó. Es decir, supuso que los cuatro millones de votos de las legislativas de 2013 eran suyos. Y que esa montaña de sufragios eran un piso firme de su candidatura presidencial. 

A un mes de tener que formalizar su postulación ante la justicia, el espejismo se desvaneció. Según consignó Tiempo Argentino, el Frente Renovador es un colador que gotea dirigentes a diario y las encuestas lo alejan de un escenario polarizado cuyos protagonistas son Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, y Mauricio Macri, del PRO.

Obligado a salvar algo de la fortuna económica y política que invirtió en una campaña que se le escurre, el tigrense medita sus opciones casi en soledad. La mesa de arena le devuelve opciones limitadas. A saber:

1) Persistir en su candidatura. Es lo que le indica su instinto y le pide su familia, con el argumento de que las encuestas aún lo ubican a tiro de balotaje. Con su esposa Malena a la cabeza, y su antigua jefa Graciela Camaño como oráculo territorial, su núcleo duro considera que su buena presencia en la tele y la creatividad de Ramiro Agulla alcanzan para sostener viva su postulación. Ese grupo considera, además, que un contundente triunfo sobre José Manuel de la Sota en las PASO compensaría el flojo desempeño renovador en lo que va del año electoral.

2) Participar de una interna grande con la UCR y el PRO. Hasta hace poco era el propio Massa el que se negaba a una posibilidad que varios de sus candidatos ahora piden a gritos. El más activo es Francisco de Narváez, que esta semana propuso que todos los candidatos opositores a la gobernación bonaerense disputen en una PASO común. El argumento aritmético del empresario es seductor: "Dos veces 25 es menos de 40; 25 más 25 es más de 40." Traducido: De Narváez cree que una oposición unificada captaría todos los votos de los ciudadanos reactivos al FPV, garantizando una derrota K. Su propuesta, claro, es interesada: De Narváez sería el principal perjudicado si Massa ejecutara la opción 3.

3) Bajarse de la presidencial y competir por la gobernación bonaerense. Es lo que sugiere hace tiempo, y sin pudor, el Círculo Rojo que trabaja para llegar a octubre con una elección polarizada entre Mauricio Macri y el candidato del FPV. El establishment cree que la permanencia de Massa dispersa el voto opositor y, por consiguiente, favorece al oficialismo, que arranca la carrera electoral con un núcleo duro de votantes cercano al 30% del padrón. Bajar a Massa a la provincia, suponen, mataría dos pájaros de un tiro: limpiaría la presidencial y colocaría un candidato potente en el principal distrito electoral del país. La contra: no está claro que todos los votantes de Massa opten por el líder del PRO. De hecho, hay encuestas que indican que el 60% de los votantes massistas optarían por Scioli en un eventual balotaje con Macri.

4)Disputar en la provincia con una boleta "corta". Más por cálculo que por orgullo, hay massistas que no quieren alimentar las chances de Macri. Al menos, no de manera directa. Por eso consideran que el tigrense debería competir sin candidato a presidente en la boleta. De mínima, eso lo pondría a salvo de un eventual derrape PRO. De máxima, un triunfo de ambos alumbraría la antinomia post K; Massa vs Macri. Claro que imaginar es gratis, pero ejecutar no. ¿Cuál sería el costo electoral por bajarse a la provincia? La réplica de los heridos puede ser brutal.

Hace un tiempo, cuando se imaginaba presidente, Massa mandó a contar las horas que le quedaban a la gestión K. Su cuenta regresiva es más estrecha. Le piden que se defina ya.

iNFO|news

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