viernes, 24 de abril de 2015

Socialismo intergaláctico Por Teodoro Boot

Hábil entreala izquierdo de Argentinos Juniors, Homero Cristalli Frasnelli, más conocido por el alias de J. Posadas, fue un activo militante político argentino de las décadas del 60 y 70, máximo dirigente del Partido Obrero Revolucionario y creador del Grupo Cuarta Internacional, cuyo órgano de difusión fue el periódico Voz Proletaria.

Prolífico y visionario periodista y teórico, el carácter ágrafo de Posadas no le impidió ser el principal animador del órgano partidario. Como Sócrates, no escribió una línea en toda su vida, pero sus charlas, disertaciones, conferencias y hasta sus más banales comentarios eran afanosamente registrados en magnetófonos Gelosso y siguen siendo escrupulosamente transcriptos por sus acólitos, que veían y aún ven en este diestro ex futbolista un genio capaz tanto de llevar al mundo hacia el socialismo en menos que canta un gallo, como de hacer un gol de palomita.

Por eso de que nadie es profeta en su tierra, la producción teórica de Cristalli Frasnelli es tan valorada en los círculos trotskistas internacionales como descalificada en su propio país, donde han perdurado mitos y leyendas que lo tienen como protagonista y apenas si se recuerdan algunos singulares aspectos de sus de por sí originales teorías.

Más allá de algún instructivo sobre el arte de freír milanesas sin que se quemen (como epígrafe de una foto suya con un sartén en la mano demostrativa de su predisposición a llevar la teoría a la praxis), y sus complejas disquisiciones sobre la inteligencia de los delfines, Cristalli Frasnelli introdujo en el socialismo la inquietante hipótesis de que para “derrumbar el capitalismo y la burocracia de los estados obreros e instaurar el socialismo” se hacía imperioso “decir a los seres de otros mundos que deben intervenir ya, colaborar con los habitantes de la Tierra para suprimir la miseria”.

Para el teórico trotskista era necesario hacerles ese llamado, habida cuenta las dificultades que encontraba su partido para desencadenar la revolución planetaria.

La proclama del líder disparó la imaginación de su discípulo Dante Minazzoli, llevándolo a publicar uno de los más importantes aportes a la teoría marxista desde los escritos de Vladimir Ilich Uliánov y Lev Dadívovich Bronstein, su trabajo “Por qué los extraterrestres no se contactan públicamente con nosotros. Cómo ve un marxista el fenómeno Ovni”.

Si bien la revolucionaria teoría sirvió de inspiración para que algunos chuscos la celebraran con la letrilla “No son marcianos ni luces de colores / son posadistas en platos voladores”, el intrigante uso que hizo Minazzoli del adverbio “públicamente”, sobresaltó al mundillo político y al sector de la población confundida por la extraña conclusión que el parapsicólogo, historiador y actor uruguayo Fabio Zerpa extrajo de su primer encuentro con un objeto volador no identificado.

Fue un mediodía del 17 de noviembre de 1959, mientras volaba en un avión de la Fuerza Aérea Argentina, cuando Fabio Zerpa vio que “más allá de la cola de nuestro avión venía volando algo así como un bolígrafo, un aparato cerrado, metálico, de 25 ó 30 metros de largo, sin ventanillas, sin alas, sin hélice, sin gases de la incipiente ingeniería espacial”.

Demudado, Zerpa se volvió hacia el capitán De Nogaetz, piloto de la aeronave y le preguntó: “¿Qué es esto?”.

Con toda naturalidad, el piloto de la Fuerza Aérea Argentina respondió: “Un plato volador”.

Lo que muchos advirtieron pero el popular parapsicólogo no pudo comprender jamás es que había sido abducido por un extraterrestre disfrazado de piloto de la Fuerza Aérea e incapacitado de distinguir un bolígrafo de un plato.

Los posadistas, en cambio, parecían gozar del privilegio de ser contactados en privado por socialistas extraterrestres y, a diferencia de Zerpa, de darse cuenta de ello.

Zerpa nunca reveló la ideología política de los extraterrestres, pero cabe conjeturar que, en sus encuentros privados con Minazzoli o con el propio Posadas, los extraterrestres serehusaron a instaurar el socialismo a escala planetaria, ya que poco después Cristalli Frasnelli declaró en el magnetófono que “la guerra atómica preventiva de los estados obreros contra el imperialismo, es imprescindible para avanzar hacia el comunismo, con lo que quede de la humanidad".

Con lo que quede de la humanidad.

Este perturbador método de imponer el socialismo no podía resultar muy popular y como eslogan proselitista estuvo lejos de ser exitoso, según sugiere la cantidad de votos obtenidos por Cristalli Frasnelli en la elección presidencial de 1958: 37.742.

La sociedad argentina siempre ha sido tan conservadora...

Como la viuda que en el velorio del marido abraza a sus hijos, desde Ganímedes o Alfa Centauro, el compañero Posadas parece decirnos “ahora que somos menos, vamos a estar más unidos”.

Habida cuenta que el proceso de desgrabación todavía prosigue, se ignora cuántas miles de páginas abarca la obra del visionario trotskista. Parte de ella se encuentra a disposición del público en el International Institute for Social History de Amsterdam, pero, observando ciertos comportamientos políticos, cabe conjeturar que algunas ediciones circulan, sino clandestina, al menos discretamente entre nosotros.

Diario Registrado

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario