lunes, 4 de mayo de 2015

Cinco décadas después Del sueño americano y el consumo a imagen de la realidad hollywoodense a la pesadilla segregacionista. Por Jorge Muracciole

Desde la Segunda Guerra Mundial fue instalándose en el imaginario de la opinión pública a escala global, las virtudes del sistema de vida americano, reforzado por el inestimable accionar de los medios de comunicación masiva. La industria cinematográfica consolidó el mito del sueño americano hecho realidad en las pantallas y las clases medias de los países emergentes fueron brevando de esa sistemática dosis de colonialismo cultural, consolidando sus sueños de movilidad social y consumo a imagen y semejanza de la realidad hollywoodense.
Pero en paralelo detrás del resplandor consumista, era eclipsada la otra cara de la realidad social estadounidense. Décadas de segregación implementada sobre la comunidad afroamericana, implosionaron en los años sesenta, conociéndose a escala planetaria la lucha de las organizaciones por la igualdad de los derechos cívicos. Los nombres de Luther King, y Malcom X, fueron la síntesis de dos vertientes y dos estrategias de la misma lucha, el fin de la segregación en los Estados Unidos de Norteamérica sobre la minoría negra.

Pasaron mas de cinco décadas de las grandes batallas por la igualdad de derechos y la llegada del primer presidente de origen afroamericano, fue anunciado al mundo, como la expresión mas evidente de la igualdad racial en el gran país del norte. Pero como se afirma en las calles de las principales barriadas negras de los EEUU: "El presidente Obama es negro, pero la casa de gobierno sigue siendo la Casa Blanca."

Los disturbios de Baltimore por la muerte de Freddie Gray, el joven afroamericano fallecido el 19 de abril bajo custodia policial, arrastran un malestar creciente en la población estadounidense contra la actuación de las fuerzas de seguridad. Este goteo de muertes ha sido la mecha que ha re-instalado la lucha contra la discriminación blanca sobre los ciudadanos negros. Estas son algunas de las muertes de estadounidenses negros a manos de agentes de la autoridad blancos en el último año: el 17 de julio del 2014 varios agentes de la policía de la ciudad de Nueva York abordaron a Eric Garner, al que acusan de la venta ilegal de cigarrillo. Tras una discusión, uno de los policías agarra por el cuello a Garner, de 43 años, para reducírle. A los pocos minutos, Garner, que tenía problemas respiratorios, muere en el suelo. El examen médico lo califica de homicidio.

Al mes siguiente el 9 de agosto, el agente Darren Wilson, mientras patrullaba con su vehículo policial, se topa con el joven Michael Brown en Ferguson, a mediodía. Brown, según algunas informaciones, había robado unos cigarrillos en un comercio y Wilson recibió el aviso. Tras un enfrentamiento entre ambos, el agente dispara hasta 18 veces. Seis balas impactan contra Brown.

Meses después, el 22 de noviembre, Timothy Loehmann, un policía de Cleveland, dispara en el abdomen a Tamir Rice, de 12 años, tras darle voz de alto en un parque por el que el menor caminaba con una pistola falsa. Loehmann acudió al parque junto a otro agente en un coche patrulla. Dispararon en cuanto bajaron del vehículo. Rice murió un día después.

Lo cierto es que la sucesión de muertes de afro-americanos por policías blancos son tan solo la punta de un iceberg social de la profunda discriminación no sólo en el accionar policial de distintos Estados de la Unión. Sino todo un síntoma de una integración inacabada, que no sólo se ha morigerado al correr de los años sino que se ha agravado.

Como indicadores inequívocos de la profunda desigualdad existente entre los blancos y la comunidad negra, basta con tan solo analizar los datos comparativos de desempleo, pobreza o población carcelaria para tener una idea mas acabada de la dificil realidad de ser joven negro en EE UU.

Esta desigualdad endémica fue agudizandose con la crisis de 2008 y su posterior recesión económica que afectó principalmente a las clases populares. Las encuestas explicitaban que la tasa de desempleo de los afroamericanos era del (12,6%) casi el doble que la de la población en general (7,4%). Incluso a fines del año 2000 en el pico de pleno empleo en Estados Unidos con el mínimo piso del (3,9% ) de desempleo, los afroamericanos tenían una tasa de desocupación del 7,3 por ciento.

En relación a los indices de pobreza la situación es significativa, los negros, son la comunidad que contiene la mayor cantidad de integrantes que viven en la pobreza, el 27% como promedio nacional, aunque tan solo constituyen el 13% de la población total de los EE UU.

Otra encuesta destaca que siete de cada diéz estadounidenses de raza negra afirmaban haber sido tratados injustamente por la policía y la justicia de su país, mientras solo el 27% de la comunidad blanca compartía esta idea. En relación a la población carcelaria, las cifras son similares, si bien EE UU se destaca por tener la mayor cantidad de presos del planeta ,sumando 2,2 millones de personas, casi un 25% de la población encarcelada de todo el mundo. De esta población el 40% esta constituida por negros a pesar de ser tan sólo el 13% de la población total de los EE UU, en síntesis hay mas jóvenes afroamericanos en las cárceles que matriculados en las universidades del gran país del norte.

iNFO|news

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